Narra Julieta
Salí un momento pues tenía que irme al mercado a comprar algo y a lo lejos vi a mi hermana y a Félix, mi hermana miraba a otro lado, sin embargo Félix se veía...decaído.
Preferí no meterme, pues aunque no me gustara eran marido y mujer. Seguí caminando y al cabo de un rato llegué al mercado, allí fui comprando todo lo que necesitaba cuando de pronto una chica se paró a mi lado y me tocó el brazo, era algo más baja que yo, pero era bastante atractiva.
- Ho-hola *me saludó, a lo cual yo respondí con una sonrisa*
- Hola, ¿Necesitabas algo? *Ella siguió mirándome, ¿Acaso estaba nerviosa?*
- Es que me preguntaba si querías ir a por un helado o a tomar algo, o a cenar está noche, en fin...salir juntas a algún lado... *Dijo notablemente nerviosa, le había costado incluso decirlo, yo no vi nada malo por lo que acepté, si se ponía así suponía que era porque para ella era importante, supongo que no tenía muchos amigos y estaba intentando hacer uno nuevo*
- Claro, ahora tengo que volver a casa, ¿pero te apetece cenar?
- Si-si claro, ¿Quieres que vaya a casita, ya que es un sitio conocido y te espero para que vengamos a cenar a algún sitio...
- No quiero molestarte, no está muy cerca que digamos y luego tendrías que volver a caminar para acá...tranquila, si me dices un sitio bajo
- Insisto, no es una molestia para mí, y así si tu madre me ve, ve que no soy una depravada, no quiero que se haga ideas equivocadas de mi, al fin y al cabo yo respeto a todo el mundo y más a ella *Dudé, no entendía cuál era la necesidad de quedar bien con mi madre o de que ella la viera, ¿por qué mi madre iba a pensar algo raro si solamente iba a ser una cena para conocernos en plan amistad? Pero bueno, sus razones tendría*
- Vale, acepto, sobre las 19:00 termino de hacer la cena para la casa, ¿te parece bien a las 20:00? Así me da tiempo a ducharme y arreglarme, además de poder con algún que otro imprevisto, que siempre sale alguno *sonreí esperando una respuesta*
- ¡Sí! ¡Hasta esta noche! *Dijo emocionada para luego abrazarme con fuerza a lo que yo también respondí despidiéndome y correspondiendo el abrazo, pobre...de verdad necesitaba amigos...*
Terminé la compra y volví a casa, la cena estaba prácticamente hecha, y Félix faltaba por primera vez en todos los años que llevaba casado con Pepa.
Mi madre hizo preguntas pero mi hermana prefirió evitarlas.
Yo me senté como siempre al lado de mi hermana sin embargo al acercarse a mi arrugó la nariz.
- Hueles a omega *dijo notablemente molesta, poco a poco vi como una nube con truenos se colocaba en su cabeza*
- ¿Y eso? Ya has encontrado nueva omega cariño *pregunto mi madre curiosa*
- Eso Julieta Madrigal, ¿Ya has encontrado otra omega? Porque hueles a otra omega, hermanita, cuéntanos quién es la afortunada *levanté la mirada a la nube de mi hermana, en cualquier momento me iba a caer un rayo y lo sabía*
- Hoy en el mercado conocí a una omega, algo más baja que yo, me invitó a hacer algún plan y acabamos acordando salir a cenar está noche, acepté porque supuse que quería hacer nuevos amigos, se veía muy emocionada, así que seguro que le hacen falta *dije algo nerviosa, sin embargo sin mentir, pues no veía que estuviera haciendo nada malo*
- ¡Cómo puedes ser tan estúpida Julieta Madrigal! *De pronto sentí un rayo caer cerca de mi* Esa omega intenta enamorarte, ¡vais a tener una cita! *Sentí otro rayo caer esta vez más cerca, al final me acabaría dando alguno*
- Coincido con tu hermana, quiero conocerla, ¿ella vendrá aquí?
- Mmm me dijo que quería venir a casita a esperarme fuera, insistí en que no para que no caminara, pero me dijo que no quería dar mala impresión y que quería que vieras que no era ninguna omega depravada, la verdad no entiendo el por qué, pero bueno, supuse que había tenido alguna mala experiencia antes y así se sentía más segura
- ¡DEFINITIVAMENTE ERES ESTÚPIDA JULIETA MADRIGAL! *La nube de mi hermana dejó caer nuevamente un rayo, aunque está vez sí me dio de lleno, caí de la silla al suelo, mientras me acariciaba lentamente pues me dolía el cuerpo después del rayo*
- ¿Por qué? No vi nada malo...
- Porque está claro que quiere que la conozca para que en caso de gustarme, apoye vuestra relación, incluso ayude a que se haga realidad *intervino mi madre*
- Exacto Julieta o eres demasiado inocente o demasiado imbécil, y créeme que creo que la segunda
Mi hermana estaba muy enfadada, cosa que sorprendió a los demás, pero nadie dijo nada, sabían lo apegadas que éramos, seguramente pensaban que Pepa no quería que me hicieran daño o me utilizarán, pero yo sabía perfectamente que esa no era la razón de su enfado, estaba celosa y mucho.
