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"¡No pienso volver a entrenar con Orochimaru!"

Sakura entró de golpe a la habitación de Nagato, haciendo que este suspirara y la mirara de mala cara desde su cama.

"¿Conoces el término de tocar la puerta, Sakura?"

La niña se sentó al lado de Nagato en la cama dándole la espalda, estaba enfadada y su pequeño puchero lo demuestra. Nagato al darse cuenta de eso niega con la cabeza.

"¿Qué sucedió?"

"Me puso a leer sobre medicina y reglas de juegos de mesa, y luego casi me mata entrenando."

"¿Y qué pasó después?"

Sakura se giró con el ceño fruncido, encarándolo.

"¿Acaso eso no es suficiente motivo?"

"Si hubiera sido eso ahora mismo estarías tratando de envenenarlo con algo, y no acá haciendo un berrinche" le molestó el cachete a la niña para que dejara de hacer el puchero. "Pasó algo que te carcome la cabeza y huyes de el, ¿Qué pasó?"

Sakura se quedó en silencio deshaciendo el puchero y girando el rostro para que Nagato no la viera.

"Es que dijo que no aprendí nada, y si dijo eso es porque hay algo que no vi."

"¿Y piensas huir del problema en vez de intentar saber que es lo que Orochimaru quiso enseñarte?"

"..."

"Sakura, Orochimaru es la persona que más conocimientos posee y sé que a su manera podrás aprender algo de él."

"Él no está interesado en instruirme.:

"¿Se te olvidó como fue que creaste tu primer veneno? Sasori no te lo enseñó, tu lo observarte y luego lo imitaste. Miraste cada movimiento, cada cosa que él hacía, y sacaste la información necesaria para hacer un veneno similar."

"Casi no hacía daño..."

"No, pero lograste hacer algo."

Nagato se levantó de su cama con dificultad, su cuerpo estaba tan débil que podía apreciarse algunos huesos a simple vista a través de la piel, se dirigió a una ventana de esa habitación haciendo que Sakura mirar su espalda.

"Revisa nuevamente lo que Orochimaru te dio, intenta encontrar algo."

Y sin decir otra palabra la niña se retiró del lugar.

/./

"Sabía que vendría... Pain-Sama". La sínica voz de Orochimaru sonó por todo el lugar, con su característica acentuación en la <S> simulando el sonido de una serpiente.

Un hombre pelinaranja con algo similar a pircings en su nariz y ojos violeta se acercó a Orochimaru.

"No sabía que tu caías en el estereotipo de la mujer curandera, Orochimaru, te creía más listo". Soltó el hombre mirándole fijamente mientras que el contrario solo reía.

"Pues entonces no me conoce bien, Pain-sama". Orochimaru se giró para verlo con una sonrisa sínica y sus ojos amarillos burlones "No soy partícipe de ningún estereotipo, me parece absurdo encasillar a personas en simples roles cuando pueden ser mucho más que eso."

"Entonces, ¿por qué?"

Orochimaru solo se giró y empezó a buscar en la inmensa biblioteca algo, cada paso que daba, cada vez que se movía lo hacía con el sigilo de una serpiente, una serpiente rastrera que en el suelo solo hace eso, arrastrarse y atacar por la espalda, ¿Una buena comparación para alguien sínico y sin remordimientos, no?

"¿Sabía que el ninjutsu médico es una de las técnicas con mayor precisión de chakra?"

"¿Piensas volver a Sakura una ninja médica?"

"Claro que no", el hombre se giró hacía Pain "pero la técnica de los ninjas médicos sobre el control de chakra le servirá mucho más que todos los jutsus que quieren que aprenda."

Pain se quedó en silencio, escuchando a Orochimaru.

"Sakura posee poco chakra, sus padres no eran ninjas y no posee ningún clan o habilidad extraordinaria, por lo tanto su chakra es demaciado limitado. Soy consciente de que desean que Sasori le enseñé a Sakura control de chakra con sus marionetas, pero olvidan algo, Sasori es un genio en ese ámbito, y Sakura es solo una niña sin ninguna habilidad especial. No es genia, no es fuerte ni es prodigio."

Pain iba a responder pero Orochimaru le cortó.

"Pero hay algo que ella posee, algo que incluso nos supera a todos nosotros, perseverancia."

Orochimaru tenía un punto, y aunque Pain odie admitirlo, tiene razón.

"Dale las herramientas necesarias a alguien con la inteligencia analítica, la perseverancia y la habilidad en palabras que posee Sakura, y tendrás algo que intentas evitar, pero que es inevitable, un shinobi."

Pain frunció el ceño, la idea no le gustaba, para él Sakura era una akatsuki y tenía todas las capacidades de serlo.

Orochimaru seguía haciendo su trabajo en la mesa del centro mientras hablaba.

"O bueno, si no te gusta como suena, llámalo sicario, da lo mismo el nombre que le pongas, sigue siendo igual". Río por lo bajo "Un shinobi, la forma respetuosa de llamar a un asesino a sueldo, debe ser; discreto, inteligente y sobretodo perseverante. La misión no termina hasta que el objetivo este muerto o la orden se halla cumplido, no importa el método o las acciones, sino el resultado."

"¿Y qué la diferencia de un akatsuki?"

Orochimaru volteo a girar a Pain.

"El poder. Akatsuki es poder, una organización de genios y prodigios en diferentes ámbitos, con habilidades especiales que nacieron o fueron dadas, o simplemente poseía esa facilidad. Akatsuki es poder, shinobi es órdenes y recompensa, ¿y que mejor recompensa para el hombre que el 《honor》?."

"Sakura no va a ser un shinobi". Su voz era firme, asegurando con sus palabras intentando no convencer a Orochimaru sino a sí mismo.

"Puede que no, pero jamás será una Ataksuki."

Pain, sin querer escuchar nada más decidió retirarse negándose a la idea de que Sakura sea una shinobi. Ella era su legado y era una akatsuki.

Orochimaru solo sonreía al ver la actitud de su líder y se rio por lo bajo. 《Ustedes la están volviendo un shinobi y ni se dan cuenta, así que se niegan y si en un futuro se vuelve una, buscarán un culpable sin ver las consecuencias de sus acciones. Quemaran la madera al intentar hacer hierro.》

Esa noche, Sakura volvió a leer el libro pero más detalladamente y a practicar el Shōgi, no se quería rendir, no podía decepcionar a su "padre", lo más cercano que podría llamarle.

Al siguiente día se centro en los venenos, consiguiendo buenos resultados ganándose algún que otro cumplido de Sasori, cumplidos superficiales siempre de la mano con algún insulto o algo por el estilo, pero su avance era notorio.

A Sakura, los venenos eran de las cosas que más le encantaban, y por eso siempre se esforzó por los resultados. Los títeres a pesar de que los manejaba no era capaz de llegar muy lejos con ellos, así que desidia muy seguido en ello y se ponía a leer más libros robados de Orochimaru.

Dentro de poco cumpliría 6 años, y esperaba superarse para ese entonces.

Arashi no SakuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora