Me agarra de la cintura para atraerme más hacia él. Yo a penas puedo sostenerme en pie.
Si Alejandro Ventura supiese lo que estaba haciendo hace unas horas... ¡sí Alejandro, me estaba intentando casar! Debería saber que no estoy nada necesitada, nada en absoluto... aunque es cierto que no he tenido sexo en mi vida, pero si me han besado ¡y en numerosas ocasiones!
Pero estos besos en el cuello... esto es otra sensación, algo de otro mundo.
Mi cerebro no está mandando las señales correctas a mi cuerpo. Debería parar. Debería apartarle con fuerza y quitármelo de encima, pero como he dicho, la psicomotricidad no está de mi parte en estos momentos.
Y desde luego que mi fuerza de voluntad tampoco.
Por favor no pares.
– Te veo bien, mentirosa. – susurra separándose unos centímetros de mí. Tiene una sonrisa que demuestra lo mucho que esta disfrutando tener el control sobre mi cuerpo. Y por algún motivo yo he disfrutado al escuchar esas palabras.
Aunque noto como jadea levemente, consecuencia de la intensidad con la que ha estado besando mi piel, está dominando la situación.
Ay dios mío. Mi cara debe ser un cuadro.
La vergüenza me recorre el cuerpo en un escalofrío y me doy cuenta de que no he respondido a sus caricias. Me he quedado quieta, gimiendo y haciendo el ridículo ante lo que puede considerarse una celebridad entre la juventud hoy en día. Si Mery supiese lo que está pasando en estos momentos me abofetearía un millón de veces. Me diría: Olivia o espabilas o te arrepentirás el resto de tu miserable y puritana vida.
Así que tomo el control y lo agarro de la muñeca arrastrándolo hasta el plato de ducha. Enciendo el agua caliente y en seguida dejo que caiga sobre nuestras cabezas. El pelo se me queda pegado a la frente y no puedo evitar pensar en lo poco sexy que debo estar en este momento. Aunque él... él tiene agua recorriéndole los abdominales y unos labios rojos entreabiertos muy seductores y carnosos.
Alejandro lleva un bañador azul oscuro, está preparado para la ocasión. Sin embargo, mi vestido negro y ajustado no casa bien con el agua caliente y hace que se me pegue aún más al cuerpo y encoja.
Comienzo a acariciarle la clavícula con los labios, haciendo pequeños círculos con la lengua. Le escucho gemir y puedo sentir lo duro que está contra mi pierna. Tengo la mente y el corazón acelerados. No me reconozco, no sé por qué parece que sé hacer lo que sea que esté haciendo, pero continúo. Después alcanzo su cuello y observo que tiene un chupetón. Una marca causada por otra mujer. Me quedo paralizada unos segundos.
– ¿Qué sucede?
Es obvio que un Ventura nunca tiene la cama vacía. Habrá hecho esto con decenas de chicas esta semana. Pero esa marca parece muy reciente, incluso podría ser de hace menos de una hora y por un momento me pregunto qué narices estoy haciendo yo aquí.
Él se da cuenta y en seguida vuelve al ataque en un intento de distraerme, algo que me descoloca por completo. Me sube a ahorcajadas y coloco las piernas alrededor de su cintura, me estampa contra la pared y durante unos segundos mueve su cintura apretándola contra la mía. La sensación de placer es absoluta y quiero besarlo.
Pero estoy enfadada, muy enfadada.
– Sé lo que estás pensando. – dice leyéndome la mente.
– Que yo sepa no tienes poderes telepáticos. – digo girando la cabeza para mirarlo fijamente.
Inspecciono su piel perfecta, y el diminuto lunar que tiene encima de la comisura de sus labios. Es perfecto.
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UN COCKTAIL PARA LA ÉLITE
Jugendliteratur¡Bienvenidos a la desastrosa vida de Olivia Galán Galeano! A Olivia la acaban de dejar plantada en el altar. SÍ, como lo lees. Su prometido decidió que era buen momento para confesar que en realidad le gustan más los hombres que las mujeres. Si sig...