Miss Fortz: Erotismo lésbico Alumna y Maestra

2. ¿Resaca?

Este capitulo contiene sexo.

Celeste y Carla se despiertan juntas, con sonrisas en sus rostros después de una noche de diversión y excesos. Celeste boztesa

Celeste: Buenos días, cariño. ¿Cómo dormiste?

Carla sonríe y le dice.

Carla: ¡Buenos días! Dormí como un angelito, ¿y tú?

Celeste: También descansé muy bien. Me encanta despertar a tu lado, es tan reconfortante.

Carla acaricia el rostro de Celeste y le dice:

Carla: Estoy de acuerdo, es lo mejor del mundo. Además, cada mañana es una oportunidad de compartir momentos hermosos juntas.

Celeste: Absolutamente, no hay mejor manera de empezar el día.

Carla se sonroja en la cama y continúa:

Carla: Tú también eres maravillosa, Celeste. Me haces sentir completa y amada.

Celeste sonríe y acaricia el cabello de Carla.

Carla: Sabes, Celeste, antes solía disfrutar de noches de fiesta con algunos chicos. Salíamos, bailábamos, nos divertíamos mucho. Pero al final de la noche, cuando estábamos solos, algo siempre parecía faltar. No encontraba esa conexión real y profunda que anhelaba.

Celeste: Entiendo lo que quieres decir, Carla. A veces, las fiestas y las citas casuales pueden ser divertidas, pero al final del día, buscamos algo más significativo y auténtico.

Carla: Exactamente, Celeste. Después de esta noches, cuando te conocí realmente, senti que todo cambió. Es como si el universo nos hubiera juntado para vivir algo realmente único y especial.

Celeste: Me siento muy agradecida de haberte encontrado, Carla. Anoche fue demasiado intens y emocionante. 

Carla: Celeste, déjame contarte de una de las noches más intensas que tuve con un chico llamado Alejandro. Después de una fiesta en la discoteca, nos dirigimos a su apartamento. Bajo las luces tenues y la música suave, creamos un ambiente íntimo y seductor.

Celeste se siente intrigada y emocionada por escuchar la historia de Carla. Ella nunca ha tenido experiencias sexuales y está ansiosa por entender más.

Celeste: Continúa, cuéntame cada detalle.

Carla: Nos besamos apasionadamente en el sofá, nuestras manos exploraban cada centímetro de nuestros cuerpos. Sentía su aliento cálido en mi cuello mientras acariciaba mi espalda desnuda. Poco a poco, fuimos despojándonos de nuestras ropas, dejando al descubierto nuestros deseos más profundos.

Celeste se muerde el labio superior, sintiendo una mezcla de curiosidad y excitación.

Celeste: Sigue, no dejes nada afuera.

Carla: Nos dirigimos a su habitación, donde un ambiente de lujuria y pasión nos envolvía. Alejandro me tomó con fuerza, sus manos recorriendo mi piel y sus labios explorando cada rincón de mi cuerpo. Cada roce, cada mordisco, me llevaba al borde del éxtasis.

Celeste: (susurrando) Eso suena increíblemente excitante, Carla. Describemelo todo a detalle

Carla: Celeste, hay algo que debes de saber sobre Alejandro. Resulta que a él le gustaba el juego de azotes en el dormitorio.

Celeste: (sorprendida) ¿Azotes? ¿A qué te refieres?

Carla: Sí, era un aficionado al juego de dominación y sumisión. Le excitaba azotarme suavemente durante nuestras relaciones íntimas.