Capítulo 18

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Zee salió de la pizzería con las cosas en la mano, llegó hasta el auto y dejó todo en los asientos de atrás. Se dirigió a su asiento y cerró la puerta antes de volver a ver a Nunew, que arrugó su nariz y volvió a ver a otro lado.

—¿Qué pasa, Sol?

—Es algo tonto.

—Nada que venga de ti es tonto, dime.

—Es que hueles a otro omega.– dijo sonrojado e incómodo.

—Lo siento, Sol, la cajera intentó coquetear conmigo y no ponía atención a mis negativas, pero Net logró pararla y alejarla.

—¿Puedo...?–mordía su labio sin completar la frase.

—Claro que sí, ven aquí, Sol.

Puso a su pequeño omega sobre sus piernas, agarrándolo por la cintura. El pequeño se acercó y comenzó a chupar y morder su cuello, cerca de su fuente de aroma, antes de comenzar a restregar su cara en su pecho hasta quedar satisfecho. Se apartó cuando no sintió más ese olor a omega, ronroneando feliz.

—¿Podemos irnos?–volvió a ver a otro lado, estaba avergonzado de su reacción.

—No debes estar así, es algo normal y me encanta, podría llevar tu aroma en mí toda la vida.

—No debí reaccionar así, pero me sentí tan celoso, no lo pude evitar.

—Está bien, pero no deberías ponerte celoso. Soy tuyo por siempre y para siempre, Nunew Perdpiriyawong.

Un muy feliz y sonrojado Nunew se acercó y besó algunas veces la mejilla del alfa mientras este conducía. Decidió cambiar de tema para no dejar un silencio incómodo.

—Espero que esto no arruine los planes para el fin de semana.

—Bueno, si te sientes mejor el viernes en la tarde, todo debería estar bien.

—Yo ya me siento bien, y estoy ansioso por ir, es muy importante para mi.

—¿Qué es tan importante?

—Todo sobre esos dos días lo es.

—No puedo esperar.

Llegaron a la casa de Zee, donde se podían admirar por fuera tres pisos, paredes en un color gris claro, árboles y flores en la mitad del enorme patio delantero, también había un lugar con techo, que tenía un sillón para cuatro personas, tres sillones individuales y una mesita en el centro. Podía imaginar la casa por dentro.

Su casa también era grande, pero sólo tenía dos pisos, era lo suficientemente grande para tener un los tres cuartos de la familia y otros tres de invitados, un enorme patio y mucha vegetación. La de Zee parecía ser una de esas casas de revista, le encantó.

—Bienvenido a mi casa.–le dijo sonriendo, luego de bajarse del auto.–primero dejaremos tus cosas donde duermas y bajaremos a comer, ya luego tendremos todo el tiempo para que conozcas la casa. Entonces, ¿prefieres dormir cerca de mi, lejos, conmigo, en el tercer piso?

—A decir verdad, me gustaría dormir contigo, si no molesto. Luego de dormir en el nido, cuando dormí en casa de Net, sin su olor, no fue muy cómodo, me desperté algunas veces durante la noche.

—Entonces conmigo será. Vamos a dejar tus cosas en la habitación.

Se dirigieron a la habitación principal, una enorme habitación con paredes blancas, una gran cama con sábanas rojas, una enorme ventana detrás de la cama con cortinas del mismo color. Además, algunas repisas en una pared con cuadros, libros y decoración mínima, dos puertas que supuso eran del baño principal y el vestidor, y a un lado un espejo donde bien podrían verse dos personas a la par sin invadir el espacio personal del otro. Todo esto fue lo que pudo admirar Nunew al entrar en la habitación del alfa.

—Me gusta, se siente acogedora a pesar de ser tan grande.

—Casi no paso aquí, por eso hay tanto espacio libre. Lo mejor de todo es la cama.

—No, lo mejor de todo es que está inundado con tu aroma, es increíble, relajante y delicioso.

—Como tu habitación, mi cosa favorita de ahí es tu olor.

—La mía es el nido, porque huele a mi alfa.

—Puedo asegurar que algún día me va a dar algo cuando te escuche decirme alfa, no creo poder superarlo.

—A mi me gusta que me llames sol, me hace sentir muchas sensaciones en mi estómago, me hace sentir especial.

—Porque eres especial. Ahora, dejemos esto aquí y bajemos a comer.

—Me parece buena idea, vamos.

Dejaron el bolso con las cosas de Nunew en la cama, y se dirigieron nuevamente a la cocina, donde dejaron la comida antes de subir al segundo piso. Decidieron comer en el comedor, uno al lado del otro porque no querían separarse. Usaron ese tiempo solos para conocerse un poco más, porque aunque sabían muchas cosas, no sabían otras que a ellos les importaban, como el nombre de la primera mascota o el libro favorito.

—Entonces, ¿tuviste un perro llamado Bubble?–preguntó el alfa muy interesado.

—Sí, era un lindo dálmata que estuvo conmigo por muchos años, casi desde que nací. Desafortunadamente murió de un ataque, ya estaba muy viejito.

—Yo tuve un perro llamado Zeus, era recogido, lo encontramos fuera de la casa de mis padres mojado y temblando, me dejaron quedármelo. No se apartó de mi hasta que murió, también estaba muy viejito cuando pasó.

—Me da mucha lástima que dejen a los animales así, botados como si no fueran nada. Me gustaría tener algún refugio donde llevarlos a todos, cuidarlos y encontrarles un hogar.

—Eso es lindo, me gustaría ayudarte, omega.

—Estoy trabajando en eso.

—¿Eh?

—Tengo mucho dinero ahorrado, porque tengo ese sueño desde hace muchos años, así que la ganancia de la empresa de mi padre nunca la utilizo, siempre la guardo para eso. También parte de lo que gano trabajando contigo lo guardo para eso, porque quiero hacer felices a los animalitos. Net, Nat y Max han ayudado con eso, en este momento solo estamos buscando un lugar lo suficientemente grande para que entren muchos y estén cómodos.

—Eso es lindo. Podría ayudar con eso, conozco a alguien que tiene una propiedad enorme a las afueras de la ciudad, no han construido nada y tienen mucho espacio para construir algo grande y que aún así quedé espacio para que los animales corran libres afuera. Podría hablar con él y llegar a un buen acuerdo, no le molestará venderlo porque nunca lo ha usado, ni siquiera suele visitarlo.

—¿De verdad harías eso?

—Haría todo por ti, Nhu. Pero esto es importante, y es una muy buena causa. Podríamos fijar una reunión con él la otra semana, luego lo llamaré para hablar con él.

—Oh, Dios, eres increíble. Te quiero tanto, gracias por hacer esto.– Nunew se levantó de su asiento y se sentó en las piernas de Zee, abrazándolo y dejando besos por su cara, cuello y pecho, hasta donde llegara.

—También te quiero, Sol. Vamos a cumplir tu sueño.

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Mi omega huele a lo que me gusta (bananas)|| ZeeNunewDonde viven las historias. Descúbrelo ahora