El maestro del bosque de bambú

Reencuentro final

En los últimos días se sintió más calmado. Era como si su claro se sintiera como un perfecto paraíso donde descansar, a pesar de ser un fantasma y no tener que comer ni dormir. Aún así cerrando los ojos y quitándose los lentes decidió disfrutar el dulce olor que el viento traía.

La fría piel alrededor de sus ojos se calentó, algo caía por esta mas no podía ver. Aunque tampoco lo necesitaba, ya sabía con certeza quien era el que jugaba.

- ¿Shizun, esperaba a este díscipulo? porque yo sí lo hice

Incluso si la voz adquirió unos tonos más graves podría llamarlo sin ninguna duda. Luo Binghe había vuelto a su lado como siempre lo hacía, su interior con esta confirmación se tranquilizó que incluso vergüenza sintió. Su "alumno" seguía siendo el mismo niño de antes.

- Que te dije sobre llamarme así - buscó sus lentes hasta que sintió como se lo ponían en su rostro. Con estos puestos recién pudo captar la alta figura en la que el protagonista se había transformado- Y aún más con lo fuerte que te has vuelto. Yo solo te dí pequeños consejos, no soy digno de ser tu maestro.

Dijo sincero queriendo averiguar por qué aún lo hacía. Al no tener respuesta recordó que aquel no podía entender cuando hablaba, pues el joven aún lo veía con una extraña sonrisa dulce, así que tomó un pequeño bambú quebradizo y escribió repitiendo todo lo que dijo.

Aquellos ojos rojizos siguieron cada trazo de los carácteres que escribía, causando que su escritura adquiriera ciertas curvas por los nervios. Pero aún así aquel parecía a gusto pues incluso le dio un fuerte abrazo como si de un pequeño aún se tratará. Sabía que no debía confiar de esta nueva versión de túnicas amarillas pero en vez del miedo que en algún momento cuidanfole sintió, ahora se sentía cómodo entre sus brazos.

Rodeado entre el olor del bambú y aquel que estaba presente en el traje de joven pudo cerrar sus ojos sin acordarse de preguntar que era aquello rojo que tenía manchado en su mejilla.

Fin.