Capítulo 22

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El omega salió indignado de ahí, tirando la puerta y ladrando juramentos hacia Nunew, a quien no le podía importar menos todo eso.

—Dios, te ves tan bien al mando.

—Oh, y eso que no has visto nada, alfa.

—¿Qué más tienes?

—¿Me acompañas a repartir cartas de despido?

—Voy detrás de ti, amor.

Nunew metió las cartas en sobres con el nombre de cada futuro despedido. Se levantó de su lugar con las cartas una mano, metió sus llaves y celular en un bolsillo de su pantalón y se dirigió fuera de la oficina con Zee siguiéndolo. El alfa aseguró la puerta y luego se dirigieron al primer piso, donde estaba el primer despedido.

Al llegar ahí, el beta estaba de nuevo con un omega, aunque esta vez ambos presenciaron como el omega se rehusaba a seguir ahí y el beta le tocaba el trasero cuando el otro se iba.

—Así que... Trabajando, ¿uh?

—Señor.– le dijo, como si no hubiera hecho nada.

—Mira, acabo de ver lo que hiciste. Nuestra empresa no tiene tolerancia hacia el acoso, y me han llegado varias quejas, así que lamento decirte que tus servicios ya no son requeridos, y tienes hasta las 4:00 para retirarte con todas tus cosas.

Zee no sabía cómo sentirse, ese bonito y amable omega que en su oficina trata bien a todos y que todos aman, acababa de despedir a dos personas, y aún podía ver ocho sobres en su mano. No podía evitar pensar en lo caliente que se veía Nunew mandando y despidiendo a las personas que acosan a otros, ni siquiera debería encenderlo tanto, y si seguía pensando en eso se iba a notar su olor a exitación.

—S-si, señor, como usted diga.— el beta se veía atemorizado, y el alfa no lograba entender como es que Nunew le daba tanto miedo si se veía tan suavecito y bonito.

De ahí se dirigieron al tercer piso, donde, según Nunew, era donde debía entregar más cartas, cinco en total. Salieron del ascensor y no dieron más de diez pasos cuando Nunew paró, detrás de un alfa que le hablaba a un grupo.

—...así que la perra de Nunew me rogó para que lo cogiera, y terminé dándole mi nudo por lástima.– los otros alfas y betas ya habían visto a Nunew, así que le hacían señas al otro para que hiciera silencio, aunque este nunca lo entendió.

—Pero que historia tan interesante, cuéntanos más, Vladimir, que ésta no me la sabía y está muy interesante, ¿verdad, alfa?

—Tal vez si cuentas tu versión, sería más interesante.

—Uh, pero si lo único que sé yo es que él se quería acostar conmigo, y como lo rechacé me dijo "voy a inventar tanto sobre ti, que no lo vas a soportar, y vas a venir a mi llorando para que desmienta todo. La única manera en la que lo voy a hacer es que me dejes follarte." y bueno, aquí sigo esperando sentirme destruido.

—N-Nunew.

—Así que, Vladimir, Francisco, se quedan aquí. El resto, deberían estar trabajando, ¿no? Porque cuando termine aquí, voy a pasar por sus estaciones revisando que vayan al día con todo.

Los demás corrieron a sus escritorios, mientras los dos que Nunew nombró estaban ahí con cara de querer orinar sus pantalones.

—¿Qué necesita, señor?

—Que recojan sus cosas antes de las cuatro, porque están despedidos.

—¿Despedidos? ¿Y quién te crees para despedirme?–soltó Vladimir con aires de grandeza.

—No me creo, soy el jefe, y si quiero despedir a los malditos acosadores lo voy a hacer, y lo estoy haciendo. Te recomiendo empezar a recoger las cosas ya, porque aquí el tiempo pasa rápido y pensándolo bien, solo tienes hasta las 2:00 para sacar todo.

