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Habían pasado dos días desde aquel curioso suceso entre Akemi y Hirota. Le era difícil mirarlo a los ojos, porqué sí, se habían encontrado más de dos veces ese mismo día, pero, ¿Por qué había ese sentimiento de incomodidad entre ellos si él había sido bueno con ella?
A decir verdad, Akemi estaba muy conmovida.
Porqué aunque ella siempre estuvo obstaculizando la paz de Hirota, él no le reprochó absolutamente nada y en cambio, le dió apoyo en su momento más difícil.
Akemi quería encontrar el momento para hablar con él y darle las gracias en persona, pero no tenía el coraje como para acercarse a él, ni un metro. Tampoco se había atrevido a subir a la azotea, porque sabía que él estaría allí.
Entonces, ¿Qué debía hacer? Ahora solo debía pedir consejos a su querido mejor amigo.
— ¡Nishi~!
Akemi se sentó delante de Riki dejando la bandeja de plata frente a ella y procediendo a sentarse. Su bandeja, o más bien, su almuerzo se componía de carne delgada en una salsa especial, unos fideos chinos, un jugo de manzana y carne de cerdo con una porción de arroz. Una bueeena porción.
Riki observó a Akemi y sonrió mientras seguía comiendo.
— Nishi, ¿Qué deberíamos hacer en vacaciones?
El mayor se tocó la barbilla pensativo, con una mano acariciaba está y con la otra hacia toques en la mesa con la yema de los dedos.
Akemi esperó pacientemente a su respuesta, pero aquella nunca llegó ya fue irrumpida por un quinteto de chicos. Ambos mejores amigos miraron a estos chicos que sin autorización se habían sentado en su lugar.
Uno de ellos se sentó sentado a un lado de Akemi y pasó su brazo por los hombros de la menor.
— ¿Qué haces? — indaga Riki levantándose de su lugar mientras observaba al chico a un lado de su mejor amiga invadiendo su espacio personal.
— Será mejor que lo dejes y te vayas de una buena vez. —advirtio Akemi con molestia.
— Oye, solo trato de ser amigable, ¿Por qué ambos me reciben así?
El chico sonríe y aparta su mano de los hombros de Akemi.
— Escuche que te vieron abrazada con el rarito del 12-A, ¿Es verdad? — Riki frunció el ceño y desvió la mirada de Hatsukoi para mirar a Akemi.
Akemi abrió los labios en un gesto de asombro, y en ese momento Hirota iba pasando por los pasillos logrando captar la mirada de Akemi al instante. Hatsukoi notó esto y miró hacia el mismo lado, su expresión se torno seria y observó a sus amigos haciendo un ademán.
“Traiganlo.”
Dos de sus amigos se levantaron de la mesa dirigiendose hacia Hirota, Akemi vió aquello y se levantó, colocó un pie en la mesa y saltó de esta, cayendo épicamente en el suelo, corrió hacia ellos quienes ya tenían en manos a Hirota y se detuvo frente a ellos.
— Dejenlo.
La tensión entre Akemi y Hirota aún se preserva, pero en estos momentos, ninguno de los dos había hecho caso a ello. Hatsukoi se levantó de su lugar para dirigirse hacia Akemi y colocar una mano en su hombro, dando bruscas palmadas.
— ¿Por qué te interesa tanto este individuo poco interesante?
Akemi ríe a carcajadas y quita la mano del chico con fuerza.
— ¿De quién hablas? ¿De ti? Qué definición tan precisa.
Hatsukoi apretó los dientes con fuerza fulminando a Akemi con notable irritabilidad. Akemi alejó a los amigos de este chico y los miro apuntandoles con el dedo.
— Si se meten con él, tendremos problemas.
Akemi tomó a Hirota del antebrazo y lo jaló para seguir el camino que los llevaba a la biblioteca. Ambos caminaron juntos hasta entrar y sentarse en la parte menos visible de esta. Akemi miró hacia los lados y recargó el peso de su cuerpo en la silla. Hirota la miró desde su lugar con notable nerviosismo. La menor notó esto y le dió una mirada llena de serenidad.
— Puedes sentarte, el peligro ha pasado.
Hirota pasa saliva y se sienta en la silla que está frente a ella.
— Lamento mucho eso... Realmente no pensé que el imbécil de Hatsukoi y sus amigos fueran a molestarte. Lamento eso. — Akemi hace una reverencia ante él, al devolver su cabeza, lo miró detenimiento.
Hirota es un chico alto que mide unos 1.80cm, excelente en todas las materias, un chico excepcionalmente aplicado y reservado. Una persona distante con poco interés en hacer amistades y socializar con su alrededor. Todo lo contrario a Akemi, ella es una chica que mide 170cm siendo una de las chicas más altas de su clase, buena en las clases de literatura, sociales, filosofía y escritura, mala en todas las materias que tengan que ver con números. No es una chica muy aplicada, pero su corazón es puro y tiende a ser la más amable y carismática, ganándose en cariño de muchos en la institución porqué siempre está tratando de ayudar a los demás y hacer que confíen en ella, por eso, es la presidente estudiantil del grado 12-B.
Ambos son completos "extraños" y mientras Hirota no pronunciará una sola palabra, Akemi sentirá más curiosidad por él.
