02: Más allá del jardín

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Jungkook era positivo, estaba lleno de energía y constantemente tenía atención de todos, era el tema de conversación en cada lugar al que llegaba, aparte sobresalía en lo que hacía. Era un gran atleta, tocaba la guitarra y tenía una melodiosa voz que hacía que cualquiera cayera rendido a sus pies, era perfecto, ¿No?

Desde su llegada al instituto, las personas estaban siempre a su alrededor o detrás de él. Pero ninguna de las muchas personas a su alrededor le llamaban la atención, sólo aquel chico solitario, sentado en el primer puesto. Toda su atención estaba puesta completamente en él.

Por alguna razón, Jungkook simplemente no podía dejar pasar a alguien así, no le gustaba ver a las personas solitarias, ver a alguien de ese estilo, tan retraído, solo y callado, le traía malos recuerdos, es por eso que quería acercarse a Taehyung desde el momento en el que lo vió.

El recorrido terminó en el jardín trasero del instituto.

—Éste es el jardín trasero, casi nadie viene por esta parte del colegio, no me preguntes por qué – le comentó Taehyung al Jungkook.

—Me parece el lugar perfecto para tomar un descanso de la gente, ¿No te parece? – dijo Jungkook, mientras se detenía a mirar alrededor.

Taehyung no respondió, lo que menos quería era que Jungkook se quedara en ese lugar o decidiera permanecer allí por el resto del receso, eso arruinaría sus planes por completo, más de lo que ya se habían arruinado.

—¿Qué hay por allá? – preguntó Jungkook, señalando una acumulación de arbustos que parecían tener un espacio vacío en el que se asomaba un camino.

Jungkook se acercó al lugar, y un poco más adelante de los arbustos había un camino que se adentraba al bosque.

Los árboles estaban iluminados por los escasos rayos de sol que pasaban a través de sus ramas y creaban un efecto de iluminación tenue que a Jungkook le pareció hermoso.

—Nadie pasa por ahí desde hace mucho, no saben hasta dónde llega el camino – dijo Taehyung, que nunca se había atrevido a pasar los arbustos.

—¿No sientes curiosidad de saber qué puede haber al final? – preguntó el curioso Jungkook, mientras se acercaba más al inicio del camino marcado con piedrecitas de diferentes tamaños y colores.

Sería una mentira decir que Taehyung no se sentía intrigado de alguna manera, desde hacía mucho tiempo quería saber qué había en aquel lugar, pero no se atrevía a ir, al final, no era necesario correr riesgos innecesarios.

De manera contraria, mientras más veía Jungkook el camino semi-iluminado, más quería atravesarlo justo en ese momento, y descubrir hacia dónde conducía.

Inesperadamente, Jungkook tomó la muñeca de Taehyung, que se encontraba mirando hacia la profundidad del bosque, y lo jaló hacia el camino.

—Veamos a dónde nos lleva – dijo Jungkook mientras arrastraba a Taehyung en las profundidades de lo que para ellos, era desconocido.

—Espera, no deberíamos ir por aquí – dijo Taehyung quien ya se encontraba lejos de los arbustos, cada vez más profundo en aquel lugar.

Jungkook giró su cabeza, y con un gesto de seguridad, tomó la otra muñeca de Taehyung y empezó a caminar en reversa, quedando frente a él, con una amplia sonrisa que iluminaba el lugar mucho más de lo que el sol lo hacía.

—No tengas miedo, estás seguro si estás conmigo – le calmó Jungkook.

Por primera vez, Kim Taehyung sintió que su corazón palpitaba con fuerza, y no palpitaba con esa frialdad constante, no eran esos latidos usuales llenos de nostalgia y monotonía, su corazón había empezado a cambiar su ritmo, y de un momento a otro, todo a su alrededor empezó a cambiar, la luz del sol se hacía más fuerte, el color de las plantas era más oscuro, los sonidos se tornaban más claros y la sonrisa de quien tenían enfrente era cada vez más cálida y... Hermosa.

Taehyung quería detenerse desde que había empezado a caminar, pero sus piernas no hacían caso a sus pensamientos, estaba siendo jalado y no ponía ninguna resistencia. No sabía si era la curiosidad que sentía por descubrir hasta dónde lo llevaría el camino, la necesidad de romper la monotonía diaria, o algo más fuerte que eso.... Algo fuerte, y a la vez suave, como el agarre de las manos de Jungkook alrededor de sus muñecas.

Luego de un tramo corto, el camino desapareció, y al alzar la mirada ambos pudieron observar cómo el bosque creaba un círculo alrededor de un estanque de agua cristalina, habían dos rocas en el medio del estanque, de diferentes tamaños, que vistas desde la perspectiva en la que se encontraban daba la impresión de tener la forma de un corazón.

—Woah, ¿no te parece hermoso? – dijo Jungkook, mientras se acercaba al agua – esas rocas de ahí parecen crear un corazón, es simplemente hermoso, ¿No crees? – preguntó Jeon, maravillado por aquella vista.

Desde los ojos de Taehyung, que se había quedado un poco más detrás, la vista definitivamente no era la habitual. Estaba viendo un paisaje colorido, con plantas diversas y un estanque de agua tan claro que hacía que cada gota pareciera de oro cuando reflejaba el sol.

No sólo las plantas y el estanque eran hermosas, estaban aquellas rocas, cubiertas de musgo, algo que para él generalmente sería aburrido, feo y de mal gusto, pero delante de ellas, estaba ese chico, que las contemplaba enamorado. La totalidad de la imagen que estaba percibiendo Taehyung era lo más hermoso que había visto en su vida.

Lentamente, los colores empezaron a surgir y todo a su alrededor pasó de ser frío y distante, a ser cálido y acogedor.

Estuvo un rato atrapado en el tiempo, sentía que la imagen que veía no era más que una fotografía tomada desde su ángulo, una fotografía que por siempre, estaría guardada en lo más profundo de su corazón.

Estaba en un trance observando el paisaje y a Jungkook en el medio de él, cuando el sonido de su reloj hizo que volviera en sí y aterrizara de la nube en la que sentía que estaba.

—Ya es hora de volver a clases, vamos tarde – dijo Taheyung, que para su propia sorpresa, no estaba tan molesto de estar llegando tarde a su siguiente clase.

Ambos se pusieron en marcha de regreso, y llegaron juntos al salón donde en conjunto volvían a su realidad.

La gente estaba amontonada alrededor del asiento de Jungkook y el puesto de Taehyung seguía siendo aburrido y nulo, sin vida alguna. Habían vuelto a su verdadero ambiente, a lo típico, a sus costumbres, a sus asientos en aquel salón, que a pesar de estar a menos de treinta centímetros, se sentía como si un abismo los separara pesada y rotundamente. 

Más allá del jardín (KookV)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora