02:00 ✧ 'mi libro.'

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Akemi bajó las escaleras con calma, su trabajo ya estaba hecho y podía estar tranquila

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Akemi bajó las escaleras con calma, su trabajo ya estaba hecho y podía estar tranquila.

La menor se paseó por los pasillos del instituto sin algún asunto pendiente y en busca de algo de entretenimiento, pero ahora que lo pensaba, aquel chico de la azotea le llamaba la atención, era un chico realmente extraño. Se llamaba... Hirota Riki. Maravilloso, casi olvida su nombre, pero ahora lo tendría más presente.

¡Akemi!

La menor giró sobre sus talones y observó a un chico alto y delgado caminar hacia ella, está sonrió ampliamente y camino hacia él gustosa mientras llevaba las manos por detrás de la espalda.

¿Me llamabas? — dice frente a él, este le sonríe y asiente.

¿Dónde estabas? Te estuve buscando por todos lados.

Akemi miró pensativa los ojos del mayor, achino la mirada y lo rodeo.

¿Por qué quieres saber dónde estaba? —indaga Akemi mientras se detenía a un lado de él. Este suspiró y de sus labios brotó una pequeña sonrisa.

Quería entregarte esto.

De su bolsillo saco una pequeña caja y tomo la mano de la menor para entregárselo. Está miro la caja con curiosamente y abrió los labios en forma de sorpresa.

Feliz cumpleaños, mi querida Akemi...

¿Esto es para mí? Wah, Riki, ¡Lo recordaste~!

— ¿Cómo podría olvidar algo tan importante como tu cumpleaños?

El mayor bajó la cabeza un poco apenado, Akemi abrió la caja y se encontró con un hermoso brazalete de plata con las iniciales de su nombre HK. Los ojos de Akemi se iluminaron en todo su esplendor y saltó sobre Riki con toda la felicidad del mundo. El mayor la sostuvo por la cintura gracias al casi intento de ahorcamiento de Akemi.

¡Gracias, Riki~! — Akemi se bajó y miró al mayor desconcertada. — Pero... Yo no tengo nada para ti...

Riki negó con las manos mientras observaba los labios temblorosos de Akemi en un intento de llorar.

Esto lo compré especialmente para ti porque es tu cumpleaños, no debes darme nada a cambio, por favor.

¿En serio? — el mayor asiente y Akemi sonríe. — ¡Te invitaré a comer para compensarlo!

Nishimura Riki sonrió mientras la observaba admirar su obsequio con ese característico brillo de fascinación en sus ojos, cómo si nada pudiera igualar aquel brazalete. Estaba tan feliz de hacerla sentir feliz y sabía que podría hacerlo muchas veces más, porque tratándose de su mejor amiga, solo las cosas brillantes y únicas podían cautivar su corazón.

Akemi había dejado a Riki para ir a buscar algo de comer, hoy su maestro de cálculo había faltado y tenía dos horas libres para hacer lo que más deseaba en este mundo; comer.

Luego de tener un pie de chocolate y un refresco de cereza se encaminó a la biblioteca, hoy leería uno de los libros menos leídos pero más hermosos que podía presenciar. La escritura y delicadeza de la autora al realizar esta obra de arte era única y cautivadora, Akemi era una seguidora innata de esta persona.

Al ir a la sección Juvenil de libros se mantuvo un rato frente a los estantes observando a simple vista el reconocimiento de este libro. Si estaba allí, ella lo vería de inmediato. Pero, el libro no se hallaba allí. Dónde se supone que lo había dejado, no estaba.

Akemi frunció el ceño mientras bebía de su bebida y daba un mordisco al pie de chocolate.

Se dirigió luego de haber terminado su merienda, hacia la bibliotecaria que mantenía los libros en sus debidos puestos.

Buenos días, señorita Ikumi.

La señora japonesa de cincuenta aproximados observó a Akemi con ternura.

Nuestra linda Akemi está aquí, ¿En qué puedo hacer por ti, corazón?

Akemi la miró con fingida seriedad y se acercó a la bibliotecaria con cautela para susurrar.

¿Sabe del de esta el libro "A sparkle in your eyes"?

La mujer la miró pensativa.

Dejame ver si alguien lo llevo por error.

La mujer tecleó el nombre del libro en el PC y halló un resultado. Miró a la menor y asintió.

Efectivamente, lo han retirado de la biblioteca, Akemi.

¿Qué?

Akemi no podía creerlo.

¿Quién retiraría mi libro favorito cuando solo yo lo leo?

La mujer observó la computadora nuevamente.

El chico que se llevó tu libro se llama Hirota Riki de la clase 12-A.

Hirota Riki.

Ese nombre se le hacía conocido...

Akemi abrió los ojos de golpe, claramente recordaba quién era.

El chico de la azotea se había llevado su libro.

La menor miró a la bibliotecaria e hizo una reverencia para salir corriendo de allí.

Akemi corrió por todo el instituto en busca de aquel extraño ser vivo. Preguntando por él a todos los que se cruzaban en su camino, pero nadie parecía conocerlo, entonces, su única opción era la azotea.

Las escaleras parecían hacerse más extensas mientras corría para alcanzar la puerta que conectaba con el culpable del robo de su preciado libro.

Una vez que la puerta se abrió Akemi observó a Hirota Riki con un libro en las manos y un par de auriculares rodeando sus oídos. Al verlo bien, notó que era su libro y la primera vez que estuvo allí ya lo había tenido en sus manos, pero ella no se había percatado de ello.

Hirota observó la sombra de alguien detrás de él y se deshizo de sus audífonos para girar y observar al susodicho. Al ver la expresión de inconformidad de Akemi se asustó un tanto que salto hacia un lado.

¡Tú! — lo señaló. — ¡Tienes mi libro! ¡Devuelvelo, ladrón!

©chaconnenow.

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