Capítulo 1

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Aprendiendo a crecer.

Cuando un infante presencia la muerte y vive la hambruna en ocasiones el camino a seguir es la delincuencia, pero este no fue el caso de José, él es un joven soñador que quiere cambiar su vida y la de su familia, supera la adversidad y los malos presagios de algunos seres que lo rodean; siendo un hombre maduro toma decisiones trascendentales soportadas en secretos que jamás debieron revelarse.

Al paso de los años José conoce a Isabel, una mujer diferente a los estereotipos de mujer perfecta que nos vende la sociedad sin embargo ella le enseñó el verdadero amor, un sentimiento sin máscaras; lo que nunca imaginó José es que la vida le tenía preparada una sorpresa que sería parte de su felicidad y su desdicha.

Capítulo 1

-Era solo un niño.

19 de Marzo de 1997, José un joven humilde cuyos sucesos heroicos eran el reconocimiento de un hijo ejemplar que despertaba junto a su madre a las tres de la mañana para hacer el producido del día; empanas , papas fritas, café y aromática; a diario José se desplazaba al mercado del pueblo a vender con su madre los alimentos a coteros y comerciantes del sector; José era el hermano mayor de tres hijos; cuando hablamos de mayor se dice que tenía 14 años, un chiquillo que soñaba con terminar sus estudios y conseguir el suficiente dinero para que su madre dejara de trabajar; huérfano de padre quien fue asesinado por los llamados gavilanes delincuentes mediáticos que pasaban por los pueblos liquidando campesinos y familias enteras que no cumplían con un impuesto o vacuna; José recuerda que tenía nueve años y sus días transcurrían en el campo armoniosamente, vivían en una casa construida en gran parte con madera, el piso de tabla sonaba cuando regresaba su padre del cultivo, la casa quedaba en lo alto de la montaña y se podía divisar en el día la inmensa vegetación, un mundo mágico para José; su madre siendo ama de casa se levantaba muy temprano casi 4 am todos los días para acompañar a su padre; los dos salían en sus caballos; eso sí más abrigados que un esquimal, llevaban puestos dos sacos, una sudadera debajo de los pantalones, una ruana y botas; al despertar sus desayunos en casa eran muy cargados , no pasaban de agua de panela caliente con queso, huevos, arepa o calentado; José con 9 años se levantaba a correr por los alrededores de la casa; sus jardines llenos de flores, pastizales húmedos y se concebía el olor a menta natural que conducía el aire frío y puro del campo ; José un niño fantasioso que le gustaba hablar con las plantas, con los marranos, las gallinas , los perros , los pavos , los patos; acogía los animales como parte de la familia y adoptaba un sin número de onomatopeyas que facilitaban su comunicación.