- Per-perdón pero es que yo no lo vi mal...*agaché la cabeza*
- Y no está mal hija mía, ya es hora de que vayas conociendo a una nueva omega, y ni se te ocurra cancelarlo, eso nos pondría en una mala posición hija.
~Pero yo no quiero conocer más omegas...no para eso...~ *pensé, para después suspirar y asentir*
De pronto mi hermana se levantó de la mesa y yo no pude evitar intentar levantarme para ir detrás de ella, pero mi madre y el dolor me lo impidieron, mi madre quería saber más de la omega, sin embargo ni yo la conocía, pero tenía que quedarme pues mi madre ya estaba fantaseando con bodas y fiestas y tenía que quitarle esas ideas de la cabezaNarra Pepa
Mi hermana era estúpida. Estaba enfadada muy enfadada y estaba provocando una tormenta, iba a estropear esa cena, iba a llover más que ningún otro día.
~Pero si hago eso la omega querrá meterse en casita con Julieta o peor la llevará a su casa para no mojarse, no, no puedo hacer eso, eso sería ponérselo más fácil~
Desistí de la idea, pero...mi hermana me amaba ¿no? Ella no se acostaría con otra omega ¿No? Ella...¿Lo haría...? Es un alfa y si la omega lo intenta o está cerca de su celo...¡No! No puedo permitir eso, voy a intentar que haga una noche despejada, para que no tenga excusa para meterse en un lugar más íntimo con mi hermana.
No voy a permitir eso, no voy a dejar que pase lo mismo que pasó con aquella estúpida omega cuando éramos más jóvenes, entonces, aún no sabía claramente que era lo que sentía por mi hermana...bueno, sí lo sabía pero me lo negaba...pues nos unía un lazo de sangre y no podía borrar eso.
De pronto sentí un toque en mi brazo, era Félix, tenía unas maletas, ¿Se iba?
- Pepi, yo...quería despedirme...han sido muchos años al fin y al cabo y... créeme me hiciste muy feliz *escuchar eso me partió el corazón, él no tenía culpa de nada, siempre fue un buen marido y estuvo ahí para calmarme...pero lo que sentía por mi hermana era demasiado fuerte...y ella también había estado siempre para mí...*
- Te entiendo...*le abracé* Siento que las cosas hayan terminado así, de verdad
- Tranqula... ¿Pepi te puedo hacer una pregunta?
- Claro dime *dije asustada*
- A quién sea que sea ese alfa...¿Tu lo amas? Y no te molestes en decirme que son varios o cosas así porque sé que no eres de esas omegas facilonas Pepi *agaché la cabeza, no podía mentirle, al menos debía una verdad*
- No te imaginas cuánto...y desde hace cuánto tiempo...a su lado...*suspiré* soy feliz...a pesar de que sea una maldita estúpida sin cerebro.
- Entiendo*Félix agachó la mirada* Espero que tengas suerte Pepi, enserio, espero que seas feliz, en mi siempre tendrás un amigo...pero no me puedo quedar aquí como si nada...necesito tiempo y espacio... Agustín y yo vamos a vivir en la misma casa, pues hemos encontrado una casa y ya se ha despedido de su amiga, *me abrazó* mucha suerte Pepa Madrigal *dijo para después separarse y dirigirse adentro, seguramente a contarle a mi madre todo, no lo iba a culpar, pero por lo menos no le había dicho el nombre de mi hermana*
- Suerte a ti también Félix, espero que seas feliz, te lo mereces *sentencié* El dio media vuelta y me sonrió, para después continuar entrando en casita. Me iría a dar una vuelta por los maizales, era mi lugar seguro y allí podria librarme un rato de mi madre y sus reclamos, oficialmente mi matrimonio había llegado a su fin, bueno, oficialmente no porque aún tenía que firmar los papeles, pero sí simbólicamente, ahora tenía que pensar en como evitar que la estúpida de mi hermana cediera a sus instintos y lo hiciera con esa sucia omega, tenía miedo...y mis razones tenía... Aún recuerdo perfectamente ese día... lloré por días, y no quería ni ver a mi hermana. No entendía bien por qué, ya que éramos hermanas pero bueno, a mi se me daba genial vivir en negación por lo que había comprobado durante toda mi vida.
Iba a ser difícil pero haría lo que fuera para que mi hermana no hiciera ninguna estupidez, conseguiría como fuera que no cediera...lo tenía que conseguir...
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Dulce pecado
RomanceLa historia comienza después de la recuperación de casita, con toda la familia ya reunida. Cuenta entre saltos temporales la historia completa de Pepa y Julieta, sin embargo, ¿Tendrá o no un buen final, después de tantos errores y dolores? PepaxJuli...