En Invierno

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      Acurruque mis piernas contra mi pecho mientras observaba la calefacción. Recosté mi cabeza contra la pared y suspiré, otro celo solo. Observe el anillo en mi dedo anular, nueve años de casados y mírame, soy un miserable.

- Te vas otra vez?.- pregunte fingiendo demencia,  como si el no me lo hubiera dicho antes. El alfa de hebras rosadas volteo a mirarme con ironía.

- Si, por una semana.- frunci un poco  mi ceño y le ofrecí su abrigo.

- Pero Sukuna, mi celo es en tres días.- alzo una ceja, sin preocupación alguna.

- y?.-

Los destinados, son la pareja perfecta,  lobos a los que la luna le otorgó el reencontrarse con su amado en sus siguientes vidas. Su encuentro es uno mágico y único, es como si el hilo rojo hubiese encontrado la manera para formar un lazo y crear un amor el cual nunca se termina.

Eso dice la revista que sigo, son amantes eternos bendecidos por la luna. Siempre pienso si el y yo seremos destinados, como sabremos que lo somos? y si nuestro hilo rojo ya está enlazado.

Ojala sea así.

  Mordí la almohada nuevamente, mientras jugaba con mi trasero, metí dos dedos y jadeé,  mientras los dedos de mis pies se retorcian contra la sabana. Mis ojos se pusieron  en blancos, al tocar sutilmente mi punto dulce. Aunque era algo incómodo llegar con mis dedos, se sentía muy bien. Si fuera el, de seguro ya me hubiera corrido, sus manos son más grandes y ásperas y sus dedos son largos. Cerre mis ojos y me imagine nuevamente su corpulento cuerpo lleno de tatuajes, sus músculos definidos y su sonrisa, su encantadora sonrisa.

- ah~, Sukuna!!, mhmn!....Sukuah!.-

    Luego de una fuerte oleada de calor, me senté en mi cama y observe los rayos de sol entrar por la ventana. Me levante y camine tenso hasta el baño, el agua fría relajo el calor en mi cuerpo. Me senté en la ducha, repasar toda mi vida es mi gran pasión en mi momentos de decadencia.  Soy infeliz, quizás, para mi familia soy el omega más feliz por haberme casado con un de sus socios más poderosos e influyentes.

      Probablemente soy feliz, si, soy feliz, soy...feliz?
Frunci mi ceño y sentí como mi corazón se estrujaba en mi pecho. El sentir  aquel dolor punzante nuevamente, era tan horrible. Me acurruque y abrace mis piernas, recosté mi cabeza sobre la pared de la bañera y comencé a llorar.
Mi cuerpo comenzó a respingar mientras sollozaba debajo del agua de la regadera, me sentia pesado, como una mantel lleno de agua, el cual necesita ser exprimido.

Camine gelido mientras me acercaba a mi armario, necesitaba vestirme para poder sentarme cerca del calentador, si Sukuna llega y estoy enfermo no me dejará dormir junto a el. Tome una blusa y una pantalón holgado, tome un toalla y la coloque en mi cabello, la movi de lado a lado por mi cabeza hasta que exprimí toda el agua.

Escuche el como la puerta fue tocada, me voltee y algo tímido, permití la entrada de la persona al otro lado. La puerta fue abierta y observe a el hombre que entró timido al cuarto.

- Buenos días Señorito Yuji.- sus ojos azules me distrajeron totalmente, su cuerpo musculoso, cubierto por el traje negro embeleso a mi omega. Gojo me observo tranquilo esperando una respuesta, entre en cuenta por el silencio  de la habitación, tosí incomodo y sonreí.

- Buenos días Gojo, como estas?.- Satoru asintió con una sonrisa y respondió a mi pregunta con un cordial pero muy bien recibido " de maravilla".

- La señora Kishibe me mandó a pedirle que bajara a desayunar. - observe a Gojo con algo de pena, se veía muy esperanzado, pero yo no tenia muchas ganas de desayunar. Baje mi mirada apenado y antes de que pudiera negarme, Satoru me detuvo.

Three Shots Fanfics [ Sukuita]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora