Tu misterioso alguien. - Enzo Fernández x Julián Álvarez.

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Estaban en semifinales y a Argentina le tocaba jugar contra Croacia, cosa que ponía un poco nervioso a todo el equipo, pero no los tiraba para atrás ni un poco. A ver, tenían sangre argentina, miedo y plata nunca tuvieron.

— No voy a dejar que pase ni un gol, se los juro. — Dijo Dibu mientras levantaba unas pesas y todos lo miraron.

— Es, literalmente, tu trabajo. — Le contestó el Toro Martinez.

— Cállate que vos metiste todo en off-side en el primer partido. Tu trabajo es hacer un gol y los erraste todos.

— Bueno, basta. —Dijo Messi, dándose vuelta y mirándolos mal. — Me desconcentran, loco. Peleen en otro momento.

Y como, en la selección, la palabra de Messi tenía más peso y valor que la del Chiqui Tapia, el arquero y el delantero siguieron entrenando y dejaron de "pelearse". Algunos, solamente, se rieron y siguieron, uno de ellos fue Julián y Enzo se quedó embobado con su risa.

— ● —

En unos minutos el partido iba a comenzar, todos estaban en el vestuario, charlando y riéndose. Hablaban sobre los memes que veían en Twitter e Instagram por el mundial. La gente era increíble.

— Ya vengo, voy a mear. — Le avisó a Paredes, para dirigirse al baño.

Al entrar, vio a su compañero de cuarto sentado en el piso de los baños, con la cara escondida entre las piernas.

Obviamente se preocupó.

— ¿Qué pasa? — Le preguntó Fernández al cordobés.

— Estoy nervioso.

Respondió, levantando su rostro y el porteño no notó ningún signo de que hubiese estado llorando, cosa que lo tranquilizaba un poco.

— ¿De qué?

— De no poder hacer nada.

Obligó al cordobés a levantarse del suelo le acarició el cabello.

— Déjate de joder, Juli. Vas a brillar en el partido, la rompes siempre que entras a la cancha. La gente te ama — Casi se le escapa un "yo también". — , nosotros te bancamos en todas, todo juega a tu favor. Si Scaloni te puso como titular de un día para el otro, como a mi, es porque tenemos muchísimo para dar y sabe que somos buenos jugadores. Tenés que confiar en vos.

Sin darse cuenta, había posicionado sus manos en la cintura de Álvarez y lo había acercado un poco a él, maldita sea la costumbre que tenía con hacer eso, para disimular que le quería comer la boca ahí mismo, lo abrazó y el contrario correspondió.

— Gracias, Enzo. — Dijo, mirándolo a los ojos, con una sonrisa.

— De nada, Juli.

Para alguien como Julián, era complicado sobrellevar tanta atención y fama de la nada. Se había convertido en la estrella del mundial y eso lo agobiaba, lo cual no significaba que no le gustara, sino que el echo de ser tan tímido se lo ponía muy difícil.

Después de eso, el mayor se alejó de él y se fue lentamente de los baños, dejándolo solo. Pero luego volvió y se acercó al menor.

— Te quiero, Enzito.

Y depositó un beso en la frente del contrario. El porteño sintió que se iba a desmayar.