Los ojos de Alfin comenzaron a humedecerse, la empatía que esa mujer y su hijo le habían trasmitido había tocado lo más profundo de su alma. Nunca antes había visto a alguien morir frente a sus ojos. Aunque ese no era realmente el problema, en ese preciso instante acababa de comprender la naturaleza de alguien como Camilo. No entendía cuáles eran sus intenciones, lo único que sabía era que él representaba todo lo que detestaba, el mal. Alfin se levantó, seguía teniendo el dedo del infante entre sus manos.
-¿Estás llorando? -Camilo estaba extrañado- ¿No te había dicho ya que esos tipos de ahí eran ultrancionalistas? -recalcó ''ultranacionalista''- ¡Esas personas apalean a tu gente! ¡Si ellos tuvieran la oportunidad de cortarte las pelotas no dudes que lo harían!
-No es por eso por lo que se te juzga, es por haber quitado la vida a un ser inocente que no entendía de fronteras -Alfin estaba rabioso, su respiración era agitada.
-¿Qué se me juzga? -Camilo dio un paso hacia delante- Hablas como si ejercieses algún tipo de autoridad sobre mí -se crujió los nudillos- Y no es el caso. Alfin, me estás haciendo perder el tiempo, no voy a esperar ni un minuto más por culpa de tus lloriqueos -empezó a zarandear su mano mientras indicaba con su dedo índice- Decide, te quedas y tiras todo por la borda o me acompañas y colaboras con el gobierno.
-No te importa, nada de esto te importa lo más mínimo.
-Puedo entrever que estás tomando una de...
Alfin soltó un rápido puñetazo que pilló por sorpresa a Camilo. El impacto fue en la barbilla, el golpe fue tan fuerte que varios de sus dientes se saltaron, la boca le estaba comenzando a sangrar.
-Per... -no se le entendía bien del todo, le estaba costando moldear en letras los sonidos que emitía.
Camilo se agachó le dolía bastante, si hubiera llegado a tener su lengua por fuera de la dentadura lo más probable es que se la hubiera arrancado. Alfin miraba desde arriba, ya no parecía alguien débil, sino una mole de gran tamaño.
-Me he contenido... -dijo Alfin- Si quisiera ya estarías muerto.
Esas palabras eran ciertas, y Camilo lo sabía, la fuerza del chico sobrepasaba lo humano. El capitán quedó ligeramente en shock, el perfil psicológico que le fue proporcionado garantizaba que Alfin era alguien sosegado que evitaría siempre cualquier tipo de conflicto, una persona introvertida con carencia de iniciativa. Camilo pensó desde el minuto uno que lo tenía atado con una correa, lo veía como un perro sabueso que le ayudaría en la investigación con su Deducción Epifánica, pero realmente era un perro callejero que no seguía ninguna norma, corrompido por la rabia.
Varias gotas de sangre recorrían sus labios hasta la barbilla, donde goteaban hacia el suelo. Camilo escupió un par de dientes teñidos completamente en escarlata, miró hacia arriba y se encontró con la mirada perdida de Alfin, una mirada que él había conocido en tiempo atrás, la de alguien que estaba a punto de cometer su primer asesinato.
-Hmmm... -Camilo rió- ¡Fearless! -su cuerpo fue rodeado por fuego y dio un salto hacia atrás- ¡Muere sucia escoria! -una bola de fuego salió disparada desde la mano de Camilo.
-¡Mierda! -Alfin volvió a tener vida en sus ojos y esquivó por los pelos la lumbre.
La bola siguió su trayecto y explotó en la espalda de uno de los viandantes que seguían observando como la madera de los edificios se consumía. El resplandor que emitió al explotar provocó que los que se encontraran alrededor fueran contagiados por las llamas, todos comenzaron a gritar cuando, de la nada, empezaron a sentir como su piel se derretía con suma facilidad. El fuego de Fearless era extremadamente poderoso, mucho más que el producido por la naturaleza. Las candelas sirvieron para dispersar a la multitud, todos comenzaron a correr despavoridos en diferentes direcciones, no era muy difícil deducir que Camilo, que vestía de incógnito con ropas de obrero, era el culpable del incendio al poseer una virtud de rango élite.
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Two Suns in a Sunset
Fantasy¿𝕻𝖔𝖉𝖊𝖒𝖔𝖘 𝖊𝖛𝖎𝖙𝖆𝖗 𝖆 𝖑𝖆 𝖒𝖚𝖊𝖗𝖙𝖊? En una sociedad en la que todo el mundo tiene poderes, Alfin es un plebeyo que consigue estudiar en la Academia Alma Plateada. El joven está enfermamente enamorado de su compañera de salón: Samin V...