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Un aburrimiento absoluto era lo único que su pobre corazón sentía por cada día que pasaba, nunca se pudo haber imaginado que el cielo fuera un lugar tan pacifico y tranquilo, nada interesante ocurría todo eran tan horriblemente aburrido, ya ni siquiera sabía cuántos años habían transcurrido desde el día que falleció.
Cuando decidió entregarse lo primero que pensó es que en el cielo finalmente encontraría a su oponente definitivo pero aquí no había nada más que una paz total, no había guerras, no había luchas sin sentido definitivamente era muy diferente al periodo sangriento de los tres reinos en que vivió y para colmo ningun humano iba al infierno sin importar que tan malvados hayan sido en vida, todos venían al mismo lugar por lo que él no podía ingresar ahí para saber si las cosas eran más interesantes.

La única razón por la que trataba de mantenerse en calma y paciente era simple, esperaba por algo importante...
Recostado en el techo de su mansión cerró los ojos y recordó cuando recién ascendió, de la nada apareció una extraña y alocada mujer en su palacio con una propuesta sumamente tentadora, demasiado buena como para dejarla pasar.


➣➢➣➢  [Flashback]  ➣➢➣➢

—Te he estado viendo hace años, se que buscas a alguien fuerte para pelear con todas tus fuerzas, yo te tengo la solución— Fueron las primeras palabras que dijo aquella chica para llamar su atención, obviamente  logrando su cometido.

Él más fuerte soy yo, en el cielo o en la tierra no existe nadie que pueda hacerme frente— Habló confiado y no muy interesado, ya había pasado por esto muchas veces, a donde sea que fuera le hablaban de alguien poderoso pero al enfrentarlo terminaba decepcionado al ver que ni siquiera aguantaban su primer ataque.

Oh si lo hay, ¡¿Qué te parece enfrentarte cara a cara con un Dios?! — Exclamó emocionada mientras extendía sus brazos, tenía una sonrisa siniestra, una que Lu Bu entendía a la perfección, esa expresión demostraba estaba muy confiada de sus palabras.

En ese momento una emoción extraña recorrió el músculoso cuerpo del humano, una fuerte corriente eléctrica le atravesó desde los dedos de los pies hasta su cabeza, la propuesta de la mujer que decía ser una Valkiria fue como música para sus oídos.

¡¿Un Dios?!?— Interrogó un muy aterrado Chen Gong que también estaba ahí y escuchaba todo, ¿Es que esa dama había perdido la cabeza? Confiaba plenamente en que su Lord era la criatura más fuerte que existía en la tierra, pero en el cielo era otra cosa, los Dioses eran sus creadores, los que decidían si vivían o morían por lo que suponía que sus poderes eran absolutamente fuera de lo común, más allá de sólo la fuerza física, su General no aceptaría algo tan ridículo como eso ¿Verdad?

La mirada del pequeño estratega se desvío hacia su señor, fue ahí que sintió un escalofrío al verlo sonreír desquiciadamente, lo conocía tan bien que ya sabía que iba a aceptar el trato sin siquiera pensarlo o cuestionarse si era verdad.

¡Dime! ¿Dónde puedo encontrar a esos Dioses?— Su aterradora sonrisa se ensanchó aún más mostrando sus inusuales dientes afilados incluso asustando a Brunhilde, ese tipo  realmente estaba loco y por eso mismo es que no se arrepintió de haberlo elegido.

Aún no es el momento, tienes que esperar... Pronto habrá un torneo donde se enfrentarán 13 humanos guerreros vs 13 Dioses guerreros, será el evento más grande del Valhalla— Era consciente de que ese hombre no era muy paciente, lo peor del asunto es que el torneo no estaba cerca de suceder, aún ni siquiera lo había propuesto y para llevar acabo ese plan sabía que faltaban unos miles de años más... Sin embargo estaba segura de que tarde o temprano los humanos tendrían que pelear por su supervivencia.

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