Doce

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Pasaron unos cuantos días, seguían con los mismos abrazos y mimos, Enid pasaba más tiempo de lo normal en ese estado de transe, Merlina sabía que en realidad estaba concentrada en su mundo interno, posiblemente arreglando algunas cosas, hablando con las demás.

Apenas reaccionaba a lo que ocurría en la realidad, por eso se quedaban en  el cuarto, en un lugar seguro, donde podían tener todo controlado.

Evitaban salir de la habitación, incluso ir a la cafetería de la universidad sería peligroso, porque Enid no tenía registro de las cosas que pasaban, y sus acciones eran una especie de “modo automático”.

En esos momentos, Merlina se quedaba a su lado, dejaba leves caricias en su cabello, Enid  sabía que ella estaba a su lado por más que pareciera que no la veía, a veces la espera se hacía más larga, podía durar horas, y terminaba usando su celular mientras la rubia seguía en lo suyo.

Luego de un rato reaccionaba y se reía porque Merlina usaba sus pechos para apoyar el celular y ver videos más cómodamente.

—Deja de aprovecharte de mí, tonta.

— Yo no me aprovecho, sólo saco lo mejor de cada situación — dijo, con una risa, sólo para molestarla.

Llegó el sábado, luego de unos cuantos días de aquellas profundas charlas internas, que Merlina desconocía y ni siquiera preguntó al respecto, finalmente Enid volvía a sentirse lista para intentarlo de nuevo, y se lo pidió a Merlina con toda seguridad.

Decidió volver a intentar todo como si fuera la primera vez, para de alguna forma “borrar” todos los intentos fallidos y comenzar de nuevo.

De nuevo, estaban en la cama, y de nuevo, se sentó sobre sus caderas, como si fuera su primer intento, y comenzarán todo otra vez.

— ¿Lo haremos? — preguntó Merlina, hasta el momento, Enid no le había dicho nada al respecto, y creía que era otra sesiones de besos un poco más calientes.

— Ajá— Enid asintió, sonriendo—, hablé con ED y con Bunny, les dije que me dieran más espacio estando contigo, ellas confían bien en ti, y sabemos que no harás nada que nos lastime, o que nos haga mal, por más que yo esté nerviosa.

— Que es muy común en la primera vez, linda.

— Exacto, por eso les dije que dejaran las cosas seguir y sólo si se ponía bien feo intervengan.

— ¿Qué sería lo feo?

— Que me insistas en follar sin protección.

— Oh, pero somos mujeres — Merlina sonaba exageradamente agradecida.

— Lo sé, pero ED dice que sin gorrito no hay fiesta— Enid se encogió de hombros, y luego rio—. También decidimos que deberíamos desnudarnos juntas, a la par… Verás si sólo yo soy la que está sin ropa y tú estás vestida, me sentiré más expuesta y débil por… Ya sabes, cosas del pasado, y eso sería un desencadenante para Bunny.

— Entiendo, Endi. Sabes que lo haré, no hay problema— Merlina tomó su mano y entrelazó sus dedos—. Estamos juntas en esto, bebé.

Enid asintió, ruborizada y sintiéndose cálida y bonita.

—Entonces creo que podemos empezar, cuando quieras— dijo, aunque se refería empezar en ese mismo momento, en la privacidad de su cuarto.

Comenzaron de nuevo con los besos humedos, con los chupetones, y las caricias, sus prendas comenzaron a caer al suelo, mientras se abrían paso a más contacto.

Cambiaron de posiciones dejando a Enid  debajo, y dándole paso a Merlina a hacer todo lo que quería con ella, la dejó acomodarse entre sus piernas.

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