𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐕

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Algunos... varios... o quizás hasta docenas de pequeños pasos comenzaron a ser perceptibles dentro de su campo auditivo una vez sus propios pies tocaron ligeramente las losas azul marino de aquel pasillo, siendo el principal del edificio, uno construido específicamente para el encuentro entre los hermanos gobernantes del infierno en general.

El portal que se ubicaba detrás de si mismo se cerró de manera automática cuando finalmente estuvo al otro lado esperado.

Asmodeus posó su mirada en los alrededores del lugar antes de percatarse rápidamente que los pequeños sonidos que se escuchaban perturbar la aparente tranquilidad del edificio eran provenientes de diferentes tipos de demonios que iban de un lado para el otro, intentando y más que nada procurando asegurarse de tener el lugar lo más presentable posible ante la llegada de los príncipes infernales.

Sin embargo y a pesar de que la hora se podría considerar una ya... bastante tarde como para estar comenzando una reunión de "suma importancia" (cómo podría ser considerada aquella) no había avistamiento alguno de los otros demonios gobernantes.

Al estar seguro de la falta de presencia de su mayor
ansiedad en el momento, fue justo entonces que se permitió a si mismo dejar escapar un largo y exhausto suspiro, después de todo, aparentemente ninguno de los otros había llegado, o al menos aún no se encontraban dentro de la sala de reuniones. Aún con un pequeño peso del estrés sobre sus hombros, fue a sentarse sobre uno de los sillones cercanos.

Era bastante notoria su tensión, pues las plumas índigo se encontraban erizadas, siendo lo suficientemente visibles para las demasiadas miradas que se le eran dirigidas. Asmodeus solo pudo encogerse junto a un abrazo dirigido hacia si mismo, siendo bastante su incomodidad ante la situación.

Sentía... se sentía juzgado, ¡cómo si ellos ya lo supieran! Los pensamientos negativos comenzaron a llenar su mente cada vez más. ¿Si esos demonios lo sabían, entonces también los otros lo harán?... Oh no. Oh no... ¡¿Qué podría hacer él ahora?! Lo estaban juzgando seguramente. Si. Eso debe ser, por eso todos lo están viendo, claro que no era porque se trataba del primero de los demás príncipes en llegar, y además de ser un momento donde ni siquiera se encontraba "decente" el lugar, además de que su sola presencia ponía aún más nerviosos a los demonios trabajadores de ahí, y quiénes estaban atentos al lenguaje corporal de su señor, después de todo si, llegaban a captar que algo no le gustaba entonces deberían estar ahí para él apenas lo ordene. Claro que no era por eso, Asmodeus podía asegurarlo.

El estado sumamente nervioso de Asmodeus fue captado por cierto príncipe infernal, aquel quien con un pequeño ademán de su mano inclinó a las almas distraídas o trabajadoras en una reverencia exagerada hacia él, sin importar si fuera por voluntad propia o no en ellos, buscó el respeto que merecía y necesitaba como un ser superior, haciéndose notar en todo su esplendor gracias al aura y aroma distinguido que emanaba de su interior, incluso el acompañamiento de algunas llamas alrededor de su contorno. La sonrisa arrogante se expandió por su rostro antes de inclinarse frente al chihuahua que parecía ser el señor de la lujuria, eso debido a un temblor leve que lo envolvía, mano en la cadera mientras una cola ultra delgada y en terminación de flecha se meneaba con gracia detrás de sí.

-¿Qué te tiene tan mal, querido? -Asmodeus casi saltó de su asiento ante la voz, ojos verde limón abiertos con estupefacción miraban al causante de su sobresalto.

-Beelzebub... -Un dolor agudo se instaló sobre su pecho y permaneció constante.

-¡Ugh! que formal de tu parte. Somos hermanos Asmodeus, guarda eso para la reunión, ahora estamos solos y en confianza.

El comportamiento de su hermano parecía más relajado de lo normal, aunque la cara de come mierda seguía ahí y su hablar parecía ser tan fastidioso como siempre no demostraba indicios de saber sobre algo el incidente. Logró suspirar disimuladamente para pasar desaparecido por el otro y se levantó de su asiento.

-En fin... ¿Qué tal todo en lujuria? Hace taaaanto tiempo que no he sabido sobre ti, así que espero me mantengas al tanto de todo.

-Bien, todo bien. -Se apresuró a decir, un poco o quizás muy rápido pues ganó un ceño fruncido por parte de Beelzebub, seguido de una expresión que solo podría indicar que Asmodeus la había cagado en grande al demostrarse de esa manera tan... expuesta frente al otro, mostrar su nerviosismo fue una clara invitación al menos a una extensa ronda de preguntas que no tenía ganas de responder.

-¿Acaso algo sucedió en tu perfecto anillo? -mencionó en un tono burlón.

-Beelzebub, es suficiente. No estoy...

-¿De humor? por favor, eres lujuria, siempre estás de humor de una u otra manera. De hecho me sorprende que no te haya encontrado follando con uno de tus sirvientes.

-Eso es... Olvídalo, no quiero discutir contigo y mucho menos aquí.

-¿Por qué? ¿demasiada atención para ti?

Asmodeus decidió ignorarlo, cruzó sus brazos con aparente calma y caminó hacia otra dirección, buscando evitar al otro, más fue en vano pues fue perseguido por él.

-Que grosero, dejando a tu hermano hablando solo ahí atrás... -Nada, ninguna palabra. Asmodeus no pretendía hablar en ese momento.

-Asmodeus, responde. ¿Me vas a aplicar la ley del hielo? Vamoos, solo dije la verdad así que no tienes porque sentirte ofendido. ¿Ahora te cuidas? ¿te asusta contraer una enfermedad? ¿o no quieres dejar embarazada a alguien? hasta este punto me sorprende que no tengas hijos regados por todo el infierno, al menos no que yo lo sepa... ¿tienes hijos?

-Ya entiendo lo que sucede, no tuviste un buen sexo anoche así que por eso estás así de irritable.

-Cállate.

-Al fin respondes ¿entonces tengo razón?

-He dicho que te calles. Dejame en paz.

-Tu actitud lo admite hermano, ¿eso explicaría lo que sucedió ahí?

Asmodeus se limitó únicamente a soltar un gruñido de advertencia, sin procesar detenidamente las palabras del otro príncipe.

-Wow ¿te estoy haciendo enojar Asmodeus? Oh Satán. ¡Escuchen todos, el señor de la lujuria está molesto conmigo! Vaya sorpresa ¿no?-Alzó ambos brazos y lo señaló. Una vez más, la atención estaba solo enfocada en Asmodeus.

-¡Basta! -Comenzó a emitir un parpadeante brillo cian, ya conocido por él. Las burlas de Beelzebub se detuvieron en el momento que lo miró con atención y finalmente entendió lo peligroso de la situación al haberse dejado llevar más de lo adecuado, incluso aunque ambos fueran del mismo rango sabía que las flamas de Asmodeus eran letales para él. A pesar de todo gula no iba a parar tan pronto, había llegado hasta un punto de no retorno al provocar la ira de su hermano menor y con el orgullo en lo más alto reemplazó su sorpresa con burla.

-¿Qué? ¿También vas a quemarme como lo hiciste con esos demonios en lujuria?

Silencio. Un silencio sepulcral reinó en el edificio.

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❛𝐇𝐀𝐅𝐄𝐅𝐎𝐁𝐈𝐀❜-›››𝐹𝑖𝑧𝑧𝑎𝑟𝑜𝑧𝑧𝑖𝑒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora