Juntos Iniciemos De Nuevo [2.0] (BF X Sarvente)

Capítulo 7: "Como Una Cita"

Días después de lo acontecido, una mañana como todas un chico con cabellera azul se encontraba esperando a la monja demonio a qué terminara de ponerse ropa adecuada para el frío que estuvo frecuentando poco a poco en esos días del mes de diciembre, obviamente el chico asiático tenía su respectiva ropa contra el frío inmenso, el chico de baja estatura esperaba pacientemente viendo los alrededores de la calle con aburrimiento, de pronto unos cuantos copos de nieve comenzaron a caerse en diversas partes de de los alrededores, algo que de a poco el aburrimiento del antes presentando empezaba a desvanecerse, esto provocó que recordase su infancia en aquellas veces cuando el desde la ventana del ático de su antigua casa veía caer lentamente los copos de nieve en sus distintas formas, sentando en una silla cómoda con una manta calentita del mismo color de su cabello cubriendo su cuerpo y con un vaso de chocolate caliente, el deseó de cualquier niño consentido en tiempos de frío; momentáneamente también recuerda a la vez que no estaba del todo solo pues a su lado se encontraba una figura muy familiar, una lastima que no pueda recordar quien aunque ya lo sospecha aún así tenía sus dudas al respecto, en eso fue sacado de sus pensamientos por una voz cálida y suave como el sonido de una flauta dulce.

Sarvente: Bien estoy lista, como me veo?
*Hizo una pose para después dar una vuelta de emoción*

El de greñas azules se quedó asombrado por la bien que se veía con la ropa que portaba la demonia de tez rosada, tenía una gorra color rosa claro que dejaban al descubierto sus cuernos, una bufanda rojo intenso, un abrigo de color beige, unos guantes rosados como el gorro, unos mallones negros de cuero y unas botas del mismo color del brigo. Para el ella era hermosa, tanto así que se perdió por un momento hasta que la monja lo volvió en sí moviéndolo de sus hombros suavemente, el asiático asustado y avergonzado no supo que decir al haberse quedado embobado viéndola de forma estúpida, no quería mirarla a los ojos, Sarvente por parte quedó extrañada al no saber que fue lo que sucedió con el, al final decide no tomar importancia y procede a darle unos volantes al chico, al final tardaron como una hora y media en dar la mayoría de volantes, se encontraban cansado y hambrientos por caminar en varios lugares e incluso perdiéndose en ocasiones por culpa de la multitud aún así eso no fue impedimento para dar los volantes a la gente que se les cruzase.

En fin nuestros protagonistas reunidos decidieron ir a un restaurante para comer los dos juntos algo extraño para la demonio monja pues eso sería considerado como una cita sin embargo para el peliazul no lo veía así ya que para el era comer con un amigo que no veía desde hace mucho, sin más que agregar ellos entran a un restaurante no tan costoso llamado "Los Tres Brothers", un nombre peculiar y chistoso para un restaurante pero al menos cumplía con su objetivo llamar la tención.

Al entrar había dos parejas comiendo en mesas distintas algo que ponía incómoda al demonio en cambio el de gorra roja no le traía buenos recuerdos en vez de incomodarse lo deprimía bastante al ya no tener a su ahora Ex, al final tomaron la decisión de entrar pues ningún de los dos quería quedar mal el uno con el otro.

Eligieron una mesa para comer la monja quiso tomar su respectiva silla hasta que es detenida por Keith quién le se ofreció a darle la silla con caballerosidad, Sarvente agradeciendo su acompañante y se dispuso a sentarse al igual el mencionado. Esperaron durante un corto lapso de tiempo hasta que llegó un mesero el cual les entregó los menús para que pudieran pedir lo que deseaban.

Keith: A la bestia, no conozco mucha comida que ofrecen aquí. *Sorprendiendo al asiático*

Sarvente: Sinceramente no sé qué pedir ahora. *La monja confundida con el menú no tenía idea de que clase de comida ofrecían así que le preguntó al camarero de forma amable* - Disculpe, que me podría recomendar?

El tipo que atendía a la pareja recomendó unos de sus platillos más deliciosos del restaurante, Sarvente con mucha curiosidad le pido aquel platillo quien según sus palabras era el más delicioso, Keith escucho lo que dijo y sin pensarlo tanto también pidió lo mismo. El camarero sin más que decir procede a retirarse del lugar terminado de anotar el pedido de ambos.