3° Diciembre; parada de autobús

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M: Nadie te invitó, Hii-kun. 


S & M: Ajajaja. Qué gracioso. 

H: No está Kiyoi-kun, supongo que iré a tomar fotos. 

[04:38] 

*obturador* 

H: Hacía tiempo que no salía a tomar fotos. De niño, mis padres, preocupados de que no tuviera amigos, me dieron una cámara, y la fotografía se volvió mi pasatiempo. Fotografío el paisaje con multitudes yendo y viniendo, posteriormente con un programa de edición borro a las personas de la imagen, las desvanezco en el espacio vacío del paisaje. Me gustan los paisajes vacíos de lugares que fueron creados especialmente para los humanos. *obturador* Yo mismo considero que es un pasatiempo sombrío... ¿Eh? ¿Ese es Kiyoi-kun? *corre* 


*elevador*  

H: Estoy seguro que tomó este elevador. 

*música* 


Recepcionista: Buenas tardes. ¿Viene a observar el estudio de baile? Puedo guia- 

H: Nono hace falta. ¿Puedo observar por mi cuenta? 


Recepcionista: Adelante. Puede observar la clase por las paredes de cristal. 

H: Gragracias. Es una academia. Hay muchos salones. ¿Dónde está Kiyoi-kun? Ah, ahí está. 

Instructora: Una vez más. 

H: Uwaa. La capacidad física requerida está a otro nivel. 

Instructora: Alcen la pierna. 

*toc toc* 

H: ¡Oh! Kiyoi-kun... 


K: Es-pé-ra-me a-hí. 

  


Mesera: Bienvenidos, ¿puedo tomar su orden? 

K: El paquete 1 de hamburguesa con queso. ¿Tú? 

H: Ah, papara mí eesto.  

Mesera: En un momento traigo su orden. 

K: ¿Qué estabas haciendo allí? 

H: ¿Eh? Papapapapasaba... ¿Qué hago? ¿Qué le invento? 

K: Pftt... Qué pesado. Tranquilo, tómate tu tiempo, yo espero. 

*revisa su celular* 

H: Oh. Por algún motivo siento que su actitud desconsiderada es mi salvación. Aunque es hosco, no lo hace con desprecio, es simplemente su forma de ser. Te vi por casualidad en la calle y te seguí. 

[07:47] 

K: ¿Como un acosador? 


H: Oh... 

K: ¿Qué quieres de mí? 

H: ¿Qué quiquiero? 

K: El día de los fuegos artificiales dijiste cosas repulsivas, como que soy hermoso y no sé qué. 

H: No eres repulsivo, eres hermoso. 

K: Tú eres el repulsivo. 

H: Perdón. Sí, soy repulsivo, tú eres hermoso. 

K: No se trata de eso... Olvídalo. 

Mesera: Aquí tienen su orden. ¿Está todo correcto? 

K: Sí. 

Mesera: Provecho. 


H: Este... 

K: ¿Qué? 

H: Me sorprendió lo bueno que eres bailando. No sabía que te gustara bailar. 

K: No me gusta en lo particular. 

H: ¿Entonces fue para el concurso? 

K: No les digas a los demás. 

H: ¿Eh? 

K: Que voy a lecciones de baile. 

H: No le diré a nadie por nada del mundo. 

K: ¿Y si te amenazaran de muerte? 

H: Dejaría que me mataran. 

K: Repulsivo. 

*cubertería* 

H: El primer día de vacaciones de diciembre se llevaron a cabo las finales del concurso. Shirota y compañía, gente de otras escuelas, y, camarógrafos estaban en el recinto; hasta yo me puse nervioso. Kiyoi-kun no obtuvo el primer lugar. Después del concurso lo vi de pie a solas en un pasillo mirando a sus zapatos con una expresión amarga como un niño enfurruñado. Fue la primera vez que lo vi decaído. 

*voces* 

Chica: Qué lástima que no ganara Kiyoi-kun. 

S: Era de esperarse, se reunieron galanes de todo el país. 

M: Ni siquiera Kiyoi pudo debutar a nivel nacional. 

H: Khh...  

[10:15] 

S: Hii-kun, ve por bebidas. 


H: ...... *máquina dispensadora* Quiero una ametralladora para dejarlos a todos como coladeras. *puerta automática* Ah, Kiyoi-kun. ¡Debo seguirlo! *pasos* *jadeo* Ahí está. Sentado en la parada del autobús con las manos dentro de los bolsillos de su abrigo observaba el tránsito de la gente. No pude hablarle. Aunque alguien como yo le hablara, no serviría de nada. Así que me quedé observándolo en secreto. ¡Aah...! Se fue. 

K: Oye tú.  

H: ¡Eh! ¿Qué haces aquí? 

K: Eso pregunto yo. Me vienes siguiendo desde el pasillo, ¿no? ¿Acaso me veo patético? 


H: ¿Eh? Imposible... 

K: *suspiro* Todos son iguales. 

H: ¡Espera! Para mí tú eres el número uno. Nadie se compara contigo. Eres especial. 

K: Tú tienes un tornillo zafado. 

H: Mghh... 

K: Suéltame. 

H: Yo no soy como Shirota y los demás. 

K: Repulsivo. 

H: Me gustas. 

K: Qué molesto. 

H: ¡Me gustas a morir! Fue la primera vez que expresé mis sentimientos con tanta claridad. Lo que es más, fue a Kiyoi-kun a quien se los dije, mi corazón latía tan fuerte que parecía a punto de explotar. 

K: Yo te odio. *lo empuja* 

H: Mi sentida confesión de amor fue rechazada sin miramientos. La espalda que se alejaba de mi lucía despiadada y fría, pero era propia de él. 

Mi hermoso Hombre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora