One-Shot de Nymphadora Tonks

Cualquier cosa para ayudar

Harry sabía que había algunos magos amigables y confiables de guardia en su casa. Era demasiado peligroso para que no lo hubiera, en realidad; todo era un lío tan frenético ese verano que un par de ojos extra no era algo malo. Pero, en su mayor parte, se mantuvieron a distancia, no queriendo acercarse a él o hacer alarde de estar cerca. Lo que convirtió a Nymphadora Tonks en una excelente candidata para una estación, y no parecía tener problema en aceptar turnos alternos de un día completo a la vez en lugar de simplemente una semana; ella podía asumir diferentes formas con facilidad y seguir siendo una presencia muy útil que podía parecer tan drásticamente diferente con cada pasada que no había miedo de ser vista o reconocida.

Pero Harry aún se sorprendió cuando recibió una lechuza que le pedía que se reuniera con ella en su tienda de campaña, ubicada en el parque cercano al otro lado de la calle y una cuadra más abajo, con capas de invisibilidad y encantos anti-muggles que requerían saber exactamente dónde representar. él para ver a través. Hizo exactamente lo que ella le pidió, curioso pero con muchas ganas de ver lo que ella tenía reservado para él. Iba a ser su último verano con los Dursley, pero su mente ya estaba pensando en su regreso al mundo mágico, en las muchas cosas que tendría que hacer, y cualquier tiempo con amigos que pudiera disfrutar antes de eso parecía ser algo que valga la pena apreciar. Le esperaba un camino largo y peligroso.

"Adelante", dijo alegremente. "Ya tengo algunos tragos esperando." Quería darse la vuelta y entrar, pero no pudo evitar mirarlo primero. Su cuerpo se había llenado bastante bien desde la última vez que lo vio de cerca. Él era mucho más alto que ella, pero aún más notable que eso eran sus anchos hombros y la buena forma que se mantenía. Ella no lo había visto exactamente crecer de niño a hombre, pero incluso en los dos años ella lo conocía, él había llegado bastante lejos. En una nevera había unas cuantas latas de refresco de cola, una sensibilidad puramente muggle que se le había contagiado (parecía una forma muy certera de fastidiar a su familia purasangre, en contraste con sus tés caros) y le arrojó una a Harry. mientras se acomodaba en el sofá, no sorprendida de que Harry tomara su lugar en la silla frente a él.

A Harry siempre le gustaba entrar en una nueva tienda de magos y ver todas las formas notables en las que desafiaba por completo la razón. Este, afortunadamente, ni siquiera tenía el mismo olor a gato preocupante que el último en el que había pasado la noche. "Gracias", dijo, abriendo la pestaña con más confianza que Tonks, teniendo más años de práctica con todo muggle. y las pestañas de extracción simplemente no son algo que un asistente generalmente encuentre. "Es bueno verte. Sé que ha habido mucha gente afuera de mi casa, pero nadie ha pasado a saludar".

"Bueno, tengo un poco más que hacer que solo decir 'hola'. Quería hablar contigo sobre algo muy personal". Tomó un sorbo, tratando de pensar en alguna forma de limpiar el aire, pero no había ninguna. Simplemente tendría que seguir adelante con la versión de fuerza contundente de su plan. "Remus y yo nos vamos a casar", dijo.

"Felicitaciones," dijo Harry mientras tomaba un sorbo también, sin estar seguro aún de dónde provenía el tono de preocupación de su voz dada la maravillosa noticia, pero la dejó continuar hablando.

"Gracias. Pero nos hemos encontrado con un pequeño problema. Remus está preocupado por los niños, y el hecho de que si tenemos uno, existe la posibilidad de que él también termine como un hombre lobo. Ha sido muy estresante, y finalmente decidimos obtener un donante de esperma. Como eres un amigo de la familia y estás sano, me preguntaba si tal vez estarías dispuesto a hacerlo". Había más en su oferta que eso; le habían encomendado la tarea de elegir al donante, y se había decidido por Harry por razones que se desviaron hacia lo completamente carnal; Harry era un mago en forma, atlético y con dotes mágicas que realmente había encajado en su apariencia, y si ella iba a hacer esto con alguien, no podía pensar en nadie por quien se sintiera más culpablemente atraída, aparte de su prometido, por supuesto. -Que Harry.