Capítulo 10

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[...]

Sus ojos lentamente se abren tratando de acostumbrarse a su nuevo entorno, no le tomó mucho ya que era algo obscuro el lugar, en el momento que sus ojos se ajustaron viajaron de aquí allá tratando de reconocer su alrededor; un retrete, una pequeña cama, un cuarto pequeño lo cual y supuso que era una cárcel, un suave suspiro sale de sus labios, aún se encontraba algo aturdida, su cuerpo poco a poco se reincorpora en su lugar tratando de levantarse ya que estaba recargada en una puerta de metal, un pequeño escalofrío recorre desde su espina dorsal hasta su nuca, tenía frío.

Al momento de moverse un poco más sintió aquella punzada en él hombro y en su mano, al igual que su cabeza, por inercia lleva su mano hacia dicha zona para tratar de hacer un pequeño masaje, pero el dolor lo impide. Sus ojos__ (c/o[color de ojos]) se posicionan hacia su mano izquierda, estaba cubierta de una venda perfectamente hecha, sus cejas se fruncen un poco.

¿Qué carajos acaba de pasar? Fue lo primero que se le vino inmediatamente.

El vago recuerdo de la pelea de hace ya unas horas invadió su mente por completo, una pequeña mueca aparece en sus labios, claramente mostrando el dolor y enojo que sentía, habían sido engañados y traicionados por aquel estadounidense, de todas formas no le agradaba mucho.

Pero, su General Sherperd también estaba al tanto de todo.

—Ese hijo de perra...–

Un pequeño quejido salió de sus labios antes de que estuviera totalmente de pie, tenía pensado inspeccionar el lugar más de cerca por si encontraba algo de utilidad, sus piernas temblaron un poco por hacer presión en ellas, aún se encontraba algo débil, no sabe por cuánto tiempo estuvo tirada, por lo tanto la sangre no circulaba en esa zona, como pudo caminó dando zancadas hacia una pared cercana y se recargó con pesadez.

Su cabeza se recarga de igual forma, su frente se arruga un poco al sentir el frío de esa zona, cierra sus ojos por unos largos segundos tratando de ordenar todos sus pensamientos. La pérdida de sangre la estaba mareando.

Pasado unos minutos finalmente pudo recuperar algo de fuerzas, su vista se pegó en aquella cama provisional que tenía a unos centímetros lejos de su cuerpo, con lentitud y pereza camina hacia ella y así sentarse teniendo cuidado de sus heridas.

Ahora si, ¿Qué habrá pasado con los demás? Ella sabía que estaba encerrada más no dónde o en qué parte del país o si estaba en el país aún. El recuerdo de que Soap había sido herido la hizo temblar un poco, de corazón pedía que estuviera bien.

Por lo menos los Shadows fueron considerados con ella al tratarle las heridas, pero ¿Y él? También el recuerdo de la mirada de Ghost sobre ella antes de desaparecer de su vista la hizo suspirar. Aquella mirada aparte de darle terror a los demás tenía ese toque con ella que no le temiera.

Ahora el nombre de "Alejandro" se le vino a la mente también, así que si fuera una reacción momentánea abrió sus labios y giró su cabeza hacia la pequeña ventanilla que poseía aquella puerta de metal.

–¿Coronel?–

Su voz fue lo suficientemente fuerte como para que la escuchara una alma. Sus dedos se entrelazaron un poco tratando de buscar refugio entre ellos.

–¿____?– su voz la calmó un poco, pensó que le había hecho algo o estaba sola en ese lugar- ¿Estás bien?

–Por lo que cabe, estoy bien, ¿Y tú?–

–Con unas inmensas ganas de golpear a un maldito yankee–

Una suave risa sale de sus labios y niega con su cabeza divertida- Ni que lo diga, igual yo ¿No sabe algo sobre los demás?-

𝐘𝐨 𝐓𝐚𝐦𝐛𝐢𝐞́𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora