07

643 60 23
                                    

Esos cuatros días habían pasado volando entre tantos entrenamientos, juegos y charlas. La final había llegado. 

Los nervios eran visibles y entendibles, la emoción y adrelina que sentía cada jugador de la selección Argentina era increíble. ¿Tenían miedo? Sí, pero no importaba. Era hora de llevar la copa a casa, de demostrarles a todos que estaban equivocados al decirles que no podían.

Fue el penal de Montiel el que los convirtió en campeones. Fue aquél suspiró antes de que Gonzalo pateara en la final, el que los hizo sentir con confianza.

Escuchar los gritos de la gente, ver a Messi arrodillado en el piso, a los jugadores abrazándose, a Scaloni llorar desconsolado. Todo y todos eran la clara expresión de felicidad y orgullo.

Ese día, el mundo comprendió que cuando uno lo deseaba y luchaba por conseguir sus sueños, lo podía lograr.

Con Messi alzando la copa, todo el mundo estaba feliz.

Argentina explotaba de gente festejando, saltando, abrazándose entre todos y cantando como nunca. Había entre seis y siete millones de personas sólo en el Obelisco, una locura.

Literalmente, todo el mundo festejaba. Llegaban videos de todas partes de argentinos festejando o de gente de diferentes nacionalidades, celebrando lo mismo que todos.

Para muchos, fue el día más feliz de sus vidas.

Por otro lado, los jugadores estaban como locos. Habían bañado a Scaloni en champagne en el vestuario, el dibu perreaba en pelotas, uno se había tirado de cabeza al tacho de la ropa sucia, era todo un quilombo. ¡Ah!, no nos olvidemos que Otamendi transmitió todo esto en vivo.

En el micro todos iban celebrando, Enzo bailaba feliz, Juli tomaba, todo estaba bien entre ellos. Es más, Julián había tenido a upa a Olivia en algunas fotos y luego se la devolvió a su madre, quien la aceptó muy de mala manera. Menos mal que Enzo no se había dado cuenta.

Ya en el hotel, estaban todos en pedo. Scaloni había sido bañado en champagne (nuevamente) y Messi miraba embobado la copa.

— ALGO EN TU CARA ME FASCINA, ALGO EN TU CARA ME DA VIDA. — La "Araña" agarró a Enzo y se puso a bailar con él,  mientras con la otra tenía
un Fernet. — SERÁ TU SONRISA, SERÁ TU SONRISA.

Al cordobés parecía que se le recargaba la energía con cada trago de alcohol que daba. Su confianza aumentaba y su vergüenza se esfumaba.

Fernández, algo desorientado y mareado, aceptó bailar con él y, poco a poco, se fueron pegando el uno al otro. El roce constante de sus cuerpos, el calor que emanaba su "amigo" y esa sonrisa tan hermosa que tenía, hicieron que Julian se salga de control. Era ahora o nunca.

Agarró de la mano al menor y se lo llevó casi corriendo a la habitación.

— Wacho, ¿pasó algo?¿Estás bien? — Enzo se preocupó y pasó a su habitación cuando el otro abrió la puerta. — Me po–

—Cállate. — Lo interrumpió Álvarez.

Y rápidamente juntó los labios de ambos en un beso, el cual Fernández no rechazó.
Ya ninguno lo negaba, ambos se tenían ganas y necesitaban esto desde hace bastante tiempo.

— Mira Enzo, es re linda tu familia y a mí me encanta que vos seas re feliz con Valentina y Olivia, pero yo tengo las ganas de chuparte la pija que la puta con la que estás de novio no. — Tiró al menor a la una de las camas y se subió sobre él.

— Para, Juli. — Iba a continuar hablando, pero un pico en sus labios, lo calló. Él estaba un chiquitín más consciente que Álvarez y no entendía del todo qué era este cambio tan radical.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 18, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Tu misterioso alguien. - Enzo Fernández x Julián Álvarez.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora