27 Tras una tormenta, un huracán | Irene

1.8K 130 7
                                    

—Hola, Corazón —Escucho a Asher y me giro buscándolo, está en la puerta de mi habitación con los brazos cruzados y su hermosa sonrisa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Hola, Corazón —Escucho a Asher y me giro buscándolo, está en la puerta de mi habitación con los brazos cruzados y su hermosa sonrisa.

—¿Cómo está Collin? —Anoche, cuando llegué a casa con Mary, me dejó un mensaje de que se quedaría a controlar a su amigo; le invito a entrar dando un par de golpecitos a la cama donde estoy sentada—. ¿Enloqueció mucho?

—Se emborrachó hasta perder el conocimiento —dice aceptando mi invitación—. Parece que solamente así pudo descansar, y el dolor de cabeza por la mañana no le dejó pensar en hacer tonterías.

—¿Tonterías como cuáles?

—Empeorar la situación y venir a buscar a Mary. De cualquier manera, estoy seguro de que ella no va a querer hablar con él, y acosándola no sumará ningún punto con ella.

—Bueno, en eso tienes razón. Se suponía que sería una noche grandiosa.

—Aún podemos tener una noche grandiosa, pero solamente tú y yo. ¿Qué dices?

—Que sí, creo que ambos nos la merecemos.

—Pero sin los problemas de los demás, al menos por una noche. Solamente tú y yo —Asiento dándole la razón.

—Asher, no creo que debas guardarme secretos —aclaro de una, pues no quiero dejar ese tema olvidado.

—Lo sé, y en verdad lamento no haberme sincerado contigo desde el principio, Corazón. Tenía miedo de que pensaras mal de mí, ya sabes, no ser el tipo de hombre que puede cuidar de ti.

—Bueno, no estoy buscando que alguien me cuide porque es algo que puedo hacer sola, pero me complementas y quiero estar contigo.

—¿En serio?

—Sí, definitivamente sí. Escucha, confío en ti, pero si me ocultas las cosas habrá problemas y muchos malentendidos, porque para poder creerte necesito que me digas las cosas como son y no permitas que yo haga especulaciones.

—Lo sé, eso me quedó bastante claro hoy. Te prometo que no volverá a suceder. Irene..., no sé qué haría sin ti.

—Salir adelante como yo lo haría si fuera necesario. Es decir, creo que enamorarse está bien y estar con esa persona lo hace aún mejor, pero si las cosas no funcionan, no se acaba el mundo.

—Podemos estar con esa persona aun si no la necesitamos para vivir, porque es nuestra elección, y si luchamos por permanecer juntos, es porque vale la pena estarlo.

—Así es, si luchamos por ello, es porque le hace bien a nuestra vida.

—Tienes razón, y tú más que nadie le ha hecho bien a la mía.

—Asher, otra cosa. Nada se resuelve a golpes.

—Me sacó de mis casillas —confiesa colocando sus codos sobre las rodillas—, yo te buscaba desesperado, y de repente ese tipo aprovechando la oportunidad... Irene, mi autocontrol iba a fallar alguna vez. El imbécil es un aprovechado, y no voy a permitir que se acerque solamente para desestabilizarte.

Una chica curvilínea | Bilogía Complejos I | Finalizada ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora