Me acuerdo cuando me presentaste a tu familia. Veíamos mis vídeos favoritos todos juntos. Me acuerdo de cuando me decías que era única y especial. ¿Te acuerdas de todo eso? Gracioso, porque ahora te odio.
Ya pasada la cena de navidad, podía alejarme de todo y escuchar algo de música. Esa por la cual reservaba mi energía. Antes te daba mis horas, cuando me llamabas hasta tarde. Ahora no te volveré a echar de menos.
Veía sus historias todos los días. Subía fotos con Laura, y tenía una destacada con María. No me molestaba que no hubiera conmigo, ya que ahora ni hablábamos. Hasta que me llamaste. Me llamaste para que te diera algún consejo ya que no querías hablar más con Laura. Me llamaste como antes y volví a darte mi tiempo. Me llamaste y te arrepentiste, pero yo no caería de nuevo. No esta vez.
Desde esa llamada, me hablaba constantemente. Algunas veces ignoraba sus mensajes, pero algún que otro los respondía. No sabía si era por Laura o por qué quería hablar conmigo. Ya no sabía reconocer sus facciones, sus emojis, sus ojos. Ya no sabía si eran profundos, brillantes o alegres. Ya no sabía cuando estaba enfadado, cuando estaba triste. Algo que antes siempre acertaba, sabía reconocer perfectamente todas y cada unas de sus facciones, aunque fueran muy leves. Lo sabía y sabía que lo sabía. Siempre estaba cuando estaba triste, aunque no me lo dijera. Siempre estaba cuando estaba enfadado, aunque no se le notara. Siempre era yo, no Laura. Siempre estaba yo, y por mucho que lo negara, cuando él estaba mal por María ahí estaba yo. Y nuevamente estoy aquí. Pero ya no sé reconocer sus emociones, sus facciones. Cada parte de su detallada cara. No sabía leer ese libro por el cual me desvivía. Mi girasol ya no existía, y con ello, su esencia tampoco.Antes me maquillaba cuando salíamos, así pensaba que le gustaría más, como las que anteriormente le habían gustado. Ya no me maquillaba, ni tenía necesidad de hacerlo. Ya no me arreglaba para ir al instituto. Iba normal, y ahora, era Laura la que se maquillaba, la que se vestía arreglada. Éramos dos personas diferentes. Totalmente diferentes. "¿Por qué sigo estancada en lo mismo?" Seguía en ese pozo.
Me llegó un mensaje de Raúl. Me decía que había dejado a Laura ¿Y a mí que? Nos había hecho lo mismo, en resumen.¿Cuando me decías que me querías era en serio? ¿Cuando me decías que era el amor de tu vida lo decías en serio? Lo dudo muchísimo. Solo fui un juguete con el cual se divirtió un momento, y al otro ya quería otro juguete, con el cual jugar hasta encontrar alguno mejor. Entonces, cuando me decías que me querías me mentiste. Cuando me decías que era el amor de tu vida me mentiste. Me mentiste. A veces... Tenías tus dedos cruzados.

ESTÁS LEYENDO
A veces...
Teen FictionUn diario personal en el cual podremos encontrar preguntas comunes en la adolescencia. El primer amor. Ese del cual todo el mundo habla. ¿Y tú? ¿Ya lo descubriste? Entonces ¡Este libro es para ti! ¿A qué esperas?