Capítulo 11: Contra el tiempo

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Los ciudadanos de Kilkenny salieron de sus respectivos hogares para empezar una nueva jornada laboral.

En el hogar de los Goodfellowe, padre e hija también se estaban alistando.

Sin embargo, en la mente de Robyn recordaba lo sucedido con Mebh después de hacer las paces.

"Entonces, viste a mi mami. ¿Cómo está ella?"

"Está bien, pero la tienen encerrada en una jaula y guardada en el castillo".

"Quiero verla y rescatarla".

"Lo sé, pero no es fácil evadir los guardias".

"¿Y qué es lo que harás?"

"Yo... no lo sé. Pero te prometo que encontraré la forma de rescatarla".

"¿Lo prometes?"

"Lo prometo".

Le había prometido ayudar a liberar a su madre, o por lo menos, poder verla. Y no estaba realmente segura de poder hacerlo.

Claro, trabajaba en el castillo y conocía las diferentes rutas, pero eso no significaba que infiltrarse era tarea fácil.

"¿Estás lista, Robyn?" preguntó su padre, haciendo que la pequeña regresara a la realidad.

"Claro, padre, ahora vengo".

Ambos salieron del hogar para dirigirse al castillo.

Y mientras caminaban, Robyn pensó en un posible plan.


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En la guarida de los lobos, Mebh empezaba a despertarse después de una noche tranquila, gracias a que pudo reconciliarse con su amiga.

Lo primero que hizo fue mirar al cuerpo durmiente de su madre, quien le sonrió.

"Buenos días, mami, ya dentro de poco volveremos a estar juntas".

Tomo la mano y lo posó en su mejilla.


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Aprenderse los caminos y los soldados que circulaban en el castillo no era tarea muy complicada, pero si requería mucha paciencia.

No solo era seguir las reglas impuestas o las asignaciones, sino también no hacer enojar a las demás amas y no levantar sospecha alguna.

Sabía que las más longevas la tenían de mira, por lo que era sabio de su parte actuar como si nada y no dar importancia.

Concentrándose en la misión, revisaba el pasillo principal cuando podía y, usando sus habilidades, comprobaba que la madre de Mebh siguiera allí.

El tiempo era su enemigo en este momento, así que cada minuto que pasaba era vital para poder idear una forma de liberarla.


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Con un último esfuerzo, el palco estaba finalizado.

El señor Bill se secó la frente después de un arduo trabajo, pero finalmente el encargo fue terminado.

"¡Goodfellow!" llamó uno de los soldados.

Wolfwalkers: Espíritu de lobo (CONCLUIDA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora