Pero yo no quiero parar

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Esa mañana despertó con un ligero dolor de cabeza y una cabellera rubia en sus pensamientos. Refregó su rostro y volteó su mirada hacia la cama de su hermano; estaba vacía.

Algo confundido tomó su celular, se sorprendió bastante al ver que ya eran más de las tres de la tarde. ¿Tanto había dormido? Luego de usar un rato su teléfono, se sentó en la cama y estiró un poco su cuerpo. Su mirada quedó perdida entre las cosas que estaban sobre su escritorio cuando recordó las cosas que había hecho anoche y las nuevas cosas que había descubierto.

Bajó las escaleras luego de ponerse ropa cómoda y allí se encontró a su madre y a su hermano en el comedor.

-Vaya, al fin despiertas.

-¿Llegaste bien anoche, hijo? -preguntó su madre.

-Bien, bien.

Todavía refregando su rostro fue directo a la cocina para buscar algo con lo que alimentarse. Escuchó que golpeaban la puerta, pero le restó importancia cuando su madre fue a atenderla. Optó por cereales con leche, más tarde se prepararía algo más elaborado, pero por ahora estaría bien.

-Yoon -su madre interrumpió su debate interno entre si elegir los cereales de chocolate o los multicolores.

-Dime -la miró.

-Te busca un chico, está en la puerta esperando.

Yoongi frunció el ceño algo confundido. Dejó las cajas de cereales a un lado y fue a ver de quién se trataba.

Una mezcla de sorpresa y felicidad se creó en él cuando vio a Jimin parado frente a la puerta.

-¿Jimin? ¿Qué haces aquí?

Esperó no haber sonado descortés, pero al verlo solo pudo recordar la fiesta de la noche anterior, especialmente lo que había hecho con aquel chico rubio.

-Buenas tardes, hyung -sonrió el chico-. ¿Cómo dormiste? ¿Llegaste bien anoche?

-Literalmente acabo de levantarme -rio nervioso-. Y sí, dormí bien, gracias por preguntar.

-Evidentemente quedaste muy cansado -se burló.

-Sí, eso creo. Al menos ya repuse mis energías.

-Bien, es bueno escuchar eso. Quería proponerte algo, Yoongi.

-¿Algo como qué? -se cruzó de brazos, interesado en lo que Jimin tenía para proponerle.

-¿Estás libre ahora? Se me ocurrió que podríamos ir a dar una vuelta -preguntó, sonriendo tímido y expectante a su respuesta.

Yoongi sonrió también.

-Bien... ni siquiera he desayunado aún, ¿te parece si vamos a algún lado a comer algo?

-Seguro, tampoco he almorzado -dijo feliz.

-Bien, espérame un minuto, vuelvo rápido.

Jimin asintió, y cuando la puerta se cerró frente a él, no pudo evitar saltar de la felicidad. No sabía qué era lo que Yoongi había causado en él, pero estaba seguro de que nunca antes un chico lo había hecho sentirse así en tan poco tiempo.

Mientras tanto, el chico pelinegro corría escaleras arriba para ponerse un pantalón más formal y lavarse la cara y los dientes con rapidez. Tomó su billetera antes de salir, volvió a bajar las escaleras y, luego de guardar la leche y los dos tipos de cereales que al final no consumiría, avisó que iba a salir.

-Voy a salir, mamá, vuelvo en unas horas.

-¿Conoces a ese chico? -preguntó a su hijo antes de que saliera de la casa.

La noche de Halloween - Yoonmin - LNDH 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora