Capítulo 3

22 4 0
                                    

ChangBin cerró la puerta de aquella sala de enfermería detrás suyo y se apoyó en ella suavemente para no hacer ruido ni abrirla devuelta. Entonces llevó sus manos a su cabeza, posó la base de sus palmasen sus ojos, mientras el resto rodeaba su cabeza y echó su cabeza hacia atrás. Liberó un sonoro y prolongado suspiro. ¿Qué demonios había hecho? Había cagado todo. Si a Kim ya no le agradaba antes, ahora lo iba a terminar de odiar, de despreciar. Y se maldijo en el mismo momento en el que lo vio aparecer allí frente suyo, interponiéndose entre los imbéciles y él, solo para ponerle la máscara y ayudarlo con los idiotas esos... pero que sin embargo no pudo hacer nada porque lo habían herido. Kim lo despreciaba, pero no había dudado en interponerse entre él y los otros para ayudarlo, para tomar aquella bala... por él...

Y si bien el castaño le dijo que solo lo hizo por instinto, y a pesar de que de cierta manera le creía, no podía evitar pensar que tal vez en el fondo, en verdad lo apreciaba como su compañero.

Todos aquellos pensamientos, como una *vorágine, en su cabeza le hicieron mella en su jodida lucidez. Resquebrajó su jodida máscara, su jodida máscara de profesional, porque en verdad comenzó a pensar que lo había hecho como algo personal. Ya que, si se hubiera tratado de los otros, quizás simplemente lo hubiera empujado y listo, pero con él no. Con él decidió interponerse en el medio y arriesgarse. ChangBin estaba jodido, y estaba aún más jodido luego de no poder creer que dejó salir su parte <<humana>> allí dentro, y que lo había jodidamente besado.

ChangBin solo quería desaparecer de allí. Y en efecto con ese pensamiento, se separó de la puerta por temor a que en cualquier momento el ajeno saliera por ella. Frunció su ceño deseando enviar todas esas sensaciones, esas emociones revolucionadas a lo más profundo de su ser y recuperar su personaje, su <<alter ego>>, deseó que nuevamente el <<imbécil de Seo>> despertara.

Caminó entonces hacia los vestidores en busca de su playera sudada, aquella que se había cambiado antes de ir a visitar al menor, y en mitad de camino se encontró con otro integrante del personal allí.

–Oh vaya Seo... ¿Estás planeando iniciarte en el nudismo? ¿O solo tienes ganas de alardear de tu cuerpo? –

Un joven rubio lo interceptó y le habló con burla. Seo frunció el ceño y miró al rubio.

–No estoy de humor para tus idioteces Bang. Solo tuve un inconveniente, que ya solucioné, así que deja de hacer trabajar esa mente pervertida que tienes–.

–¿Cómo sabes que estoy haciendo trabajar mi mente pervertida? Solo estaba haciendo una broma no era necesario contestarme así...–

–Vete a la mierda Bang–.

–¡Oi! Imbécil, ¿Debo recordarte con quien estás hablando? –

–Me la suda que seas el maldito hacker principal de la sede, y que seas mi superior, no estoy de humor he dicho, adiós–.

Dijo Seo con su tono más déspota y dándole la espalda al rubio, quien se le quedó mirando básicamente con la boca abierta. Porque jamás había visto a ese idiota en ese humor tan amargado. El imbécil daba un poco de miedo, y le molestó mucho pensar aquello, por lo que simplemente no dijo nada y se volvió a su puesto que no quedaba muy lejos de allí. Había ido en busca de café, pero ya no quería pasar por el mismo camino del pelinegro.

ChangBin llegó entonces finalmente al vestuario, a su casillero y volvió a tomar aquella prenda sucia y sudada y se la colocó encima nuevamente con un gesto para nada disimulado de asco. Lo bueno que ya podía regresar a su maldita casa, ducharse una vez más y cambiarse esa playera asquerosa. Sin embargo, no pudo evitar sonreír con cierta sorna, con cierto orgullo al imaginarse que cierto castaño tenía que salir de allí utilizando su playera.

ChangSeung: &quot;Fire on yours Lips&quot;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora