Muchos hablan que enamorarte en la guerra y sobre todo en el trabajo no es muy buena idea.
Ella estaba en apuros, su corazón estaba palpitando a mil por hora, sus lágrimas amenazaban en salir.
-Elige- Esa voz, esa voz que la volvía loca día a día l...
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Antes de terminar el año quiero traerles dos capítulos especiales para compensar el tiempo que me eh tardado actualizando ese pinché libro. Ya entré a vacaciones así que habrá actualización.
Felices fiestas.
L@s amo muuuuuack.
⏝˙︶˙⏝˙︶˙⏝ ╽ ╽ ╽
[...]
—No me jodas.
Arruga su nariz en el momento exacto cuando el viento invernal se estampó en su cara. Debía admitir que hacia mucho frío, más de lo habitual.
—Me voy a pescar un resfriado.
Lleva sus manos hacia su chamarra qué tenía puesta para buscar el calor en esta, además de buscar las llaves de la camioneta que Price le había prestado.
—No sería la primera vez que te veo con los mocos hasta el piso.
Sus ojos buscaron la mirada burlesca del escoses quien la acompañaba en su fría mañana del 24 en busca de comida. No tenían planeado hacer una cena extravagante este año, solo pasar la navidad entre grupo.
Se preguntaran ¿Por qué?
Bueno, no tenían permiso de abandonar el cuartel para acompañar a sus familias en esta fecha especial ya que estaban en una misión que podría poner en riesgo a sus allegados, además, no sería la primera vez que les pasa esto, ya sabían que hacer en estos casos. Así que tendrian que buscar sus propios méritos para conseguir la mejor cena de navidad que no pase de comida enlatada y quizá echada a perder.
—Ja, ja, vaya comentario.
—Vamos linda. No pongas esa cara, así podría cuidarte y hacer pijamadas, ¡Ujuuuuuu!
—Uuuuuuh. Que divertido. —Rodó sus ojos mientras sacaba las llaves y apretaba el botón para abrir el carro.
Si le gusta pasar tiempo con su mejor amigo, pero, cuando ella está enferma no la deja hacer absolutamente nada, la envuelve en las colchas como si fuera un taco y la amarra para que no escape. Además del horrible medicamento escoses que la obliga a tomar para "Mejorarse" hace que sus días de enferma las pase aún peor.
—Ah, entiendo.
—Deja de ser dramático y sube tu trasero al auto, iremos de compras.
—Voy mamá.
[...]
El super mercado.
Si, estacionaron la camioneta en una tienda gigante la cuál les quedaba cerca y de paso del cuartel. Eran algo perezosos, claro, por ello no dudaron en buscar suerte en ese lugar.
