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Jisung estaba cubierto de pies a cabeza, Changbin había procurado que nadie reconozca su apariencia fuera del reino. No sabía si alguien además de las hadas nobles sabían de su existencia, pero no quería arriesgarse.

Movió cielo, mar y tierra y sobornó a unos cuantos contactos para poder sacarlo sin que nadie lo notara, además, prepararía una coartada en caso de ser descubierto por el Rey, algo como "solo lo llevé a conocer a su repostero favorito" sonaba tal vez creíble.

Llevó a Jisung escondido en una carreta para poder cruzar hacia el reino de los gnomos, a unos pocos metros después de entrar divisó a dos caballos blancos con hombres encapuchados encima, situados a cada lado de él en la carreta.

Rezó, a la diosa de la luna y todo su séquito de deidades, no estar metido en algún problema.

-Hey. -Susurró uno de estos. -¿Lo traes contigo? -Changbin suspiró de alivio y asintió.-Bien, nos vemos en donde Chan.

Y sin más, ambos desaparecieron tomando otros caminos.

Así como había mencionado Minho, lo primero que hizo fue llegar a la pastelería, al abrir la puerta oyó la campana que avisaba que un nuevo cliente había entrado y automáticamente oyó a Chan detrás de la puerta del mostrador gritando "allá voy"

El gnomo pelinegro salió por la puerta tallando sus manos con harina en su delantal, llevándose la gran sorpresa de ver a Changbin frente suyo. Salió del mostrador y se dirigió justo a él para darle un gran abrazo de oso.

Chan hacía amigos por todos lados, Chan era amigo de todos y nunca se creaba enemigos.

-Aún no es último viernes de cada mes, ¿tanto me has extrañado? -Chan levantó una ceja, se le hacía extraña su presencia.

Changbin jaló el brazo de Jisung, el rubio se había mantenido detrás de su hermano mayor durante todo el tiempo, haciendo que el gnomo no lo notase.

-En realidad vine a presentarte a alguien, ¿podemos pasar adentro primero?

Chan no preguntó, solo asintió y volteó el cartel de la puerta que ahora decía "cerrado", para posteriormente guiarlos hasta adentro. Chan sabía el estatus de Changbin como noble y sabía que era importante si necesitaba presentarle a alguien en privado.

Cerró la puerta detrás del mostrador, dejando ver una espaciosa cocina lujosa con gran cantidad de hornos y refrigeradores, Chan manejaba fuertes cargas de pedidos haciendo que necesite de equipo profesional para su trabajo.

Changbin llevó las manos hasta la capucha de Jisung y se la quitó, revelando su delicado rostro por primera vez desde que llegaron. El gnomo quedó impresionado con la belleza de Jisung, no podía dejar de admirarlo hasta que la voz de Changbin lo sacó de sus pensamientos.

-Él es mi hermano, del que te hablé.

Chan reaccionó, inclinándose de una rodilla ante él y bajando la cabeza. -Es un gusto, príncipe Luna. Es usted muy hermoso, ciertamente.

Changbin quiso reírse del cambio repentino en la actitud del gnomo, pero Jisung se hallaba muy nervioso, sus mejillas se pintaron de un suave rosa, las palabras del gnomo sobre su belleza eran reales y podía sentir eso.

-No tienes que hacer eso, por favor. -Sonó nervioso, era vergonzoso para él cuando recibía esas muestras de respeto.

Chan se paró, sonriéndoles a ambos con calidez. -¿Tienen hambre? Deben estar agotados por el viaje, permítanme servirles de comer.

Fatum ᵐⁱⁿˢᵘⁿᵍDonde viven las historias. Descúbrelo ahora