UNO

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-¡Calla un rato al bebé, me estoy cansando !-

-Es lo que estoy tratando, pero tus gritos lo están asustando también -

Dos muchachos estaban en una habitación rodeados de ropa sumamente provocativa, habían tacones, pelucas y maquillaje.

Uno de ellos llevaba a un bebito de apenas unos días de nacido en sus brazos, el pequeño niño no dejaba de llorar estando hambriento.

-¡Guille dale el puto biberón!- Volvió a gritar el otro chico.

-¡Se lo estoy dando! Pero no hace nada, solo llora - El rizado ya estaba igual por llorar al tener esa desesperación que el bebé no se callaba en lo absoluto.

El más joven se acercó a él y le arrebató el biberón.

Después miró a Guillermo y le dió un leve golpe en la cabeza.

-¿Cómo vergas va a beber? Si no le abriste el hueco a la chupeta, el pinche parto te dejó más pendejo- Regañó tomando una aguja limpia y empezar hacer pequeños huecos hasta dejar un agujero en la chupeta - Dame al niño, no estás arreglado. Te va a dar una putiza Rafa - Extendió los brazos recibiendo gustosamente al bebé, se sentó en la mecedora empezando a mecerse, tomó el biberón y se lo metió con cuidado en la boca al pequeño - Ya mi niño, ya tienes lo que querías, ahora deja que tu mami se arregle- Sonrió.

-Gracias Javi - Susurró cansado Guillermo entrando al baño que había en la habitación.

Solo tenía diez minutos para arreglarse antes de que llegara Rafa por ellos y se los llevara.

Una vida de prostituta era horrible.

Guillermo Ochoa; Más conocido como Memo o Memito tanto por sus amigos y clientes.

Había empezado a prostituirse a la edad de trece años cuando había sido secuestrado en Ecatepec, el era solo un chico que volvía de la secundaria (turno de la tarde) cuando fue aparcado por un auto blanco, lujoso, vidrios polarizados y sin placas.

De ahí había bajado un hombre y lo había metido a la fuerza.

Ese hombre se encargó de transportarlo hasta el norte del país. Para ser exactos, Monterrey.

Su primera noche fue con quién lo había secuestrado con la excusa que él mismo probaría la mercancía que el mismo había logrado adquirir.

Al parecer el pobre Guillermo había pasado la prueba.

Lo llevó junto a los demás chicos más preciosos que todo México pudiera tener, él se encargaba de encontrarlos y secuestrarlos para su ganancioso negocio.

Los preciosos rizos de Guillermo eran la sensación para todos los clientes y amigos de Rafa.

Ese chico le llevó muchos clientes por años, había uno en especial que llegaba siempre y solo por el chico.

❝You're No Good For Me; Messi y Ochoa (AU)❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora