EPÍLOGO

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MinHo luego de terminar con aquella reunión y discutir cómo iban a agarrar al imbécil de Jeon, suspiró. Y cuando vio a sus dos últimos subordinados salir de la sala de juntas luego de que él terminase por echarlos, debido a queen verdad estaba sumamente estresado con el asunto, cerró la puerta.

Sin embargo, el estrés no le impidió que observara y notara que entre esos dos había algo más que simple compañerismo. La manera preocupada en que Han estaba chequeando la herida de Hwang, no era la de un simple compañero. Su rostro estaba mucho más cerca de lo necesario y Hwang no parecía sentirse intimidado por esa cercanía... Lo que le decía a MinHo que quizás no era la primera vez que el castaño se le acercaba tanto. Sonrió de lado. Sabían disimularlo muy bien, pero no podían engañarlo a él.

No es que le importe tampoco, a él por el momento le convenía que se llevasen <<así de bien>>. Ya que fomentaría más el trabajo en equipo, pero a la vez sabía que esa cercanía podría resultar contraproducente si es que pasara algo entre ellos negativo, y afectara nuevamente a la dinámica del grupo. Esta había mejorado muchísimo desde que Seo dejó de insultar a Kim... al mejor amigo de su primo.

MinHo tampoco había dicho nada, porque sabía que no era su asunto. Más, realmente le sorprendió cuando Kim le negó que algo había cambiado en él, y le sorprendió también que Felix supiera incluso menos que él. Cuando debía de ser al revés.

Kim se lo había negado, pero MinHo había notado que Seo estaba más al pendiente de Kim, y ya no era porque lo odiase, o al menos eso deducía el mayor de ese grupo allí.

Seo se había tranquilizado, había cambiado, pero el maldito era jodidamente bueno fingiendo que en realidad <<nada había cambiado>>, cuando él estaba seguro de que <<todo había cambiado>> y lo confirmó cuando su <<fuente de información>> le dijo que lo vio a Seo salir con el torso desnudo de la enfermería en la que estaba Kim, ese día que recibió el disparo. Y más sobre todo lo confirmó cuando él designó a Kim como el negociante en aquella última misión.

MinHo lo había hecho a propósito. Él quería confirmarlo y en efecto lo hizo cuando oyó enloquecer a Seo, ni bien Hwang había avisado que uno de los tiradores había escapado de sus manos. Seo se había apresurado a ignorar sus órdenes y había ido <<al rescate>> de Kim. Y si... <<nada hubiese cambiado>> Seo jamás hubiese reaccionado así, ni mucho menos con Kim.

MinHo sonrió de lado entonces cuando recordó esa vocecita que le había dicho que era una maldita locura, <<confirmar sus sospechas>> en una misión tan peligrosa como esa. Qué no era el momento, ni el lugar para sus tontos juegos... Más, una caricia a ese rostro, una sonrisa, un suave "solo confía en mí, sé lo que hago", y un rápido beso; y entonces terminó de convencer a aquella otra vocecita (que a veces sí tenía la razón y cumplía la función de voz de su consciencia), que ya no dijera más nada.

MinHo entonces ya en el estacionamiento miró que ya básicamente no quedaba ningún otro coche más que el de él, o al menos de su sección, porque sí, MinHo conocía a la perfección los coches de cada uno de sus subordinados.

Quitó la alarma de su coche, y tirándose contra su asiento, suspiró algo cansino, pero a la vez no se dejó vencer, pues estaba ansioso también por regresar a casa y relajarse un poco, porque él en verdad lo necesitaba más que nunca...

MinHo puso el coche en marcha y se dirigió a su casa.

* * *

Treinta y cinco jodidos y eternos minutos después, él ya estaba aparcando en su casa viendo aquel otro vehículo tan conocido. Sonrió ansioso y sacando la llave de sus bolsillos, luego de estacionar y trabar su coche, colocó la llave en la cerradura de su casa.

ChangSeung: &quot;Fire on yours Lips&quot;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora