Pedir dulces es una actividad que, a sus 21 años, Yoongi ya no realiza. Por eso, se sorprende cuando un chico de 20 años aparece en su puerta vestido de Luigi, obviamente diciendo "Dulce o truco"
¿Cual sería el impacto aquel chico tendría en su vida...
Había pasado casi un mes en el que ambos jóvenes habían aprovechado los fines de semana para reunirse al menos una vez. Eran salidas tranquilas, como salidas de amigos.
Aunque los amigos no terminaban besándose durante minutos hasta quedarse sin aire.
Yoongi seguía sin llegar a una conclusión, solo sabía que amaba besarlo y estar con él. En su pecho se esparcía una sensación cálida cuando sus labios chocaban, o cuando Jimin recostaba su cabeza en sus muslos y él le repartía caricias en el cabello. Le gustaba tanto, y ya no hablaba solo de sensaciones.
Porque si el chico de veintiún años tuviese que dar una conclusión ahora mismo, diría que Jimin le gustaba. Le gustaba ese chico como nunca antes le había gustado alguien más en su vida. Pero ¿ahora qué debía hacer? ¿Cuál era el siguiente paso? ¿Debería decirle a Jimin cómo se siente cuando está con él? Tal vez debería esperar a que él haga algo primero, si es que lo hacía. Porque, ¿y si Jimin no sentía lo mismo por él?
El teléfono entre sus manos vibró, devolviéndole al chat que en ese momento estaba teniendo con Jimin.
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Bien, primero debería responderse otra pregunta.
¿Qué iba a pasar esa noche en su casa?
Porque claro, Yoongi había tenido todo el valor e intención para entablar una conversación subida de tono con el rubio, pero ¿ahora cómo iba a enfrentarlo esa noche?
Yoongi había tenido la grandiosa idea de invitarlo para cenar, puesto que sus padres habían decidido hacer un pequeño viaje de un par de días para ellos solos. No iba a ser la gran cosa, solo pizzas que Yoongi encargaría y el postre que Jimin traería.
Y ahora estaba nervioso, no había esperado que la conversación tomara un rumbo tenso y provocativo por parte de ambos. El pelinegro no iba a mentir, hacía un tiempo que ya quería experimentar un poco más con Jimin, tenía cierta curiosidad. Sin embargo, se alejaba de esas ideas cuando pensaba que estaba siendo demasiado egoísta y que solo estaba viendo por él. ¿Qué tal si Jimin no quería lo mismo? Tal vez él prefería que quedaran como amigos.
Amigos que se besan.
Suspiró bloqueando su celular y rápido caminó hasta su habitación.
-Te necesito fuera esta noche -dijo ni bien ingresó y vio a su hermano recostado en su cama.
-¿Por qué? -preguntó interesado, sin correr la vista de su laptop.
Yoongi se puso nervioso.
-Invité... invité a alguien a cenar -dijo pausado.
Jaebyu al fin lo miró y se sentó en la orilla de su cama, apartando su computadora y silbando.
-¿Quién es?
-No te importa -dijo, recostando su cuerpo en el marco de la puerta, todavía sujetando el pomo de esta.
-Me importa si vas a traer a alguien para follar a nuestra habitación -objetó levantando las cejas.
