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"Sakura, ¿Sigues intentando hacer esos antídotos?" Preguntó Sasori, quien observaba a la niña que estaba leyendo un libro.

"Si logro sacarle este componente a esta flor y mezclarlo con el componente clave del veneno, podría funcionar..." murmuraba cosas sin prestarle la más mínima atención a Sasori "..entonces, ¿Por qué no resultó la anterior vez?"

"Fue porque no separaste bien el componente de la flor azul". Le interrumpió Sasori ganándose la atención de Sakura "Tomaste el componente equivocado, ya que lo separaste mal, y eso se debe a que agarraste más cantidad de la que debías."

"Buen punto, ya tengo trabajo para esta tarde."

"Nada de eso, hoy te toca meditar."

"¿Meditar?"

"Si, y no te puedes escapar". Tomó el libro de Sakura y lo arrojó lejos, causándole un tic a la niña "Como no tienes tanto chakra, debes aprender a usar el necesario. Y como no eres tan buena como yo, precisas más entrenamiento."

"Tengo mejor control de chakra que tu a mi edad". Murmuró.

"Si, pero, ¿A cuantos has matado con alguna marioneta?" Le picó, burlándose "Exacto, a ninguno."

"¡TU A MI EDAD TAMPOCO!"

"¿Acaso eso es excusa? He matado a miles, no importa tu edad, siempre y cuando no me hallas superado, sigo siendo superior que ti, y no solo por las muertes, sino en todo. No uses tu edad como excusa, es por eso que eres débil". Comenzó a regañarle "Quieres que todos te aplaudan por lo que has hecho a los 5 años, pero déjame decirte algo, si sigues escudándote con que eres una niña, morirás en menos de nada."

"Eres un experto motivando". Rodó los ojos.

"Vivimos en un mundo ninja, Sakura, en las guerras la edad no importa si naciste en la aldea enemiga de alguien." Le molestó el cabello "A trabajar, pulga."

Toda esa tarde fue meditación, concentrar su chakra, sentirlo en todo su cuerpo. Si conoces tus límites, conocerás cómo pasarlos, y eso era lo que Sasori quería, que Sakura experimentara sus propios límites, que conociera como controlar cada párate de chakra, y que sepa como utilizarlo.

Sakura era impaciente, deseaba con ansias resultados. Creía que si no lo lograba antes que el promedio no merecería tener el legado de Nagato, que no merecería ser entrenada por Akatsuki, y que no merecería entrenar o ser ninja. No era un prodigio y no tenía una habilidad especial, así que ella debía forjarse a sí misma, no ser un prodigio ni alguien con talento, sino alguien más fuerte que los demás porque así ella lo quiso, no porque ese sea su destino.

Ser fuerte mediante el esfuerzo significa tener control sobre tu vida, tener control de lo que puedes llegar a hacer, sin que te lo hallan impuesto, tu quisiste ser fuerte y lo lograste, porque así fue como lo deseaste. El esfuerzo es control, y Sakura es la persona más perfeccionista y controladora en todo Amegakure.

Sakura terminó agotada, sus piernas temblaban ligeramente con cada paso que daba a su habitación, tal vez lo mejor que podría hacer es dormir, pero necesitaba mirar el libro que me robó a Orochimaru, la curiosidad la estaba matando. Y su ilusión se fue rápido cuando encontró que había tomado un libro de medicina, para ser específicos, de ninjas médicos.

Suspiró, no tenía nada mejor que hacer, todos los libros que robaba los devolvía así que este era lo único que epodia entretenerla.

Lo abrió leyendo los enunciados de las páginas, no era medicina básica, era medicina que rozaba la avanzada, cosa que lo volvía un poco interesante. A medida que leía iba notando algo peculiar que le podría ayudar, y era una técnica de control de chakra que usa una ninja en particular, Tsunade Senju.

"¿Orochimaru cómo consiguió esta información?". Seguía ojeando las páginas, saltándose unas para seguir leyendo como utilizaba ese método al momento de curar y regenerar.

《Tsunade Senju... he escuchado de ella en algún lado... pero es una información muy precisa, no es algo que se vea en una biblioteca, se ve como algo prohibido, y dudo que esta mujer sea tan tonta como para escribir todo lo que sabe, algo muy fácil de robar, y sobretodo si estabas en tiempos de guerra, no sería muy inteligente hacer eso》

La duda a su pregunta se disipó cuando reconoció la letra con la que estaba escrito el libro, era la letra del mismo Orochimaru.

《¿Orochimaru escribió este libro? ¿Como encontró esa información? Espera... ¿Tsunade Senju? Ese nombre...》

Sakura recordó de donde había oído ese nombre, el libro de héroes, y de los mismos aldeanos.

Tsunade Senju, la princesa de las babosas y una legendaria Sanin, como Orochimaru, quien fue su compañero, de ahí saco él la información. La mejor ninja médico jamás vista, y con una superfuerza sobrenatural, una legenda viviente de la aldea de los héroes, Konoha. Si de por sí con su apellido Senju tendría fama, se encargó de dejar su nombre en lo más alto.

《Tsunade Senju... ¿Qué más sabe ella?》

Siguió leyendo el libro, el como usaba chakra al momento de curar lesiones específicas, el manejo del chakra y su control, como manejarlo con los elementos, especialmente el agua con sobretodo venenos, y algunas técnicas de cicatrización. Sakura leyó todo eso, y pensó en poner en práctica el control y manejo de chakra, si lo concentraba en una parte del cuerpo como en el libro decía, podría lograr resultados.

Pero estaba demaciado cansada como para iniciar ese día, por lo que decidió dejarlo para después.

Se levantó y se dirigió a el laboratorio de Orochimaru, dando pasos ligeros, asegurándose de que nadie la viera. Abrió la puerta y dejó el libro en la misma estantería que cuando lo sacó, y recordó algo, Sarutobi Hiruzen.

Miró nuevamente el lugar de las cartas con ese apartado, y sacó dos más, junto a algo parecido a unas pruebas extrañas escritas en papel. Y antes de irse con las cartas y papeles, un libro en la mesa le llamó la atención; "Método de Tsunade", ¿Por qué Orochimaru dejó ese libró ahí, o aún mejor, por qué estaba leyendo ese libro? Intentó fijarse si lo usaba para algo importante, y al darse cuenta de que no había separador de páginas o notas algunas sobre medicina, decidió tomarlo.

Salió rápidamente de allí con todo en los brazos y sus piernas adoloridas, teniendo la certeza de no ser vista por nadie. Pero, no era un humano quien la vigiló y vió salir de allí.

En otro lugar, un hombre de ojos amarillos sonrío al saber lo que la niña tomaba del laboratorio, era interesante, ella era interesante.

Una niña normal, intentando ser alguien más. Ser fuerte no te convierte en otra persona, ser alguien más te vuelve débil. Y es una lección que la pequeña deberá aprender sola.

Una risa salió del hombre, no de felicidad, sino de diversión, ella no se daba cuenta, pero ella era especial. La inteligencia nace en todos, pero pocos logran alimentarla, y la niña, posee conocimientos que ningún otro niño a su edad posee. La niña era especial, porque se esforzó en serlo, y porque sabía como serlo, y eso, la vuelve mucho mejor que cualquier prodigio. Y por ese pensamiento, es que el hombre reía, por la ignorancia de una niña al creer que la fuerza es física y no mental.

Arashi no SakuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora