Tu misterioso alguien. - Enzo Fernández x Julián Álvarez.

06

Cuatro días para la final y los jugadores eran una mezcla de emociones. Pese a esto, todos seguían con sus rutinas y cábalas diarias.

— Yo no entiendo una mierda éste juego, lo odio.

Dybala se cruzó de brazos e hizo un puchero. Los juegos que se relacionaban con las cartas, no eran su especialidad, mucho menos el truco.

— Es fácil, joyita. Con un poco de práctica le vas a agarrar la mano.

Tapia miró a la joyita, mientras la daba una calada al habano entre sus dedos.

— Cállate, gordito, que te tengo de hijo yo.

Julián lo miró, junto con las cartas en sus manos y rió. Paulo hizo lo mismo.

Paredes entró a la habitación y tras él, Fernández.

— ¿Todos los días van a jugar ustedes? — Preguntó Leandro.

— Es cábala. — Respondió De Paul, quien estaba sentado junto a la joyita. — ¿Jugamos uno, Lean? — Propuso.

El de ojos claros sonrió y asintió.

— Enzo, sumate. — Lo invitó Messi, una vez que se estaba acomodando junto con los otros chicos para jugar al truco.

— Voy a hablar con Oli y con Valen, vine a chusmear qué hacían nada más. — Rechazó la oferta amablemente y se fue del comedor, para dirigirse hacia la terraza del hotel y ahí llamar a su hijita.

Uno, dos, tres, cuatro. Cuatro llamados y Valentina no le respondía. Le mandó, aproximadamente, treinta mensajes, ya preocupado. Su pareja vivía con el teléfono en la mano, ¿cómo era posible que no lo atendiera ahora?

Miró la hora, era temprano, seguramente Olivia no estaba ni bañada.

Cuando estaba por bajar, la pantalla de celular se iluminó, indicando que Valentina le estaba devolviendo la llamada.

— ¿Qué queres? — Preguntó la morocha.

— Hablar con mi hija. — Respondió directo. — Y con vos. — Agregó, casi en un susurró.

Él todavía sentía algo por la morocha, le costaba dejar de hacerlo. No podía borrar sus sentimientos de la nada.

— Olivia no está conmigo. — Comentó.

Si Enzo ya estaba furioso porque no le había respondido, esto hacía que sea su sentimiento sea peor. Pero lo que lo llevó a sí máximo, fue la voz de un hombre del otro lado de la línea y la risa de su novia.

— ¿Con quién está Olivia?

— Con mis papás, se la llevaron todo el día a pasear.

— ¿Con quién estás?

— Ya te dij-

Fue interrumpida.

— ¿Con quién estás vos, Valentina?

— Sola, Enzo.

Escuchó la risa de la morocha del otro lado de la línea y colgó la llamada. Tiró a la mierda el celular, probablemente estaba hecho pedazos.

La ira se hacía presente en su cuerpo y las lágrimas amenazaban con escapar de sus ojos, sin ninguna intención de parar aquella noche. Su mujer lo estaba engañando, en el momento más importante de su vida, ella le hacía eso.

— Eu, hace media hora estás acá, ¿qué pasó?

Escuchó la voz de Paredes y se dio vuelta a verlo. Ya se estaba convenciendo de que era alguna especie de ángel guardián o algo así.