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El chófer dejó a Maki frente a la que de suponía era la casa de Akemi. Notó que la menor vivía en una casa bastante acomodada, se podría decir que era una chica adinerada. Al ser hija de una familia de doctores, no le sorprendía en lo absoluto, y era de esperarse cuando vió la dirección y el barrio en el que se ubicaba.
Maki se adelantó a ir hacia la puerta algo dudoso, parecía un poco nervioso, pero eso no le detuvo para tocar el timbre y escuchar como el sonido se esparcía por todo el lugar.
Unos pasos acelerados se hicieron notar seguido de una voz femenina chillona, la puerta se abrió y dejó ver a Akemi con una sonrisa. Maki la observó atónito.
"Se ve hermosa" fue lo que pensó Maki al verla en aquel lindo vestido verde con destellos marrones asemejándose a los dibujos de árboles. Su vestido era realmente hermoso.
— Hola, Maki. Ven, pasa, aún no termino de arreglarme.
Akemi tomó a Maki del brazo y lo jaló hacia adentro. Cerró la puerta y lo guío hasta la sala. Maki tenía razón, la casa de Akemi era típica de una familia adinerada. La sala era grande, los colores en ella eran curiosos, nunca había visto los colores de las hojas de los árboles y el tallo de este en una residencia, pero está no parecía ser obra de sus padres, sino de la misma Akemi.
— Siéntate aquí, solo me falta el maquillaje y podremos salir. — una señora se acercó a Akemi y se inclino hacia Maki en símbolo de saludo. — ella es Hara, te ayudará en lo que necesites. Si necesitas algo pídeselo. Ah, estás en todo el permiso de explorar ¡Vuelvo en uno momento!
Akemi termino por irse dejando a Maki sentado en el mueble junto con la señora Hara.
— La señorita me dijo que le gustaba muchos los libros, señorito. — Maki asiente. — Permítame llevarlo a la biblioteca de la señorita para que pueda esperar entretenidamente. Por aquí.
Maki se levantó y siguió a la señora con curiosidad. Caminaron por un pasillo hasta llegar a la cocina, Maki se detuvo en medio de ella y se enfoco en el patio trasero, era enorme.
Al entrar en la biblioteca, Maki se sintió anonadado ante algo tan grande como esto. Aunque no era la mitad de grande que la biblioteca del instituto, este tenía libros más variados de los que se podían conseguir allá.
— Lo dejo, mi señor, si me necesita puede tocar el botón que hay en la pared y vendré a usted enseguida. Con su permiso.
La señora hizo reverencia y dejó a Maki en la biblioteca. Las luces iluminaban el lugar, y el mayor no podía evitar sentirse bien al apreciar los estantes con tallados de árboles y hojas en él. Por encima habían flores artificiales y a los lados de los estantes caían otras flores de distintos colores. Maki no había visto nada igual.
¿Cómo podía ser que una chica como Akemi colocará tanto empeño en una sala como está?
Maki se dispuso a recorrer el lugar, los libros estaban organizados por el abecedario, organizados por temas y autores.
Paso un largo rato mientras Maki observa el estante de literatura nacional donde se hallaban unos libros que el claramente ya conocía.
— ¿Te gusta?
Maki giro sobre sí y la miró. Sus ojos se abrieron de impacto al verle.
Akemi se veía radiante.
Maki no pudo responder de ninguna manera, estaba estático.
— Mi abuelo y yo hicimos está biblioteca antes de que él falleciera. — contó ella mientras entraba y se colocaba a su lado. — Todo esto que ves fue hecho en gran parte por mi abuelo y yo hice las flores artificiales con su ayuda. A mi abuelo le gustaba mucho leer así como a mí, este era un lugar en el que los dos podíamos estar, compartíamos diferentes gustos de autores y temas literarios, pero eso no impedía que leyeramos libros del otro. Al entrar aquí siento que estoy con él, siempre vengo a limpiar yo misma y paso el resto de mi día aquí. — Akemi se giró hacia Maki y le sonrió ampliamente. — Es hermoso, ¿no?
Maki asintió.
— Me alegra que te guste. Mi abuelo estaría contento de conocerte. — Akemi tomó del brazo a Maki. — ¿Nos vamos? Se nos hace tarde, te invitaré otro día para que pasemos el día aquí, ¿Te parece?
Maki sonríe y asiente. Ambos salen de la biblioteca mientras sonríen el uno al otro, como si está fuera una manera de comunicarse entre ellos.
Luego de que el chófer de Akemi los dejará en la firma de autógrafos ambos entraron y la multitud de gente no se hizo esperar. Había mucha gente, una cantidad absorta de paparazzis y entrevistadores a la espera de Hirota Ame.
Akemi no pudo evitar emocionarse.
Maki la miró y pasó saliva, él no estaba acostumbrado a estar rodeado de tanta gente, sentía un poco de fobia a las multitudes y hoy no era una excepción. La menor giró a ver a Maki y frunció el ceño al verlo algo incómodo.
— ¿Maki? ¿Estás bien? ¿Pasa algo?
Maki señaló con su dedo a todos en el salón.
— ¿La gente? — el mayor asiente — ¿No te gusta la multitud?
Maki asiente.
La menor se acerca a él y se aferra a su brazo lo más que puede.
— No tienes que temerle a nada, yo estoy aquí para ti, lo sabes, ¿No?
Maki asintió mientras fortalecía el agarre de Akemi para evitar que ella lo soltará, si lo hacía, sería su perdición.
— Afortunadamente pude comprar una entrada VIP, muy poca gente logra tener esas entradas, así que lo más seguro será que podamos ver a Ame a solas. Vamos.
