• Hafefobia: Miedo a tocar o ser tocado •
-Es tú obligación.
-Pero... ¿Y si no me siento cómodo con mi pecado?
-Entonces comienza a fingir lo mejor que puedas.
• Advertencia de contenido •
No apto para personas sensibles, recomiendo leer las etiquet...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
______________________________________________
Jadeó. Sus instintos se dispararon en alerta cuando el tacto de las frías manos ajenas contra sus piernas se convirtió en caricias que iban desde los muslos hasta un poco más arriba de eso. Frunció el ceño notoriamente asqueado, reprimiendo el querer estallar en un ataque de pánico o parecido mientras aún permanecía a la vista de tantos. Armar un espectáculo no estaba en la lista, necesitaba conservar la imagen. Apretó con fuerza la mandíbula, aún reflejando esa jodida sonrisa falsa. Debía aguantar.
"Espera un poco más... solo un poco..." Se mencionó mentalmente.
Avanzó cada vez más, ignorando lo mejor que podía el insistente toque sobre su piel. Sin embargo, en cuestión de segundos sintió bastantes manos haciéndole compañía a las primeras, claro era el objetivo de todos esos demonios. En cualquier ocasión similar podría soportar ello sin problema alguno, incluso sabiendo exactamente las intenciones, estaría bien... si no fuera que aquellas caricias fueron escalando a más que eso, más arriba de sus piernas, a una zona más privada, más sensible.
Era suficiente, hasta entonces había aguantado absolutamente cualquier cosa asquerosa entre la multitud, pero tocarlo ahí sin su mínimo consentimiento era demasiado. No logró contenerse, no logró reprimirlo más. Un brillo cian comenzó a palpitar amenazadoramente desde su interior, aumentando su intenso neón cada vez más hasta que simplemente las llamas que anteriormente transmitían ese ambiente de diversión, ahora hacían uso de su verdadera función. Todo empezó a arder.
No quiso abrir los ojos por el miedo, sabía lo que había hecho, llegó a hacerlo hace bastantes décadas atrás en repetidas veces, pero ese horrible sentimiento nunca se iba; el saber que por su casi nulo autocontrol causaba peores problemas a los que se enfrentaba.
Respiró agitado, finalmente viendo el desastre que había ocasionado y los rostros de los demonios que reflejaban horror, quienes a la vez se iban alejando de su presencia. No los culpaba, después de todo la vista de los cuerpos carbonizados de los demonios que se encontraban lo suficientemente cerca de su ser no era la mejor de todas. Incluso a él le causaba un horror indescriptible. Los demonios sobrevivientes lo vieron en estado de trance pero él ya no tenía otra razón para continuar permaneciendo ahí por lo que alzando su mano, dibujó lo más rápido que pudo un portal, entrando rápido en este y apareciendo dentro de su habitación al siguiente momento.
-Ya pasó, ya pasó, ya pasó...-
Dirigió una de sus manos hasta su pecho, sintiendo como su corazón latía con fuerza, tal como si quisiera salirse de su mismo lugar. El nudo en su garganta le impedía respirar adecuadamente.
-Es-tás bien, maldita... sea, ¡estás bien!-
Un ataque de pánico.
Llevó ambas manos hacia su rostro, tirando desesperadamente de las plumas color índigo mientras las lágrimas caían en abundancia desde su mentón hasta las losas del suelo. Se odiaba tanto por reaccionar de esa manera, por no poder ser lo que todos esperaban de él, ¡por ser simplemente tan patético!
Descubrió su rostro al cabo de un corto tiempo, mirando sus manos con pequeñas plumas en ellas, resultado de haberlas jalado con tanta fuerza, de un momento a otro comenzó a forcejear por deshacerse de su ropa, necesitaba tomar un baño lo antes posible. Quitar esa maldita sensación de asco que lo consumía. Estaba sucio por dejar que lo tocarán de esa manera, debía lavar la suciedad de su cuerpo.
La misma rutina.
Cuando las caricias eran más que solo eso y habían horribles intenciones detrás de todo.
Cuando se sentía tan mal consigo mismo por continuar permitiendo todo, pero al mismo tiempo sentirse tan estúpido pues él era la misma representación detrás de todo eso.