José dormía con su hermanita de tres años en una pieza contigua a la de sus padres; a José le parecía mágico tener una ventana en el cuarto porque en la noche disfrutaba ver la luna y las estrellas; cuando llegaba el fin de semana su papá lo llevaba junto a su mamá y hermana a ver la cosecha, pasaban todo el tiempo juntos, Pedro siempre se oponía cuando Julia reprendía los niños por sus pilatunas; pasaron los días y la situación en su hogar se tornaba diferente, José notaba extraños a sus padres, sus porciones de comida reducidas, además veía que se encerraban en casa más temprano que de costumbre , sus padres ya no salían tan de mañana a trabajar; tampoco comprendía porque iban de visita unos señores uniformados y hablaban con su papá mientras su mamá los atendía, ellos se pasaban algunas veces todo el día en casa o se quedaban , apreciaba a su madre cansada porque debía atenderlos a todos, era algo inexplicable; su vida empezó a cambiar y parte de esa transformación se la debía a los uniformados, estos hombres también se llevaban bultos de alimentos y animales que pertenecían a su familia, José pensaba que sus padres se los vendían; pero un día cuando jugaba en el corredor de la casa vio como su padre le paso plata a uno de los uniformados que hablaba duro como regañando lo cual no entendía; su padre era un hombre consentidor y entregado a su familia , en las noches se reunían a mirar televisión y los fines de semana a ver el programa de comedia preferido por todos, tendían unas esterillas en el piso, colocaban unas fundas llenas de relleno que su madre acumulaba de ropa vieja las cuales eran muy cómodas, se acostaban los cuatro a ver televisión ¡ era mágico! todos se abrazaban, su padre lo consentía, le hacía cosquillas, cuando estaban cansados y hacia frio se quedaban los cuatro acostados en las esterillas y algunas veces amanecían juntos durmiendo abrazados era una manojo de lazos que formaban sus pequeños brazos y los de sus padres, un escenario fantástico; siendo un niño José pensaba que algo sucedía ya la sonrisa de su padre no se presenciaba y su madre se notaba pensativa, siempre de pie en la puerta esperando la hora en que llegara su padre , los uniformados dejaron de ir un tiempo, pero sus padres empezaron a dejarlo solo con su hermanita en algunos momentos porque tenían reuniones con el resto de campesinos estos eventos se rotaban por casa, un buen día la reunión se hizo en casa sus padres le dijeron a José que como hermano mayor y hombrecito de la casa debía cuidar a su hermanita en el segundo piso, José se quedó jugando con los carritos que tenía, mientras tanto a la casa llegaba mucha gente, empezó a escuchar cómo crujían constantemente los tablones del piso también escuchaba a unos hombres que hablaban duro, José no dimensionaba sus diálogos pero si creía que hablaban enojados, bajo la escalera y en la sala se encontraban algunos vecinos campesinos, sus padres y los uniformados, José se quedó un rato sentado viéndolos y le causaba curiosidad que cada campesino pasaba al frente a darles plata a los uniformados , pero hubo algo que lo asustó y fue cuando una campesina les entregó unos billetes, la empujaron y se los tiraron en la cara como queriéndole decir que eso no era lo que ellos pedían ella recogió los billetes y los uniformados le siguieron diciendo cosas en voz alta, la verdad era confuso para José; después José subió a su cuarto un poco asustado porque estos hombres hablaban muy duro y no le había gustado cómo trataron la vecina, miró a su hermana, la abrazó y se quedaron dormidos; al siguiente día como de costumbre se despertaron y sus padres se encontraban tan callados que José los desconocía, le hacía falta las caricias, los juegos de su padre y los jalones de orejas de su madre, era raro lo distante que estaban con el hogar , en un momento su madre llorando le dijo a su padre- ¿cuándo paso? , él contestó -anoche la mataron a ella y a sus dos niños, José no escucho bien pero notaba a sus padres muy asustados y dolidos, corrió y abrazó las piernas de su papá y le dijo ¿mataron a quien papá? , él le respondió- hijo me mataron una gallina que no quería comerme y eso me afligió como cuando te matan tus animales preferidos el me toco la cabeza y me despeluco me abrazo, yo le pregunte - ¿a cuál?, a margarita, Otilia o pepa; porque estas son las gallinas más gordotototas- El papá contestó; -es otra gallina que nunca viste hijo, una gallina que tenía en la huerta- José dijo -papá eres un tramposo ya se entonces dónde están las gallinas que se llevan los uniformados ¡en la huerta! ellos te ayudan a llevarlas, su padre contestó - hijo si así es, José le respondió ; -pues papá la próxima vez las llevamos los dos; su padre le dijo -bueno campeón me voy, mientras tanto su mamá guardaba silencio como todos los días, le daba la bendición pero esta vez tenía una mirada fija en su papá, José seguía sin entender; pasaron los días y habían menos animales en casa como también notaba que los uniformados cargaban gran parte de los bultos y canastos de cultivo, era algo que no asimilaba, en su casa las raciones de alimento seguían bajando tanto así que los desayunos ya solo eran una taza de café con un plátano frito o una arepa, escaseaba la carne, los huevos y el calentado; algo raro porque en el campo nunca habían tenido dificultades para conseguir alimento, lo que José no comprendía es que la escasez de alimento y dinero se debía a los sobornos que tenían sometidos a sus padres unos delincuentes que con el cuento de luchadores por los derechos de los desfavorecidos y con la política comunista terminaban acabando con los débiles campesinos de la región , sus ideales y lo que promulgaban era una cortina de humo para cometer sus fechorías, era muy desconsolador ver como asesinaron a doña Estela con sus hijos Elkin y Wilson ; niños infantes que no superaban los 10 años, al campo llego la injusticia, la violencia, la maldad y la muerte; era un campo desamparado; sus padres trataban de tenerlo alejado de lo que pasaba porque sabían que no era fácil para un niño tan pequeño vivir tanta violencia, los uniformados como siempre los llamo José se comportaban como parásitos que querían succionar las riquezas de un pueblo campesino que trabaja de sol a sol para tener un sustento.

EPITAFIO A TU AUSENCIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora