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Akemi estaba llegando al instituto con un aura rebosante de energía, esta feliz. Se le podía ver por los pasillos saltar y tararear una canción mientras saludaba a todos y sonreír en todo su esplendor, pero todos se preguntaban, ¿A qué se debía esto?
La menor vió a su mejor amigo y corrió hacia él. Por poco tropieza pero, Riki se encargó de sostenerla antes de que eso sucediera.
— Ni-Ki~ Ni-Ki~ Ni-Ki~
— ¿Qué te pasa? ¿Cuál es la insistencia? — indaga el mayor observándolo con paciencia.
Akemi respiró dos veces.
— ¡Hoy es la firma de libros de Hirota Ame! ¡Debemos ir! ¡Vamos! ¡Vamos!
El escándalo era tan extremista que todos los que pasaban por el pasillo enfocan su mirada en ellos, murmurando cosas no muy agradables. Riki la atrajó hacia él y le dió dos palmadas en la espalda mientras con la mirada al frente se disculpaba por el alboroto.
— Akemi, tranquilízate, ¿Sí? No hagas un alboroto en plena mañana...
— ¡Pero no es ningún alboroto...!
Nishi terminó por cubrir la boca de Akemi con sus manos y la arrastró hacia las escaleras que daban a la azotea. Solo allí podía descargar toda esa felicidad que yacía dentro de ella.
Akemi espero a que el mayor quitará su mano para sonreír y comenzar a saltar.
— ¡Debemos ir Ni-Ki! ¡Debemos ir!
Ni-Ki la miró con tranquilidad, pero su expresión decía algo más. Akemi se quedó quieta y lo miró con confusión.
— ¿Qué pasa?
— No puedo ir contigo, Akemi... Mis padres quieren que vayamos a cenar para conocer al novio de mi hermana mayor, entonces no creo poder acompañarte.
Akemi sonrió y golpeó amistosamente el hombro de su mejor amigo.
— Pensé que era algo más grave, pero está bien, no te preocupes. Iré y le hablaré a Ame sobre ti — la menor le dedicó una sonrisa limpia a Ni-Ki.
Luego de despedirse Akemi se fue del lugar saltando para demostrar su entusiasmo y mostrar la poca afectación que le causó la inesperada cancelación de su mejor amigo. Después de ver qué estaba lejos de él y no podía verla, dejó de saltar y una expresión nostálgica abarcó todo su rostro.
No había pasado media hora desde que Akemi se había encerrado en el baño de la escuela, saltándose ya la clase de bellas artes. Ni-Ki le había marcado un tanto de veces pero ella había decidido no responder, quería un tiempo a solas.
Sabía que la familia de Ni-Ki siempre iría primero que ella, no le afectaba en lo más mínimo, pero no podía imaginarse ir a conocer a su ídola sin la compañía de su mejor amigo, era un poco amargo.
