III

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¿Saben qué es lo que me gusta más de la navidad?

¡Los regalos!

Por eso, quise publicar la parte final de esta historia el día de hoy jsjs un regalo de mí para ustedes, con mucho amor<3

🧁

Los siguientes días fueron extraños para Izuku.

El miércoles en la mañana, Katsuki declaró frente a un reportero que casi le golpeó la nariz con su micrófono, que demandaría al próximo reportero que se atreviera a acercarse a la universidad de Tokio.

Nadie en la universidad intentó hacerlo hablar de los variados artículos, pero podía notar sus miradas en él, curiosas, a veces parecían juzgarlo y a veces parecían mostrar admiración.

Ochako fue comprensiva con él y no volvió a tocar el tema sobre su desempleo. Tenya se encargaba de caminar con él por el campus, preocupado de que alguien intentara interceptarlo.

Katsuki le mandaba mensajes de vez en cuando, preguntándole cómo estaba y explicándole las razones por las que no podía verlo. La fiesta y el lanzamiento de la colección lo tenían bastante ocupado.

Estaba bien, Izuku necesitaba el tiempo para poner en orden sus pensamientos.

Se sintió un poco tonto ante la posibilidad de haber malinterpretado todo, pero no descartó que era posible que, de hecho, Katsuki estuviera fingiendo frente a sus conocidos; dudaba que fuera el tipo de persona que hablaba abiertamente de sus relaciones.

El jueves por la noche, el cenizo le preguntó si asistiría a la fiesta el día siguiente.

¿Aún quieres que vaya? Respondió, nervioso.

Que estupidez. Por supuesto que sí. Fue la respuesta del cenizo.

Entonces estaré ahí.

Bien. Enviaré un auto. No llegues tarde.

El viernes, Ochako estuvo de vuelta en casa más temprano, emocionada e impaciente. Por las siguientes dos horas, su amiga lo obligó a tomar un largo baño con un aceite aromático que había estado guardando para una ocasión especial, hacer una rutina de skincare, lavar su cabello con un shampoo perfumado, y -para la terrible vergüenza del pecoso- depilarse.

—Es solo por si acaso. —le explicó al escuchar el quejido de Izuku. —Nunca sabes qué puede pasar.

Para cuando estuvo fuera del baño, su cabello ya había sido víctima de las manos expertas de Ochako, que se esforzó más que nunca en lograr hacer que se comportara.

Después, se puso la ropa que la castaña había elegido para él, junto con sus zapatos más nuevos -todo había sido un regalo de Katsuki- y ayudó a Ochako a ponerse su vestido y tacones.

Los ojos avellana de su amiga se pasaron sobre él con emoción antes de finalmente instarlo a verse en el espejo.

Izuku se giró con una sonrisa, yendo al espejo de cuerpo completo que la castaña tenía en su habitación. Se plantó frente a este y levantó la mirada, permitiéndose ver por primera vez su apariencia.

Le extrañó verse a sí mismo vestido de una manera tan formal. Todo, desde sus zapatos lustrados hasta la fina camisa de botones que llevaba eran de color negro.

Sin embargo, lo que destacaba más era el saco que Ochako había hecho. De color naranja oscuro, la costosa tela tenía un estampado con formas orgánicas en acabado satinado, mientras que el resto era opaco. Izuku se había quejado al ver la tela por primera vez, pero en ese momento no podía dudar que, de hecho, su amiga había estado en lo correcto al elegir tanto el corte como la tela y el color.

Green Sugar; [Katsudeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora