La visita de la verdad.

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Youngjae iba subiendo a su habitación, sin embargo se detuvo ya que escucho la puerta ser tocada. Se quedó a unos cuantos pasos de la escalera en dónde no lo pudieran ver, sus ojos se cristalizaron al escuchar aquella voz gruesa y ronca, que parecía a la de un fuckboy.

—¡Jackson! ¡Amigo!

—No soy tu amigo, me mandas a hacer el trabajo sucio y estás aquí como si nada.

—¿Yo? No justo querías disfrutar de esto y mucho más con Mark...

—Me di cuenta que es lo incorrecto... ¿Sabes lo doloroso que fue ver a Yugyeom muerto?

—¿Doloroso?

—Si, él siempre se preocupo por mí, me llevaba comida, esto y el otro... Nunca me dejó como tu lo estas haciendo ahora... Me voy, no cuentas más conmigo desde ahora estás solo y te digo que tendrás que mover las cosas para que no te detengan, porque yo ya no pienso mover ni un solo pelo.

—Recuerda que si se sabe todo, alguien podría pagarlo muy caro.

—¿Qué pretendes? Dejarme sin lo último que tengo en este mundo, inténtalo... Pero al menos en su tiempo yo recibí el cariño y la atención que necesitaba y gracias a eso no me convertí en una basura.

Aquel joven salió molesto de esa casa, pero una cosa iba a ser segura, cumpliría su promesa con Yugyeom.

(El día del funeral)

—Lo siento, amigo por todo... Prometo que dejaré solo a Jaebeom y cuidaré de tu madre y Mark como si fueran mi propia familia, también haré que ese desgraciado pague tu muerte, gracias a él estoy sin ti...

Corrió hasta la casa de Mark y le platico todo, fue imposible que Mark no se enojara, pero acepto ayudarlo.

—Necesito que fingas tu muerte, con eso Jaebeom no tendrá con que atacarme y yo podré acusarlo o más bien, hacerlo caer...

—¿Cómo se supone que lo haga?

—Tranquilo, amor... Ya tengo un plan, te lo diré.

Jackson describió cada uno de los pasos a la perfección y junto con la mamá de Yugyeom planearon todo, solo quedaba esperar por aquel día, aquel día en el que recuperarían su libertad.

Por otro lado, Youngjae estaba tan cegado por el amor que ni siquiera lo que había dicho Jackson lo iba a alejar de Jaebeom; se había aferrado a él, como si Yugyeom hubiera sido el malo todo el tiempo.

Al caer la noche, Jaebeom fue a la recamara de Youngjae y se acercó a él para abrazarlo y besarlo, como si de una buena pareja se tratará.

—Mi lindo, solecito...

Encadenado a ti. «2jae»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora