Capítulo 2: La reina mediocre

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Alina

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Alina.

Abro los ojos cuando Darek me aparta de su lado para levantarse de la cama y me cubro con las mantas sintiendo su ausencia.

—Quédate un rato más —pido haciendo un puchero.

Me mira sobre su hombro antes de empezar a tomar su ropa y la mía dejándola sobre la cama.

—Tengo asuntos que resolver, Alina.

Me estremezco ante su frialdad e intento no parecer dolida, debería ya estar acostumbrada, pero es que me confunde porque algunas veces se muestra tan gentil que cuando me habla sin interés. Duele.

Sonrío asintiendo.

—¿Quieres que me quede a cenar? —pregunto con emoción—. Puedo preparar...

—No —me interrumpe con sequedad—. Suficiente tengo con el berrinche que Kiara hizo ayer, quedarte solo empeorará las cosas.

Mi pecho se remueve con incomodidad ante la mención de la hija de ella.

—¿Y si comemos aquí? —sugiero—. Así no me verá.

Lo escucho suspirar antes de que se gire para verme ya vestido.

—Solo vuelve a Italia, Alina —dicho eso se encierra en el baño.

Me trago el nudo en la garganta y aprieto la manta contra mi pecho desnudo, tomo un par de respiraciones.

«Ya no te quiere aquí»

Me levanto de la cama al mismo tiempo que escucho el sonido del agua cayendo en el baño, me cambio lo más rápido que puedo y arreglo mi cabello.

Saco de mi bolsa un pañuelo para limpiar el maquillaje corrido y finalmente salgo de la habitación.

Me sobresalto un poco cuando de camino a las escaleras, mi hermano aparece adentrándose más al pasillo.

Sonrío recibiendo nada más que una mirada condescendiente.

—Hola, Ian —saludo acercándome.

Su cabello rubio igual al de nuestra madre esta perfectamente peinado, lleva unos pantalones negros a la medida con una camisa blanca que lo hace aparentar ser mayor.

—Alina —dice con cortesía.

Siempre me ha asombrado el nivel de educación que tiene, siempre es cortés y muy recto para su edad, debería estar jugando con sus amigos a la pelota o con carritos, pero estoy muy segura que él no hace nada de eso.

—¿Cómo estás?

—Estoy bien —acota seco.

Asiento.

—Mamá te extraña —digo haciendo que su cuerpo se tense.

—Mi madre es Danyah y acabo de verla hace un momento, dudo que me extrañe —dice con simpleza.

El trono en ruinas. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora