¡ʜᴏʟʏ ʜ0ʟᴇ! | sᵘⁿˢᵘⁿ

─ ᴀᴄᴄɪᴅᴇɴᴛ

Sunghoon saboreaba el sabor metálico de su piercing cada que pasaba su lengua para humedecer sus labios. Estaba sediento y caliente.

El chico cuyo nombre aún desconocía sonreía como un bebé viendo una película animada. Conocía ese sentimiento, te sentías libre por unos minutos.

─ Park Sunghoon ─ El peliplata extendió su mano para saludarlo y no dudó en mostrar su sonrisa más coqueta, una que parecía funcionar pues el enano le sonreía.

─ Soy Sunoo, Kim Sunoo ─ Sus mejillas regordetas se veían extremadamente lindas, Park imaginaba lo lindas que se verían esas mejillas si tan solo su polla estuviese ensartada en la boca ajena.

La gran erección en su pantalón era prueba suficiente de cómo le prendía ese enano.

─ Mamá vendrá pronto... ¿puede decirle que lo hice bien? ─ El menor de los dos jugueteaba con sus dedos un tanto nervioso. No podía creerlo, él le estaba pidiendo a otra persona que mintiera, se sentía la peor basura del mundo. Esperaba tener el perdón de Dios.

─ Con una condición ─ Sunoo lo veía confuso pero asintió lento. Si su madre se enteraba de que no había predicado le pegaría. Él no quería eso, era doloroso y vergonzoso porque él ya casi cumplía dieciocho. A medida que crecía quería sentirse más independiente y propio de sí, a su edad le daba vergüenza ser golpeado.

─ Tengamos una cita el sábado ─ Jaeyoon escupió todo después de escucharlo y es que él nunca se fue del lugar, ni él ni su novio, Heesung. Ambos veían con curiosidad al peliplata y al pequeño Sunoo que lo veía con susto y sonrojo.

¿Qué demonios hacía Sunghoon?, ni él lo sabía.

─ ¿Quiere que seamos amigos? ─ Sí. Pero además Sunghoon quería corromper cada parte de su ser, follarlo hasta que ambos no puedan más y lloren de cansancio, quería que su polla esté irreconocible por la hinchazón que follar tantas veces le provocaría. Quería verlo suplicar por más, chupar cada centímetro de su virginal culo y tragar todo su semen, pero claro, solo se limitó a asentir.

─ Mamá dijo que usted no era creyente... ella no me dejaría ser su amigo ─ Sunoo mostraba una tristeza genuina pues era la primera vez que alguien quería ser su amigo. Usualmente huían de él y se burlaban, mientras que sus padres lo alejaban de aquellos que no serían una buena influencia, realmente llevaba una vida aburrida. Sin amigos, sin salidas, solo sus padres y sus viejos amigos.

─ Dile que vienes a hablarme de tu Dios y ya. ─ Sunghoon se veía despreocupado, mientras Sunoo tenía un corto circuito en la cabeza, ¿le proponía mentir?, él no podía hacer eso. Definitivamente no.

─ Solo piénsalo, ¿sí? ─ El peliplata tomó la biblia y la entregó al más bajo rozando gentilmente sus delicadas manos y con ello sintiendo una corriente en todo su cuerpo que lo impulsaba a tocar más.

El tiempo con él fue sumamente corto pero lo había disfrutado y por supuesto que le encantaría volver a ver al responsable de sus próximas pajas por la noche.

La madre del pelinegro los veía expectantes, por alguna razón Sunghoon solo quería ahorcarla y hacer que deje de acosar al próximo padre de sus hijos. A penas la conocía y ya la odiaba.

─ Señora Kim ─ Hipocritamente hizo una reverencia y sonrió de lado.
─ La charla con su hijo ha sido de gran ayuda. Espero que él siga viniendo a verme.

El rostro de la mujer era tétrico, parecía que se orinaría de la felicidad y aunque Park intentó ser empatico, sólo conseguía un dolor de estómago.

Sunoo por supuesto negaba a escondidas, él no quería mentir pero Sunghoon lo había hecho por él.

Por la noche Sunghoon agotó su energía buscando alguna red social del pelinegro que por supuesto no existía. Sin embargo no dejó de pensar en él y mover violentamente su mano sobre su caliente falo. Masturbarse con el rostro de Sunoo en la mente era algo a lo que fácilmente se acostumbraría porque por supuesto pasaría más de una vez.