Risas y gritos por doquier. La música escalofriante recorría cada casa de la
ciudad, pues estaban de festejo.El jardín frontal de la casa de Yoongi se encontraba repleto de decoraciones,
desde las típicas arañas y calderas humeantes en la entrada, hasta las
calabazas encendidas asomadas en la ventana, las lápidas falsas decoraban el
jardín.Por dentro, la vivienda tenía las mismas vibras, decoración por doquier.
Mientras Yoongi revisaba su celular tranquilo, su hermano daba vueltas por la habitación que compartían, preparándose y arreglando su disfraz.—Y... ¡listo! ¿Qué te parece? —hizo una pose graciosa para demostrar su
disfraz.—Sigue sin convencerme.
El chico disfrazado cambió su cara a una disgustada.
—Vamos, Yoongi. Échale ganas al menos, una cosa es que a ti no te guste la idea y otra distinta es que no me quede bien. Ahora dime, ¿me queda bien?
Yoongi revoleó los ojos.
—Sí, te queda bien. Pero lo digo en serio, le falta originalidad.
—Lo dice el que va a ir de vaquero —le reclamó.
—Vas de mariachi, Jaebyu —le reprochó—, ¡es aburrido!
El mayor de los hermanos se tiró rendido en su cama, suspirando.
—¿Qué hago entonces?
Ambos pensaron unos instantes.
—¿Qué tal... si te conviertes en un mariachi calavera? —se enderezó un poco sobre el puff en el que estaba sentado.
—Es mucho trabajo pintarme —llevó su mirada a él.
—Yo te pinto —se levantó emocionado y caminó hasta el escritorio para buscar las pinturas faciales, sin darle tiempo a negarse.
Minutos después, el disfraz de Jaebyu había aumentado un veinte por ciento
en genialidad. No era el mejor disfraz del mundo, pero era mucho mejor que su versión original. Ambos bajaron al estar para seguir perdiendo tiempo y, en el caso de Yoongi, volver a reproducir en la televisión la playlist de música tensa que duraba dos horas.Cuando Jaebyu se despidió de su hermano, el menor quedó completamente solo en la casa. Se levantaba del sillón solo cuando los niños, emocionados, golpeaban la puerta de su casa esperando recibir sus golosinas favoritas, vestidos de inocentes y coloridos disfraces. Por eso, se sorprendió al ver un
grupo de adolescentes al abrir la puerta.—¡Dulce o truco! —gritaron a coro.
Yoongi miró a los tres chicos algo confundido.—¿No son algo grandes para andar pidiendo dulces? —preguntó, igualmente tomando de la cesta un par de dulces y comenzando a dejarlas en las bolsas de los muchachos.
—¿Ni tú para estar desperdiciando la oportunidad de recibir golosinas? —
preguntó divertido un muchacho disfrazado de Luigi, el personaje de Super Mario Bros, recostándose en la pared de la entrada, esperando a que sus amigos recibieran sus dulces.—Ya me aburrió, me da pereza salir —se encogió de hombros.
—Anticuado —le hizo burla—. ¿Ni siquiera te disfrazas? —quiso saber al ver a Yoongi con ropa simple de entrecasa.
—Claro que sí —quiso dar por terminada la charla, pero el chico de verde volvió a hablar.
—¿Qué edad tienes? —tenía una pequeña sonrisa.
—Veintiuno —contestó mirándolo directo.
—Ah mira, yo acabo de cumplir los veinte —sonrió.
—¡Feliz cumpleaños! —enfatizó una alegría irónica.
—¡Gracias! —respondió de igual forma.
Yoongi evitó soltar la risa que la situación le había causado internamente. Solo quería que se vayan para poder regresar a sus redes sociales.
—Bueno, que tengan linda jornada —sonrió, retrocediendo unos pasos para
adentrarse en su casa.Recibió un adiós como respuesta del tercer chico, y se sorprendió al ver como el chico disfrazado de Luigi le guiñaba el ojo sonriente mientras él cerraba la puerta. Cuando estuvo en total soledad, se que quedó unos segundos confundido. Se acercó y espió por la ventana a los tres amigos que se alejaban riendo. Los observó hasta que el verde brillante desapareció de su vista.
Regresó al sillón y continuó usando su celular, su idea era pasar el resto de la
tarde así, después de todo estaba solo. Sus padres se habían reunido con
compañeros del trabajo, y su hermano, con sus amigos de la universidad. Él
solo esperaría hasta la noche para salir de fiesta y divertirse un rato, hasta
entonces, disfrutaría regalándoles los dulces a los niños que golpeaban en su
puerta.A niños. Menores de edad.
No al chico de veinte años que había vuelto a golpear en su casa.
—¿Otra vez tú?
—¡Ey! Finge al menos un poco de emoción al abrir la puerta —lo reprochó.
—No molestes, ya estás grande —a pesar de que luces como un niño con ese disfraz, quiso decir.
—Apenas nos llevamos un año —recalcó.
—Exactamente por eso.
—Cállate.
—Pero en serio, ¿a qué vienes? No te daré más dulces, ya te di antes —
Yoongi quería respuestas; eso y volver a su cómodo sillón.—Solo tengo curiosidad, ¿te veré esta noche en la fiesta? —preguntó con una
media sonrisa.Ni siquiera era necesario que aclarara a qué fiesta se refería, todos sabían que
en la noche de Halloween se hacía la mejor fiesta en la discoteca de la ciudad.De pronto, Yoongi se relajó y comenzó a entender por dónde iba la charla.
—Claro que sí —se cruzó de brazos y se recargó en el marco de la puerta.
Los ojos del menor brillaron.
—Es bueno saberlo.
—¿Por qué? ¿Tú irás? No creo que acepten niños que piden dulces —dijo para bromear, esperando igualmente una respuesta positiva de su parte.
—Por eso iré; no soy un niño, hyung.
Yoongi se sorprendió al ser llamado de esa manera. Debería haberlo corregido ya que no se conocían, pero poco le importó realmente.
—Interesante... —empujó con su lengua la cara interna de su mejilla—.
¿Quieres pasar, Luigi? —preguntó algo coqueto.El chico rio, apoyándose nuevamente en la pared a su lado.
—Jimin; me llamo Jimin —sonrió tierno.
—Un gusto, Jimin —le extendió la mano, y el menor la apretó en un buen
saludo.—Igualmente, señor mayor y serio.
Yoongi rio dejando ver brevemente sus encías.—Yoongi. Min Yoongi.
—Lindo nombre, al igual que el dueño —dijo pícaro.
Yoongi silbó de la misma forma.
—Gracias, es de nacimiento.
—Ya veo.
—Bueno, ¿vas a pasar?
—Te agradezco, pero tengo que prepararme para la fiesta.
—Oh, bien; yo debería hacer lo mismo.
—¿De qué te disfrazarás?
—Nada excepcional, es bastante tranquilo, creo yo. Lo verás en la fiesta —le guiñó el ojo, guardando sus manos en su pantalón de chandal.
—¿Entonces sí pasaré? Ya no soy tan niño, entonces —ambos rieron—.
Bueno, nos vemos luego entonces, hyung.—Nos vemos...
Una vez más, el traje verde se perdió de su vista.
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La noche de Halloween - Yoonmin - LNDH 1
FanfictionPedir dulces es una actividad que, a sus 21 años, Yoongi ya no realiza. Por eso, se sorprende cuando un chico de 20 años aparece en su puerta vestido de Luigi, obviamente diciendo "Dulce o truco" ¿Cual sería el impacto aquel chico tendría en su vida...