Nunew ni siquiera le dio tiempo de responder, solo jaló la mano de Zee y pasó por un lado del alfa como si nada, pero antes de avanzar mucho dio media vuelta solo para ver al beta que también seguía ahí con su carta en la mano.

—Tienes hasta las 4:00 para sacar todo, comienza.

Avanzó hasta el décimo escritorio, done estaba la única alfa que debía despedir.

—¿Qué hace un omega tan bonito por aquí? ¿Buscas una alfa de verdad que te de un buen nudo?

—No, vengo a darte tu carta de despido. Tienes hasta las 4:00 para sacar tus cosas.–le entregó la carta y dio media vuelta para salir de ahí.
No le dio tiempo de responder y caminó hasta el final del pasillo, donde debía entregar las dos últimas cartas.

—Jefeee.– le dijo uno de los hombres, nervioso.

—Así que, ya saben como es esto, tienen hasta las 4:00 para sacar sus cosas.– entregó sus respectivas cartas y se devolvió hacia el ascensor.

Cuando ambos estuvieron dentro y las puertas se cerraron, Zee lo volvió a ver inmediatamente.

—Ni siquiera deberías verte tan bien despidiendo a esas personas, Dios, cuando volvamos a tu oficina voy a necesitar una ducha.

—Tal vez podría ayudarte, alfa.–ronroneó en el oído del alfa.

—No hagas eso, todavía debo esperar un mes para anudarte, y andas aquí dejando en claro que esto te pertenece y no vas a tolerar las faltas. Ya entiendo por qué haces que se aumente ese 40% en mis celos.

—Pues eso ya no pasará, porque cuando me marques, pasaremos nuestros celos juntos y no podré cuidar tu empresa, Hia.

—Y no podría estar más feliz por eso.

Llegaron al penúltimo piso, donde se entregaban los últimos dos sobres. Nunew lo guió directamente a un cuarto, donde abrió la puerta sin tocar. Adentro estaba el omega que Nunew despidió antes, casi sin ropa, y un alfa con el pantalón y su ropa interior en los tobillos.

—Bueno, si terminó de guardar sus cosas, se retira del edificio, no viene a montar esos espectáculos. Usted, haga el favor y súbase eso, que nadie quiere andar viendo sus desgracias. Además, tiene cosas por empacar, tiene hasta las 4:00 para sacar sus cosas de aquí.– le puso la carta de despido a un lado y salió de ahí, dejando la puerta abierta.

—¡Jefe! ¡No haga eso, por favor!– el nombre salió con la ropa interior y el pantalón a medio poner.

—No pierda su tiempo.

Nunew caminó hasta donde un beta, que al verlo palideció.

—S-señor.

—Levántese.

—No, no.

—No lo voy a repetir una tercera vez. Levántese.

El hombre se levantó y puso sus manos frente a él, ya que tenía el pene afuera.

—Su compañero tiene cinco minutos para salir de esta empresa, porque ni siquiera debería estar aquí. Usted tiene hasta las 4:00 para retirarse con todas sus cosas.–le dejó la carta en el escritorio, y agarrando la mano de Zee, se dirigió al ascensor.

Una vez entraron a la oficina del más bajo, Zee lo acorraló en la pared y lo besó con ganas. Nunew gimió en el beso, porque sentía el olor a exitación del alfa, así que se separó, porque si seguían así, iba a comenzar a lubricar.

—Lo siento, es que en todo este rato, te veías tan caliente dando órdenes y hasta adivinando las cochinadas que hacían esos hombres. Ugh, es imposible que no me encantes tanto.

—Si hay algo que detesto, es el acoso, y que se pongan a hacer sus cochinadas en lugares donde cualquiera puede entrar o verlos.

—Así que, ¿no sexo en la oficina?

—Así que, sexo en mi oficina cerrada. Ahora, ¿que dices de una mamada en el baño de mi oficina?

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Mi omega huele a lo que me gusta (bananas)|| ZeeNunewDonde viven las historias. Descúbrelo ahora