CAPITULO 4

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- ¡OYE! -la voz es muy grave y lenta y, con tanto eco que parece de caricatura por lo que me hace sonreír- ¿Estas bien? -la voz es cada ves más lenta y las luces y los colores son mas bajos y opacos - no te duermas - sé me escapa una pequeña sonrisa.

La figura es borrosa, es solo manchones y borrones, como tratar de ver algo sin lentes. Quiero ver su cara pero por más qué trato no logro ver mas qué manchas borrosas de lo que parece una persona. Mis ojos se cierran, el sueño me arrastra pero aun no quiero dormir, quiero ver su cara.

No te duermas.

No te duermas.

Abro los ojos tanto y tan rápido como puedo pero ya no esta, mi respiración es rápida y superficial; todo cambio, estoy en un lugar distinto. Trato de recordar y un momento después lo recuerdo, estoy en el hospital y eso solo fue un sueño.

Me levantó y voy al baño, paso frente al espejo y me quedo hay por un momento mis ojos están hinchados, creía que era por el sueño el no poder abrirlos pero ahora lo recuerdo, estuve llorando como Magdalena anoche. Suelto un bufido y sigo mi camino.

Tocan la puerta de mi cuarto. Qué linda, alguien te visita y tu sentada en el trono. Se burla mi subconsciente. Ruedo los ojos.

- ¿Hola? -lo escucho abrir la puerta.

- Espera - le grito desde el baño.

Cuando salgo, lo primero que veo es a Cris, mi hermano, sonriendo al verme. Agacho la cabeza y dejo que me pelo me cubra la cara - ¿cómo estás? - le gruño

- Pues si no tuviera los ojos tan hinchados, estar en un hospital y... -cierro lo ojos- y lo otro. Estaría mejor - suelto el aire y me siento en la cama

- Déjame te digo dos cosas. Uno, estas hermosa y tus ojos no están tan hinchados - le gruño y levanto la cabeza, haciendo que mi cara quede al descubierto.

El suelta un grito agudo y se tapa la boca con una mano.

- Santa virgen de la papaya. Lin, ¿qué te paso? - me tiro boca abajo en la cama

- Estuve llorando, ¿qué no es obvio? - hablo pegada a la cama y me voz sale algo estrangulada

- ¿De verdad? Fíjate que no me había dado cuenta - responde sarcástico

- Lárgate y púdrete Cristofer - me vuelvo a sentar

- ¡Uyyy! Qué grosera señorita, no tienes que ser tan mala conmigo, me vas a hacer llorar - dice fingiendo estar triste. Al mismo tiempo que se pone una mano en la cadera y la otra en el pecho haciendo una mueca de tristeza

Sonrío - ¿no me digas que estas en tus días especiales? - me mira con cara seria y luego rueda los ojos

- Pues no te digo - sé voltea y se revisa las uñas

Estiro mi mano hasta la mesita de noche, agarro lo primero que toco y se lo habiendo. Pero es muy tarde mi arrepentimiento y cuando logro ver lo que le a vente es muy tarde. Lo golpea en la cabeza y lo agarra antes de que caiga al suelo.

- ¡ah! - grita en un murmuro y maldice por lo bajo al mismo tiempo que yo me tapo la cara con las manos

- Perdón - digo con una vocesita aguda y baja

- ¿Qué te pasa Lin?

- Perdón, no me fije, solo lance lo primero que toque

- ¡Es una lampara Lizeth! ¿Como no te diste cuenta? -una risita nerviosa se me escapa, rueda los ojos y niega pero sonríe- que estes aquí no quiere decir que puedes hacer lo que quieras

- Pues yo creo que si - digo sonriente

- Esta me la pagas Lizeth -me señala y empieza a caminar hacia mi con la lámpara aun en las manos.

Bajo de la cama de un salto, cuando el esta apunto de agarrarme y la cama queda entre nosotros evitando qué el me agarre, grito y me meto bajo la cama mientras él en camina hacia mi lado para agarrarme.

La puerta se abre y entra Patrick. Vuelvo a gritar y salgo disparada hacia el.

- ¡Ayúdame! - le sonrío y me pongo detrás de él. Aunque es mas alto qué yo por unos diez centímetros logro ver a Cris, que entre cierra los ojos y me mira negando con la cabeza.

- ¿Qué paso? ¿Que te paso en la Cara? ¿Y por qué traes una lámpara? - dice señalando su cara y luego la lámpara.

Cris rueda los ojos y lo mira con cara seria.

- ¡Ay! Pues fíjate que me pareció una magnífica idea traerle una lámpara a Lin, pero de camino al hospital cobro vida y me ataco - dijo en tono sarcástico

- Yo no tengo la culpa de ser tan tonto como para caerme y golpearme en la cara

- ¡Yo no me caí! -le reclama- ¡Ella me la aventó! - me señala

- ¿Y es muy difícil decir eso? -responde irritado. Cris suelta un gruñido - ¿Es verdad lo de la lámpara? - me pregunta en voz tan baja que solo yo logro escuchar. Trago saliva y asiento.

- mmm... -volteo a mirar la puerta y luego miro a Patrick que esta sonriendo y negando con la cabeza

- Que esté enferma no quiere... Espera... - Cris habla

Oh, oh. Creo que alguien ya recordó que estas muriendo. Trago saliva y mi sonrisa desaparece. Respiro profundo.

-¿Qué paso? - trato de soñar casual pero se que mi cara es una mueca nerviosa.

-¿Qué te dijo el doctor ayer?

Literalmente todo el aire se salio de mis pulmones al escucharlo. ¿Ellos no lo sabían?, ¿nadie les dijo o es solo el despistado de Cris qué no lo sabe?

Miro a Patrick pero el me mira con la misma curiosidad y preocupación que Cris. Ellos no lo saben, nadie les a dicho. ¿Por qué? Porque nadie quiere saber que alguien a quien quieres esta muriendo, tal vez por eso, para evitar su dolor, solo un poco mas en lo que encuentran la forma menos dolorosa. Dice la voz en mi cabeza.

-Evitar su dolor -repito

Los miro a los dos y niego con la cabeza. No seré yo quién se los diga, si mis padres aun no quieren decirlo yo no lo haré, yo no quiero su lastima.

GO: ANTES DE IRME Donde viven las historias. Descúbrelo ahora