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Era un hecho, estaba debutando en su primer mundial, en el cual se había vuelto titular de un partido a otro, específicamente en el partido contra Polonia, y la selección Argentina se encontraba en cuartos. Ese día Fernández había logrado adueñarse de la mitad de la cancha, y aunque no logró anotar ningún gol, se sintió más que contento.

Enzo no lo podía creer, estaba viviendo un sueño del cual deseaba jamás despertarse, había querido esto desde chiquito y con muchísimo esfuerzo lo había logrado. Pero en especial, deseaba esto porque sabía perfectamente que en cuanto terminara el mundial, dejaría de ver a su compañero de cuarto, Julian Álvarez, las veinticuatro horas del día.

Fernández y Álvarez se habían conocido en River y eran muy buenos amigos, ambos confiaban en el otro y se apoyaban mutuamente. Pasaban mucho tiempo juntos cuando entrenaban y jugaban, pero fuera de sus horarios de trabajo también lo hacían. Tanto Julian con Emilia, como Enzo con Valentina y con Olivia, solían juntarse los fines de semana a comer o hacer distintas actividades juntos.
Era muy normal que ambos chicos se juntaran a ver partidos de distintos clubes en la casa de alguno y que las chicas, en esas dos horas salgan ellas solas, horas en las que Enzo aprovechaba para acercarse cada vez más a Julian. Pero eso, lamentablemente, se acabó el día que ambos dejaron de jugar en el mismo club.

A los meses de estar en River junto con Álvarez, se había dado cuenta de que su amigo cada vez la parecía más lindo y que, poco a poco, estaba más interesado en conocerlo mejor. Amaba la forma de ser de Julian, su humildad, su timidez, su risa, todo. Todo le gustaba de la famosa araña. Pero había un gran problema, él no era gay, y si lo era, no sabía si a Julian le pasaba lo mismo que a él.

Además, él tenía un familia hermosa, la cual si llegaba a separar, no se quería ni imaginar el escándalo que podía llegar a hacer Valentina. Lo único que tenía en claro era que, obviamente, él no iba a dejar a su hija tirada e iba a pedir la custodia de la beba. A todo esto se sumaba el que Enzo venía de una familia un tanto conservadora, se sentía ahogado con la idea de contarles a sus padres que él era, o creía que era, homosexual, no se imaginaba cómo, cuándo, ni dónde decirles.

Era todo raro y nuevo para Enzo, estaba hiper confundido respecto a su sexualidad y a sus sentimientos por el mayor. Tal vez, solamente era calentura o curisoidad por probar algo nuevo.
No podía pensar en una relación entre ellos dos, mucho menos que ahora los dos eran grandes figuras en el mundial y que eran mucho más conocidos y queridos a nivel mundial. Pero no podía evitarlo, cada vez que veía a su amigo, el corazón le latía a mil por minuto y sentía unas ganas inmensas de besar al contrario. Hasta había fantaseado con la loca idea de que su familia sean Julián y Olivia, demás estaba aclarar que su pequeña hija se llevaba excelente con la araña.

Como sea, la selección se encontraba festejando su victoria y las estrellas de esa noche eran Messi, como siempre, con un gol en los treinta y cinco minutos de partido, y Julián Álvarez, tras haber metido un gol a los cincuenta y siete minutos. Todos se le acercaban al cordobés, cosa que le causaba un poco de celos.

Gracias al agotamiento del partido, el festejo terminó hora y media después de cenar y todos los jugadores fueron a sus respectivas habitaciones. Aunque ese fue el caso de la mayoría, ya que habían dos que rompían con este esquema, el "Papu" Gomez y Rodrigo De Paul. Ambos seguían eufóricos tras la victoria, gritaban, cantaban y no paraban de saltar.

— MUCHACHOOOOOS, AHORA NOS VOLVIMO' A ILUSIONAAAAAAR. — Cantaban juntos, agarrándose de los hombros.

— Qué increíble, loco. No se puede creer la manija que tienen estos pibes todo el tiempo. — Licha se acercó a hablarle a Enzo, el cual rió.

— Yo necesito acostarme ya mismo, no doy más. Además, quiero guardar energía para cuando ganemos la copa. — Enzo le guiñó el ojo al contrario, el cual soltó una risita y palmeó su hombro.

— ● —

En cuanto llegó a la habitación, Fernández se metió a la ducha y mientras se encontraba en la misma, escuchó como Álvarez entraba a la habitación y luego cómo mandaba algunos audios, probablemente a su familia o a Emilia.

Salió del baño envuelto con una toalla sobre sus caderas y ahí estaba su compañero, tan solo en bóxer, tirado en su cama.

— Estaba esperando a que salgas. No sabes toda la mugre que tengo encima, loco, no aguanto más. — Comentó Julián junto con una sonrisa y su hermoso acento. — Boludo, estás mucho más marcado, después pasame tu rutina. — Le pidió la araña al morocho, pasando su mano por el abdomen del contrario.

Definitivamente, cada vez su convivencia con Julián se le iba a hacer más difícil si seguía haciendo cosas como esas, que la mayoría las hacía de manera inscociente e inocente. Pero con cosas así Enzo no sabía si era en broma, como amigos, o el otro chico también estaba buscando llegar a algo más con él. Y si se daba algo como en el segundo caso, no sabría bien qué hacer.

Ni bien su compañero se metió al baño, pudo notar que le estaba dando una taquicardia por que ante el mínimo contacto hacía que se le pare. No el corazón, no hace falta que lo aclare.

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Holis¡!

La verdad es que me daba un poquito de vergüenza subir esto, pero bueno jajs.

Si ven algún error o quieren que aparezcan otra parejas, díganme xfis.

Espero que lo disfruten, gracias por leer.🥰❤️‍🩹

Tu misterioso alguien. - Enzo Fernández x Julián Álvarez.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora