Final Alternativo

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50 años, ese era el tiempo que había pasado desde que lo perdió todo.

Minho parecía cada vez más un muerto en vida, un elfo sin propósito a punto de convertirse en un árbol, al que ni siquiera le importaba el incesante llanto de su madre y los gruñidos de su padre mientras firmaba el divorcio que lo separaba de Félix.

"Finalmente eres libre", trató de expresarle con la mirada, pero el gnomo parecía preocupado, tal vez lo estaba solo por ver llorar a su madre, Minho sabía en el fondo que Félix estaba muy feliz, sobre todo porque de vez en cuando soltaba una miradita en dirección al guardia de la puerta y le sonreía con discreción. Sus padres debían ser realmente tontos para no haberlo notado.

Minho estaba feliz por ambos, porque al menos Félix tendría su hermoso cuento perfecto, estaba enamorado y finalmente podía hacer pública su unión con el ninfa, como sabía que lo haría. Para Minho, la única parte de su vida que le producía felicidad era saber que había contribuido en la de Félix, su mejor amigo, su confidente, su alma gemela.

No sabía a dónde lo habían traído, solo que fue sacado como muñeca de trapo de su oficina real donde se encargaba del papeleo que requería ser Rey, porque ahora lo era, finalmente el reino era suyo, tal vez antes le hubiera hecho feliz ser Rey, pero ahora solo se sentía como una carga más, ya ni siquiera tenía una razón de ser. Sus días consistían en cansadas tardes ocupándose de sus asuntos, comiendo por obligación y durmiendo por necesidad, para despertar y repetir el proceso.

-¿Qué es este lugar? -El carruaje paró frente a un viejo edificio, Minho no tenía ni idea de dónde estaba, a pesar de que claramente era su reino y su territorio.

-Hyunjin y yo hemos venido a adoptar a un niño. -Respondió el gnomo, tomando la mano del ninfa para salir del vehículo. -Este lugar es un orfanato.

Cuando tuvo un pie frente al lugar, arrugó la nariz, era feo, tal vez debería empezar el papeleo para remodelarlo, le ponía los pelos de punta pensar que niños de su reino vivían allí. A pesar de ser un muerto en vida, Minho se preocupaba porque la gente de su reino estuviera bien.

-¿Por qué adoptar uno aquí y no en tu reino? -Hyunjin le rodó los ojos, lo usual.

-Porque queríamos una ninfa, Minho. -Respondió suave, su tan hermoso y amado mejor amigo, Hyunjin y Félix eran tan diferentes que aún no entendía por qué estaban juntos.

Como la respuesta tenía sentido para él, finalmente lo dejó, no preguntaría más.

Minho dejó a la pareja hacer sus cosas, ellos tenían algo que hacer de forma importante así que no quería estorbar. Recorrió los pasillos, escabulléndose donde nadie lo veía, porque no todos los días te encontrabas al Rey Elfo Minho en un lugar como aquél, y no quería pasar por molestas pruebas de respeto del personal, era incómodo para él.

Sin darse cuenta y a paso desorientado, fue a parar una banca en el patio del edificio, el lugar era feo por fuera pero el jardín era grande verde, aquella relajada vista le producía paz, tanta paz que al recostarse en aquel pedazo de madera logró conciliar el sueño sin darse cuenta.

Sintió cosquillas en su nariz, y pesadamente entreabrió los ojos, topándose con estrellas, pero había algo que se sentía extraño, abrió un poco más los ojos y notó lo que parecía ser una luna menguante, pero esta vez no eran brillantes sino cafés.

Fatum ᵐⁱⁿˢᵘⁿᵍDonde viven las historias. Descúbrelo ahora