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Cuando fue la presentación del libro, tanto como Tzuyu como los demás autores fueron convocados a distintas librerías a presentar el libro, leían un par de fragmentos, cada autor estaba acompañado de uno de los del equipo de ilustración, quien estaba junto a Tzuyu en aquella pequeña librería local era Son Chaeyoung, una muchacha que estudió ilustración en una de las mejores academias de dibujo del país.

La chica le mostró el cuaderno de dibujos que llevaba a todos lados, sus dibujos eran detallados, algunos estaban coloreados, otros eran en blanco y negro, otros con tinta, las distintas técnicas y dibujo, desde personajes, hasta escenas cotidianas y uno que otro personaje de Marvel la sorprendieron.

— Nunca fui muy buena con el dibujo así que no tengo mucha idea al respecto pero tus dibujos son muy buenos, son muy lindos, me gustan. — dijo Tzuyu, estaban ya al final de la presentación, firmando un par de copias para aquellos que quisieran. — Tienes mucho talento.

— Gracias, mayormente dibujo esto para mí, pero me encanta mucho ilustrar para libros también, me pasa cuando leo algo me imagino algo en mi cabeza y es un lindo desafío intentar poner lo que tengo aquí — tocó su cien —, y pasarlo a la hoja, es un reto mayor cuando es poesía porque por la forma en la que está escrito... A veces no son imágenes muy claras, es muy metafórico hay que entenderlo muy bien para poder ilustrarlo.

— Oh, sí, es complicado. — dijo Tzuyu, ya que a veces, no entendía del todo lo que decía Sana, debido a sus rimas. — Tu talento es impresionante, vas a llegar muy lejos, Chaeyoung.

— Gracias, dongsaeng. — la chica estaba sonriendo mucho. — Espero algún día volver a trabajar con usted en algún proyecto en conjunto.

— Oh, seguro que te aviso, estoy trabajando en un proyecto ahora, también es de poesía, está en una etapa muy inicial aún... Es bastante cursi pero- — su mirada se distrajo un momento, al ver aquella cabellera rubia, ahí estaba su Sana estaba mirando unos libros, su amor había llegado y su corazón se aceleró al saberlo, Tzuyu sonrió levemente, hizo una pequeña reverencia hacia la chica. — Ya vuelvo, disculpa.

Se levantó del lugar y se acercó a la rubia, que estaba viendo en la sección de Poesía, con detenimiento.

Sus mejillas se inflaban un poco, concentrada en buscar algo parecía, su cabello rubio contrastaba tanto entre los libros que la hizo sonreír, se veía como un pequeño shiba, como siempre, era adorable.

— ¿Te interesó alguno? — preguntó Tzuyu, Sana se volteó hacia ella levemente, sus mejillas se pusieron casi rojas de inmediato.

— ¿Tú no tendrías que estar ocupada con tu firma? — dijo, con una sonrisa.

— Sí, bueno... No hay mucha gente que le interese la poesía, firmamos un par de libros ya hace un rato, pero creo que no vendrá más gente. — Tzuyu se encogió de hombros.

— Sí, bueno, a menos que sea una novela erótica que haga que un montón de señoras se calienten es difícil que vaya gente a las firmas de libros.

Tzuyu rió un poco, asintiendo.

— Sí, creo que debería cambiar de género literario.

— Para nada, eres una de mis autores contemporáneos favoritos, tus últimos poemas son excelentes, no caigas en el modelo capitalista para vender más. — Sana pareció encontrar el libro que buscaba, ya que lo tomó con seguridad y miró la tapa con un asentimiento. — Además... Me caen mal esas señoras, es un asco que hablen de sexo con tanta pasión, cuando deben estar tan secas como una pasa.

Tzuyu rió con ganas, Sana hizo una reverencia hacia ella y se marchó, la castaña al darse cuenta que la mayor no estaba la buscó con la mirada rápidamente, la vio a lo lejos hablando con un chico joven, el chico tenía el libro que ella había encontrado momentos antes.

Fue entonces cuando se dio cuenta de que algo no cuadraba: Sana no había hablado con rimas.

Con el ceño fruncido, volvió hacia la mesa donde estaba Chaeyoung, confundida, le preguntó directamente a la joven con la voz algo temblorosa y baja:

— Ey, Chaeyoung, ¿Ves a la chica rubia de ahí?

— Eh... — la chica se levantó un poco del asiento para encontrarla. — Sí, la veo, es una de los empleados de aquí, creo, tiene el chaleco verde ese y la placa con su nombre, ¿Por qué? ¿La conoces?

Tzuyu sentía sus manos sudar.

— Algo así... — dijo, sus piernas temblaban demasiado, su corazón se aceleró, le sudaban las manos. — Ya vuelvo.

Salió de la librería corriendo, rumbo a su hogar, rumbo a aquella rubia que debía estar allí, pues allí la había dejado.

𝐑𝐇𝐘𝐌𝐈𝐍𝐆 𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓 ─── satzuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora