✧ Capítulo 4☂-.✧

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Shinichiro grababa con emoción, el recital de canto de su pequeño hijo, seguido de sus camarógrafos profesionales, quienes capturaban gustosamente las mejores poses de su hermoso sobrino.

Sano Manjiro, era muy amado por su familia.

El recital acabó, y una pequeña estrella se dirigió a los brazos de su querida mami para recibir varios mimos y cumplidos por su perfecta actuación de canto.

— ¡Mami, mami, mami me viste!, fui el mejor de mi clase — sonrió orgulloso, recibiendo un besito de regalo — los amo mucho.

— Y nosotros te amamos a ti pequeño Manjiro — respondió Draken en referencia todos — por eso... sólo por hoy comerás tu postre favorito, después del almuerzo.

Manjiro hizo un leve puchero ante la respuesta de su tío Kenchin, pero no podía enojarse con él, sólo estaba cuidando para no padecer caries a temprana edad.

Según había escuchado de su tío Izana-nii, que ir al dentista era mucho peor que la muerte, tal vez, Izana había exagerado un poquito, pero aún así no cambiaba el hecho que detestaba no poder dorayakis más seguido.

— Está bien, sólo haré para no decepcionar a mami y a papi — asintió ganándose un dorayaki por parte de Izana — ¡gracias tío!

— Manjiro, cariño e-espera — dijo Shinichiro, pero el pequeño salió corriendo con el postre en la boca, seguido de su tío Kenchin — ¡Izana acaso no escuchaste la conversación de Draken!, no dulces hasta después de almuerzo. Ahora por tu culpa Manjiro se quedará sin dorayakis hasta el año nuevo chino.

Los pasos de un pelicenizo se detuvieron y con ello fijaron un nuevo objetivo, acabar con un albino por aumentar su penitencia de dulces una vez más.

Si buscas diversión, entonces a la familia Sano debes buscar.

Manjiro paseaba de arriba y abajo en la hamaca de un parque cercano a su casa, la cuál era empujada por Haruchiyo

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Manjiro paseaba de arriba y abajo en la hamaca de un parque cercano a su casa, la cuál era empujada por Haruchiyo. Uno de sus oni-san favoritos ¡claro!, después de Kazutora y Chifuyu. Unos dos oni-san guapos, que había conocido en este parque, cuando su muñequito Michi, se había perdido.

— Baji tengo hambre — comentó Manjiro con un crujir en el estómago.

— Yo también, ahora regreso iré a comprarnos unos takoyakis para comer, ¡no se muevan de aquí! — corrió hacia un puesto que había visto una cuadra antes de llegar al parque.

Akashi lo vió irse tranquilo, ganando así una mirada aprobatoria por parte de Akashi: «Baji estaba madurando», ahora ya podía casarse.

Lástima que esa posibilidad se apagó, cuando vio la billetera del moreno en la banca.

Baji en serio eres un idiota ¿Cómo piensas que vas a comprar, sino llevas dinero baboso?

Haru suspiró agobiado, le ordenó a Manjiro quedarse en el parque hasta su regreso, sin hacer el mínimo contacto caso a ningún extraño.

Te amaré por siempre Takemichi - ✧ ShinTake ✧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora