Reina pirata

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'—Yo quiero... ¡Que seas mi reina pirata!'

Ella... ¿De verás había escuchado bien? ¿Luffy había dicho lo que ella creía que había dicho?

¿Estaba soñando? Porque si era así, ¡Sin duda era el mejor sueño de la vida!

Los ojos marrones de el capitán brillaban con determinación, sonreía con sinceridad, mientras un sonrojo se apoderaba de su rostro. Ese semblante no concordaba con los alocados latidos que resonaban en su pecho.

—¡Lu-luffy! ¿¡Tie-tienes idea de lo que significan esas palabras!? — Yumiko se había sonrojado violentamente casi al instante, y su cara ardía como el infierno.

Yumiko desvío lentamente la mirada nerviosa mientras Luffy reía más y más, ¡Yumiko se veía tan linda cuando estaba nerviosa!

—¡Si! ¡Y te lo vuelvo a repetir! ¡Quiero que seas mi reina y yo tu rey! ¡Te amo demasiado como para dejarte para alguien más!

Yumiko abrió los ojos como platos, estaba muy sorprendida y se le olvida como se respiraba. Lentamente Luffy soltó sus manos y la vió con el rostro totalmente rojo adornado con una sonrisa brillante.

—¿Me... Me amas, Luffy? — musitó ella, mientras unas lágrimas traicioneras se le escapaban.

—¿¡Por qué lloras!? — de inmediato Luffy notó que su amada derramaba lágrimas, estaba preocupado —. No llores por favor, te ves mucho más linda si sonríes — Luffy colocó sus dedos índices en cada extremo de su boca e hizo una de sus típicas sonrisas.

Yumiko siguió llorando, gimoteaba y se cubría la cara con las manos. Mientras, el pobre Luffy no sabía que hacer, Yumiko lloraba y él no entendía la razón.

—¿Cómo...? — gimoteó ella con un hilo de voz —. ¿Cómo puedo estar segura de que me amas, L-luffy...?

Podía ser una pregunta tonta, pero... ¿¡Quién demonios dice 'te amo' mientras se declara!? ¡Y más encima la primera vez que lo hace! Tan solo Monkey D. Luffy.

—¿Por qué estás dudando de mis sentimientos, Yumiko? — preguntó serio el contrario, la ilusionista no pudo evitar seguir con su llanto —. No creo que tengas razones para dudar de mi...

—Y-yo... Luffy, es la primera vez que alguien me dice que me ama... — declaró ella —, yo... Yo antes había tenido una pareja, p-pero el muy maldito...

—¿Te hirió? — sonaba enojado.

Yumiko se mordió el labio mientras asentía.

—¡De seguro que él era un tremendo idiota! — gruñó Luffy —, ¡Yo no soy así! No tienes razones para desconfiar de mis sentimientos, Yumi. No las tienes y nunca las tendrás.

Yumiko seguía llorando, ya sin saber  porque. Estaba extremadamente feliz (¿Quién no, si Luffy se le declarara?), pero tenía un inmenso miedo, ¿Que tal si la historia se repetía?

—Luffy... — lo llamó, él la miró —. Si te soy sincera, yo... S-sabía que estabas enamorado d-de mi.

—¿Lo sabías? ¿¡Por qué no me dijiste!?

—¡Porque pensé que el sentimiento se te iría! ¿¡Es que no has visto bien a Hancock!? ¡Es hermosa y tú enamorado de mi! — ella se volvió a tapar la cara con los ojos derramando incontables lágrimas.

Ambos quedaron en silencio, Luffy escondió su mirada tras su sombrero y Yumiko miraba la arena.

—Pero yo no quiero a Hancock de la manera en la que te quiero a ti... — aseguró él, frunciendo el ceño.

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