Era una noche más oscura de lo normal, la luna estaba oculta por las nubes, no se veía ninguna luz por ningún lado.
El frío invernal penetraba en los huesos y helaba la sangre.Las ventanas estaban empañadas y congeladas por el frío que se filtraba. Eran pasadas la una de la madrugada por lo que sobre las chimeneas solo quedaban cenizas y no había ningun alma despierta.
Un sentimiento opresivo se incrustó en mi pecho, como si algo pesado estuviera quitándome el aire de los pulmones.
Me despierto alarmada, mi aliento entrecortado saliendo a trompicones de mi boca dejando un rastro de humo blanco por el frío.
Me siento en la cama y seco mi sudor frío de la frente. Ahí me doy cuenta de algo, estoy sola y no se escucha ningún ruido.
Algo anda muy, pero muy mal.
El lado derecho de mi cama donde debería estar mi marido está vacío y tengo un presentimiento de que algo anda mal, algo dentro de mi me lo dice.
Salto de la cama y salgo corriendo de la habitación, toda la casa está oscura y empiezo a caminar por el pasillo oscuro sin ver nada.
Cuando de repente un relámpago ilumina la habitación solo durante unos segundos. Lo que se vió me dejó helada y aterrorizada.
Delante de la puerta entreabierta de la habitación de mi hijo se encontraba mi marido parado, estático sosteniendo un cuchillo de cocina.
Al principio no entendía lo que estaba sucediendo cuando de pronto entendí. Hoy Severus tuvo una reacción accidental mágica, una muy grande que agrietó toda la calle de la cuadra.
Yo estaba muy contenta eso significaba que mi hijo sería un mago muy poderoso, pero cuando ví la expresión de mi esposo lo entendí. Ví miedo, mucho miedo en su rostro, pero pensé que con el tiempo se le pasaría... Al parecer no.
Porque Tobías estaba por asesinar a mi hijo.
En silencio fui lo más rápido que pude a mi recamara, busque debajo de una tabla de madera del suelo mi varita. Cuando la tuve en mis manos y sentí como la magia acariciaba mi ser entendí lo que tenía que hacer.
Proteger a mi hijo cueste lo que cueste.
Con varita en mano fui corriendo de nuevo hacia mi marido, el ya estaba entrando en la habitación de Severus cuando rápidamente levanté mi varita, le apunte y grite 'desmaius' dando en su espalda.
El cuerpo de Tobías cayó pesado sobre el suelo con un sonido sordo.
Agitada guardo mi varita y me apresuró a coger algunas cosas del Placard de mi hijo, toda la ropa abrigada la guardo en un bolso viejo y lo cierro.
Me cuelgo el bolso y me acerco a la cama de mi hijo, pasando por encima del cuerpo desmayado de Tobías.
- Severus, es hora de irnos hijo, debemos irnos - Susurro mientras acaricio sus cabellos.
- Mama? - Pregunta Severus aún con su mente clnfundida por el sueño.
- Prepárate cariño, tendremos un viaje largo, nos vamos de esta casa - Dándole una última mirada rápida a mi hijo fui corriendo de nuevo fuera de la habitación hacia la mía.
Agarro de mi Placard algo de ropa, zapatos y abrigos, mi varita y lo último de mis ahorros para el transporte.
Guardo todo en el bolso, me visto con unas botas de invierno y un abrigo de piel de cordero.Una vez lista vuelvo a la habitación de Severus, el ya está levantado y vestido mirando hacía la figura de su padre en el suelo y el cuchillo a su lado.
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La noble casa Prince
Fanfictionuna noche oscura y fría Eileen Prince tiene un mal presentimiento. Esa noche algo terrible pasó, algo que la asustó tanto como para tomar a su pequeño hijo Severus de 6 años y huir hacia al mundo Mágico.