A veces...

A veces... lo que haciamos solo nos dañaba

Hay algo en nuestra relación de "amigos". Algo llamado afectividad emocional. Me encontraba hablando con Raúl. Había días en los que nos peleábamos, días en los que lo necesitaba. Raúl tenía amigas, y claro que las podía tener, no éramos nada. Pero esas amiguitas... Me dan a lo que pensar. Ninguna de ellas me caía bien, no por ser como eran, sino por ser tus "amiguitas". Estaba celosa, y tanto. Pero no quería cagarla por mis celos, no quería perderlo.
El perfume de Raúl hipnotizaba, era mi debilidad. Raúl me enseñó a jugar Fifa. Él era muy bueno jugando, aunque solo tuviéramos 13 años. Pero no solo era bueno en eso, tenía talentos ocultos que muy pronto llegaría a descubrir. Y pienso ¿Cómo puedo atraer a algo bueno si en mi cabeza se repite todo eso malo que me pasa?
Raúl y yo, con el tiempo nos fuimos distanciando, tanto que ya ni hablábamos, porque yo tenía claro que no le pediría que se quedara. Y ahora vivo con el corazón totalmente partido en dos... Porque no te das cuenta de lo que pierdes hasta que buscas esos besos que ya no están, esos mensajes que te alegraban en día ya no llegan. Que ahora para Raúl solo soy un recuerdo del pasado mientras que él pasa por mi presente haciéndome recordarlo. No pensaba que lo fuera a perder, pero lo perdí y se que jamás te voy a recuperar, solo escribo esto para decir mentalmente que lo siento. Aunque un perdón no haga que mi corazón roto sane, ni que un mensaje arregle todo lo que está roto. Te juro que he intentado sacarlo de mi mente desde que lo conocí, pero siempre acaba volviendo. Entonces hoy me he dado cuenta de que te extraño más de lo que pensé, pero también necesito que haya un punto y final.
Entonces, a veces... Lo que hacíamos solo nos dañaba.